Cuando se te ocurre una mezcla nueva y original como, digamos, una gallina con cabeza de rinoceronte, ¿qué parte de tu cerebro estás utilizando? Esa es la pregunta que se hicieron investigadores de la Universidad de Darthmouth, liderados por Alex Schlegel, y para responderla tomaron mediciones de resonancia magnética de los cerebros de varias personas mientras imaginaban combinaciones de formas geométricas. Imagina un cuadro negro perfecto, un triángulo y un medio círculo. Únelos en una sola forma. Sigue pensando en esa forma. Ahora sepárala en sus componentes originales. El estudio de Schlegel y sus colegas muestra que con este aparentemente simple ejercicio estás activando por lo menos una docena de regiones en el cerebro, algo que ellos llaman un "área de trabajo mental". Algunas de las regiones más activas fueron aquéllas involucradas en el procesamiento de experiencias visuales y representaciones, como el córtex frontoparietal y el córtex occipital, y en la retención de la atención y la memoria.
Los investigadores también encontraron que esa red de regiones corticales y subcorticales cambiaba el centro de sus conexiones si se le pedía a los voluntarios que mantuvieran fijas las imágenes o que las manipularan. Cuando la tarea se trataba de mantener fija una imagen, las conexiones se concentraban en el lóbulo temporal medial, zona del cerebro relacionada con la memoria; cuando se trataba de manipularlas, adquiría más conexiones el precúneo, una zona relacionada con el procesamiento de información visuoespacial y la consciencia.
La idea de que para la imaginación se necesita la acción en conjunto de muchas zonas cerebrales se sospechaba desde hace tiempo. El estudio de Schlegel y sus colegas muestra que, por lo menos para la imaginación y manipulación de imágenes, esto es verdad. Tal vez el ejercicio que proponen no esté muy lejos de imaginar gallinas con cabeza de rinoceronte o reyes de cacahuate con narices de chocolate. Quizás esa área de trabajo mental sea la base para formas de imaginación más complejas, como las que se usan a la hora de escribir historias o pintar. Es muy probable entonces que los investigadores hayan dado con las regiones del cerebro donde nace la imaginación.
Y si hemos de creerle a George Bernard Shaw cuando dice que la imaginación es la base de la creación, o a Albert Einstein cuando dice que la imaginación es más importante que el conocimiento, entonces estos estudios pueden usarse en múltiples aplicaciones, como en el campo de la inteligencia artificial o en otras que todavía no hemos imaginado.
Fuentes:
Nota en The Huffington Post | Articulo original en Proceedings of the National Academy of Science | Regiones del cerebro que utilizamos al leer | Nota en el blog de Historias Cienciacionales