Muchos investigadores sostienen que las raíces de los americanos nativos están en Asia, aunque el lugar preciso no está claro; algunos otros, la minoría, aseguran que están en Europa. Ahora, de acuerdo con evidencia genética, se ha demostrado que ambos grupos de estudiosos están en lo cierto.
Investigadores en Europa y en Estados Unidos secuenciaron el material genético del esqueleto de un niño que vivió en Siberia hace 24 000 años, ejemplar que tiene el genoma completo más antiguo de un humano moderno hasta ahora encontrado. Posteriormente, compraron esta información con demás datos genéticos.
Los resultados mostraron que el material genético de la mitocondria del niño está relacionado con europeos, mientras que el cromosoma Y está asociado con euroasiáticos del oeste. Esto sugiere que el niño está relacionado con euroasiáticos y americanos nativos, pero no con asiáticos del este. Gracias a esto, ahora los investigadores sugieren que de 14 a 38% de las relaciones ancestrales de los nativos americanos se pudieron originar a través de un flujo genético de esta población ancestral.
Este estudio puede explicar por qué algunos cráneos de los primeros americanos tienen características morfológicas que no se parecen a los asiáticos del este. Además, revela que las características propias de los euroasiáticos presentes en los americanos modernos derivan de la mezcla europea por la colonización y por las relaciones ancestrales de los primeros americanos. Bibliografía:
Artículo original en Nature | Nota en Science | Nota en el blog de Historias Cienciacionales