conexiones neuronales

Pensar fuera de la caja: reacomodar neuronas.

think Tu cerebro está formado por aproximadamente 86 miles de millones de conexiones neuronales y aún así cuando te piden que seas creativo, tu cerebro parece no darte para más. ¿Será que no tienes el número de neuronas o de conexiones necesarias?

La intuición diría que para poder aprender tareas nuevas y pensar fuera de la caja, lo mejor sería tener conexiones neuronales nuevas. Un estudio ha demostrado que en realidad, reacomodar conexiones existentes en vez de crearlas es más eficiente. Para llegar a dicha conclusión, un grupo de investigadores de diferentes instituciones estadounidenses estudió la actividad eléctrica en el cerebro de unos monos, con la finalidad de entender cómo es que operan las conexiones neuronales.

Para esto, los autores del trabajo colocaron electrodos en los cerebros de los animales. Una computadora convirtió las señales en comandos para mover un aparato, como un brazo robótico. Así, estudiaron la corteza motora, la parte del cerebro que controla el movimiento. En tanto que los animales aprendieron a mover el brazo, la computadora mapeó la actividad cerebral del aprendizaje. Así, ésta creaba circuitos para mejorar la habilidad del animal al usar sus pensamientos y así mover el aparato.

Los autores del trabajo observaron que un grupo de neuronas tenían un conjunto de patrones que eran usados para mover el brazo. Después de determinar las características de este grupo, ellos reprogramaron el mapa entre la actividad neuronal y el movimiento. Así, pudieron observar si los animales aprendieron a generar los patrones de actividad neuronal apropiados para compensar los cambios. Esto significa que el experimento hizo lo que te pasa cuando volteas el mouse de la computadora y tienes que aprender a usarlo de esta nueva forma.

Los resultados mostraron que los monos aprendieron fácilmente cómo mover el brazo con los patrones dentro de sus neuronas. En contraste, el aprendizaje fue más difícil cuando las maniobras requerían patrones de actividad neuronal que estaban fuera de la agrupación de neuronas. Esto es algo así como si el cerebro tuviera restricciones en la velocidad a la que aprendemos nuevas cosas. Caracterizar dichas limitaciones permitirá predecir qué habilidades serán más rápidas de aprender, y cuáles tomarán más tiempo. Lo que los científicos predicen es que, en humanos, pensar fuera de la caja requiere más cambios en la actividad neuronal.

Este trabajo se suma a los estudios que ayudarán a crear nuevos tratamientos para accidentes cerebrovasculares, así como otros desórdenes neuronales.

Fuentes:

Artículo original en la revista Nature | Nota en Eurekalert |  Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales | Imagen

Y a ti, ¿te entra por una y te sale por la otra?

earTípico. En tu casa te piden una serie de encargos para hacer durante el día, pero al poner pie en la calle ya no recuerdas cuáles eran. Los humanos no somos tan buenos para recordar cosas que escuchamos como cuando las vemos o tocamos. ¿O qué tan bien recuerdas el color del pantalón de la persona que te gusta la última vez que la viste? Y qué decir de la textura de tus sábanas cuando las sientes enredadas en tus pies por las mañanas.

La comunidad científica creía que las partes de nuestro cerebro responsables de la memoria estaban integradas por las conexiones neuronales. Una nueva propuesta señala que el cerebro humano utiliza diferentes rutas para procesar la información sensorial. Más aún, nuestro órgano nervioso interpreta de forma distinta las señales auditivas de las visuales y las táctiles.

La propuesta se basa en la experimentación con cien estudiantes de la Universidad de Iowa, Estados Unidos. Para probar su memoria a corto plazo, se les pidió que escucharan tonos a través de audífonos, que vieran sombras de cuadrados rojos y sintieran vibraciones de baja intensidad al tomar una barra de aluminio. Cada estímulo fue separado por un espacio de 32 segundos. Los resultados muestran que el desempeño en memorizar fue peor para los sonidos, incluso cuando se hizo un segundo experimento con estímulos comunes.

Esto es tranquilizador. Explica por qué nos cuesta tanto trabajo recordar lo que nos enseñan en una clase si sólo lo escuchamos. Parece ser que necesitamos estímulos visuales o táctiles para que nuestro aprendizaje sea memorable y significativo.

A partir de dicho estudio también se concluyó que nuestra habilidad para recordar lo que tocamos es casi igual a nuestra habilidad para recordar lo que vemos.

¿Un consejo para mejorar la memoria auditiva? Utilizar estrategias alternativas, como repetir las cosas que se escuchan.

Bibliografía:

Artículo original | Nota Fuente | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales | Imagen