Estás en un concierto. Primer acto: ves a tu amigo entre la multitud. Segundo acto: cerca de él está Mick Jagger. Tercer acto: Bill Clinton está junto al músico británico ¿Cómo se llamó la obra? Ahora imagina que eres parte de un experimento en el que debes identificar en una pantalla, entre una multitud de caras desconocidas, a políticos famosos –como Tony Blair o el mismo Clinton– y a músicos –como Robbie Williams o Mick Jagger. En ambos casos, una cara es colocada a un lado de la pantalla con el fin de distraerte.
En el primer experimento, una cara famosa se te mostrará en el centro de la pantalla de manera vertical, ya sea con muchas personas desconocidas o solito, y tendrás que contestar rápido si es un cantante o un político. En el segundo experimento, se te mostrarán las caras adicionales de cabeza.
¿Cuáles serán los resultados? Este experimento sí fue realizado por investigadores de la Universidad del Este de Londres con el objetivo de conocer nuestra habilidad para reconocer caras entre la multitud. De acuerdo con este trabajo, sólo podemos advertir dos.
Los resultados del primer experimento mostraron que, a pesar de que los participantes debían ignorar la cara desconocida en la periferia, su presencia influyó en su habilidad para reconocer la cara famosa. Sin embargo, cuando más caras fueron puestas en el centro –dificultando así el hallazgo de Jagger– los participantes no notaron la cara irrelevante. De acuerdo con los autores del trabajo, esto significa que las caras distractoras son difíciles de ignorar y que los humanos sólo podemos procesar algunas caras a la vez, sin importar qué tan bien las conocemos. En el segundo experimento, los investigadores esperaban que la cara famosa resaltara, pero los resultados fueron similares al primer experimento. Uno de los autores del estudio describe esto como “sorprendente”, ya que las caras al revés son, por lo general, menos reconocibles y fáciles de ignorar. De hecho, se creía que las caras al revés son percibidas como objetos y no como caras.
De acuerdo con este trabajo, los autores sugieren que, en vez de reconocer caras como una sola imagen –y no por sus componentes, como labios, ojos, orejas–, son las partes de la cara las que interfieren con nuestra limitada capacidad para reconocer caras. Ellos mencionan que la capacidad de advertir caras está limitada por la cantidad de componentes faciales que podemos ver. Así que, de acuerdo con este estudio, la obra se llamó “sólo puedo ver dos caras entre la multitud". Ojalá, algún día, una de ellas sea la de Mick Jagger.
Bibliografía:
Artículo original | Nota en Science Daily | Imagen | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales