A la fecha se conoce la causa de poco más de 3,300 enfermedades genéticas, sin embargo existen al menos el doble de enfermedades que tienen una causa genética pero que todavía se desconoce. En Estados Unidos, aproximadamente 25 millones de personas sufren de alguna enfermedad hereditaria; desafortunadamente este número es desconocido para la población mexicana pero aproximadamente al menos 10 millones de mexicanos podrían sufrir de alguna de estas enfermedades. Muchas de estas enfermedades genéticas son consideradas raras porque afectan a menos de 200,000 individuos y en muchos casos ocurren esporádicamente y sin que existan antecedentes familiares de enfermedades genéticas. En algunos casos, incluso, una misma enfermedad puede ser ocasionada por diferentes genes y no uno solo; por ejemplo, existen enfermedades que pueden ser ocasionadas por cualquiera de 40 genes diferentes. Por lo anterior, el encontrar los genes responsables de dichas enfermedades es un trabajo complicado, árduo y costoso. Además, al no conocer los genes relacionados con las enfermedades, el diagnóstico y en algunos casos posible tratamiento de éstas es prácticamente imposible.
Durante los últimos años el rápido desarrollo de las tecnologías de secuenciación de ADN ha permitido secuenciar genomas humanos completos rápidamente y a bajo costo. Estas tecnologías están ahora abriendo la puerta al descubrimiento de la mayoría de los genes responsables de enfermedades genéticas, ya que ahora se podrían secuenciar los genomas completos de varios y múltiples pacientes afectados por una cierta enfermedad y encontrar las mutaciones o cambios en la secuencia de ADN causantes de la enfermedad.
Dado que muchas de estas enfermedades ocurren rara vez y sin importar la población, la cooperación internacional para estudiarlas es necesaria. En abril de este año, investigadores de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea se reunieron para definir un plan de trabajo internacional cuyo objetivo es elucidar la causa de miles de enfermedades genéticas, lograr implementar exámenes de diagnóstico y encontrar algún tratamiento para al menos 200 de ellas para el 2020; esta iniciativa se ha denominado Consorcio Internacional de Investigación de Enfermedades Raras o IRDiRC por sus siglas en inglés (International Rare Diseases Research Consortium). Subsiguientemente, este consorcio lanzó una convocatoria a propuestas de proyectos de investigación relacionados con el estudio de enfermedades genéticas raras. Por parte de Estados Unidos, el Instituto Nacional de Investigación del Genoma o NHGRI (National Human Genome Research Institute) es el representante y encargado de distribuir el presupuesto dedicado a este esfuerzo. Recientemente, el NHGRI anunció la creación de tres centros enfocados en enfermedades mendelianas (otro nombre para enfermedades genéticas) que recibirán 48 millones de dólares para secuenciar los genomas de más de 50,000 pacientes para encontrar la causa de aproximadamente 7,000 enfermedades o la mayoría de ellas. El esfuerzo se concentrará principal e inicialmente en enfermedades mendelianas, las cuales son aquellas que siguen un patrón de herencia consistente con las leyes de Mendel. De acuerdo a ésto, una enfermedad genética se dice “dominante” si la enfermedad se manifiesta con heredar sólo una mutación de cualquiera de los padres. Por ejemplo, si uno de los padres tiene la enfermedad, éste la puede heredar a aproximadamente la mitad de sus hijos, tal es el caso de la enfermedad de Huntington. En otros casos raros, puede suceder que ninguno de los padres tenga la enfermedad pero que una mutación nueva ocurrió en los óvulos o espermatozoides de los padres y el hijo hereda esta única mutación nueva; este es el caso de la forma más común de enanismo, llamado acondroplasia. Por otro lado, se le llama “recesiva” si ninguno de los padres tiene la enfermedad, pero ambos son portadores de una mutación que causa la enfermedad y que cuando sus hijos reciben ambas mutaciones de ambos padres presentan la enfermedad, por ejemplo fibrosis quística o fenilcetonuria.
Los ‘Centros Mendelianos’ operarán en Baylor College of Medicine, Johns Hopkins University, University of Washington y Yale University. Sin embargo, a pesar de que la financiación que recibirán estos ‘Centros Mendelianos’ es federal, la iniciativa no está limitada al estudio de las enfermedades genéticas de la población estadounidense; sino que estos centros de estudio de enfermedades mendelianas podrán secuenciar los genomas de pacientes de cualquier parte del mundo. Los requisitos para formar parte de este estudio son: que el paciente esté afectado por una enfermedad genética, que se hayan descartado mutaciones en genes conocidos (si es que existen) que pueden causar esa enfermedad y que el paciente o en su caso el tutor o responsable legal de consentimiento para formar parte del estudio.
Esta iniciativa tanto en Estados Unidos como en Europa y algunos otros países como Canadá y Japón es un gran paso hacia la medicina genómica del futuro de la que tanto se habla y se ha prometido. Incluso si para la mayoría de las enfermedades genéticas no existe una “cura” o tratamiento, el elucidar el papel que aproximadamente el 50% de los genes humanos tiene en diferentes enfermedades proporcionará valiosísima información sobre su función. Esto permitirá mejorar el diagnóstico temprano de enfermedades genéticas, el tratamiento efectivo de algunas de ellas y el entendimiento del genoma humano y su funcionamiento. Esperemos que México no se quede totalmente fuera de esta revolución de la medicina genómica y del conocimiento de nuestra propia especie.
Acerca del autor: Claudia Gonzaga-Jáuregui es licenciada en Ciencias Genómicas por la UNAM y actualmente cursa el Doctorado en Genética Humana y Molecular en el Baylor College of Medicine de Houston, Texas.
Si trabajas en el área de genética médica y te interesa saber cómo enrrolar pacientes en este proyecto, no dudes en contactar al autor.