Llamada Aurornis xui, es una bestia prehistórica del tamaño de un faisán que ha desafiado la posición protagonista del primer animal con plumas: el Archaeopteryx. El pequeño animal (medía 50 cm del pico a la cola) vivió hace aproximadamente 160 millones de años, 10 millones antes que nuestro querido Archaeopteryx. Cuando los investigadores reconstruyeron el árbol genealógico a partir de animales similares, -utilizando las medidas de sus esqueletos-, esta ave apareció cerca de la base del mismo, más todavía que Archaeopteryx. Fue llamada Aurornis xui, debido a que marca los primeros días del camino evolutivo que llevó a las aves modernas. Auronis viene de la unión de la palabra latina “aurora”, (conservada en el español) y “ornis”, la palabra griega para pájaro. La segunda parte del nombre, xui, es en honor a Xu Xing, un paleontólogo chino quien en 2011 aseguró que Archaeopteryx no era el ave basal de las modernas.
El animal prehistórico tenía garras y una cola larga, con patas similares a las del Archaeopteryx, pero algunas características de sus huesos eran más “primitivas”. Sus restos descansan en roca sedimentaria, y se preservan huellas de plumas en la cola, el cuello y el pecho del animal; sin embargo, la ausencia de plumas largas sugiere que no volaba.
Los científicos del Yohizou Fossil and Geology Park, en China, compraron los restos a un traficante de fósiles, quien dijo que fueron sustraídos en Lianoning, al nordeste de China, donde estaban en roca que data de entre 153 y 165 millones de años. Este hecho fue confirmado por los autores del artículo. No es raro que los paleontólogos trabajen con traficantes de fósiles, pero esto puede ser un negocio riesgoso. A menos que los expertos puedan confirmar de dónde provienen los fósiles, no es posible calcular su edad.
Pese a esto, Archaeopteryx será recordado porque su descubrimiento, en 1861, probó que las aves modernas evolucionaron de dinosaurios, y fue el primer fósil que argumentó a favor de la teoría de la evolución de Darwin, publicada dos años antes.
Aquí les dejamos el artículo original, y aquí la nota de The Guardian, de donde es la imagen.
- – - – -