Un grupo de astrónomos colombianos, provenientes de la Universidad de Anitoquia, Colombia, ha encontrado en el cinturón principal de asteroides (una zona en nuestro Sistema Solar que abarca desde la órbita de Marte hasta la de Júpiter), que algunas de estas rocas no son asteroides, sino cometas dormidos capaces de regresar a su forma activa con un pequeño aumento porcentual de la energía que reciben del sol. Algo así como cierta princesa de Disney, pero en el espacio, con rocas y rayos del Sol.
En el Sistema Solar, los cometas están entre los objetos más pequeños. Normalmente su tamaño es de pocos kilómetros y están compuestos de una mezcla de rocas y hielos, lo que provoca que al momento de aproximarse a nuestra estrella (cosa poco común debido a sus órbitas elípticas grandes), algunos de estos hielos se conviertan en gases, dándoles la cola de gas con la cual normalmente los recordamos.
Lo que llamó la atención del equipo de investigadores compuesto por Ignacio Ferrin, Jorge Zuluaga y Pablo Cuartas, fue que en la última década, se habían descubierto 12 cometas activos en la región principal del cinturón asteroides, zona que se pensaba estar compuesta por asteroides sin algún tipo de actividad. Ferrin comentó: “imagínense todos estos asteroides yendo alrededor del sol por eones (eón: período de tiempo en los que se desarrolla el universo), sin ningún tipo de actividad. Hemos encontrado que algunos de estos no son rocas muertas después de todo, sino cometas inactivos que podrían regresar a la “vida” si la energía que ellos reciben del Sol se incrementa por un pequeño tanto por ciento”. Debido a esto el equipo los llamó “Lazarus Comets”.
Por sorprendente que parezca, esto podría pasar con bastante facilidad, ya que muchos de estos objetos en el cinturón, son empujados por la gravedad de Júpiter. Lo que podría provocar un cambio en la órbita de los objetos y llevarlos a la distancia mínima necesaria del Sol (perihelio) y ¡BAM! De vuelta a la vida errante.
Con base en este nuevo paradigma, podemos pensar en un cinturón principal lleno de miles de cometas activos, que con el tiempo envejecieron y finalmente cesaron la actividad, dejándonos sólo viejos que con un poco de calor se reaniman para recordarnos de su glorioso pasado.
Nota fuente en la Royal Astronomical Society | El artículo es de libre acceso y está publicado en “Monthly notices of the Royal Astronomical Society”