Tres matemáticos entran a un bar

Autor: Rafael Peñaloza

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Ignorando todas las reglas de la comedia, les voy a explicar cómo funciona este chiste. El punto principal es que en realidad los tres matemáticos quieren beber una cerveza, pero no se han puesto de acuerdo antes. Cuando la mesera les pregunta si todos quieren cerveza, el primero lo único que sabe es que él quiere una cerveza, pero no tiene idea acerca de los otros. Así que responde que no sabe.

Hagamos una pequeña pausa aquí para notar que, si el primero no hubiera querido una cerveza, entonces su respuesta habría sido definitiva: no todos quieren una cerveza (porque él mismo no la quiere).

Así las cosas, el segundo de ellos sabe que el primero quiere una cerveza, y sabe que él mismo quiere una también, pero no sabe lo que quiere la tercera, así que está obligado a contestar, igualmente, que no sabe si todos quieren cerveza.

Toca el turno entonces a la tercera. Como discutimos antes, ella puede deducir, sin problemas, que sus dos compañeros quieren cerveza. Como ella misma la quiere también, puede entonces afirmar, sin ninguna duda, que ; todos quieren cerveza.

Como vemos, los tres matemáticos pudieron expresar su preferencia de bebida sin tener que decirla explícitamente, y sin ponerse de acuerdo, gracias al tipo de pregunta que les hizo la mesera. En este caso, el contexto es fundamental.

Y ahora que saben cómo analizar este tipo de chistes, aquí les dejo otro.

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¿Le entendieron?

Acerca del Autor 

Rafael Peñaloza es matemático aplicado y lógico. Cuando no está contando malos chistes, se dedica a la deducción automatizada para inteligencia artificial.

Editores: Emiliano Cantón, Ximena Bonilla