Ubicado entre el mundo de concreto que cubre la Ciudad de México se encuentra Xochimilco, uno de los últimos humedales que ahora parece desentonar en el ambiente urbano. Xochimilco es también uno de los últimos recuerdos de los imponentes lagos que fluyeron por la ciudad y que alguna vez bulleron de vida. Además, es la cuna de una especie de anfibio única en el mundo: el axolote (Ambystoma mexicanum), quien ha visto la destrucción gradual de su hábitat.La historia del axolote se remonta mucho más allá de la fundación de la ciudad mexica de Tenochtitlán, en el antiguo lago donde ahora se erige la Ciudad de México. Según la leyenda, Xolotl, dios del fuego y la mala suerte –y hermano mellizo de Quetzalcoatl, dios de la vida, luz, sabiduría y fecundidad–, había huido de su suerte: por temor a la muerte, había escapado de su propio sacrificio, que pondría de nuevo en marcha al Quinto Sol.
"¡Oh, dioses! ¡No muera yo!", lloraba. Xolotl entró a los maizales y se transformó en un pie de maíz para engañar a sus perseguidores, pero pronto lo descubrieron. Entonces se transformó en maguey, pero su plan falló otra vez. Desesperado, Xolotl se aventó al agua y se convirtió en un anfibio llamado axolotl, y fue condenado a vivir de esa forma por el resto de su vida. Hoy en día, aquel dios que hizo lo imposible por escapar de la muerte, vuelve a afrontarla nuevamente: la destrucción de Xochimilco y la expansión de la mancha urbana han orillado al axolote al borde de su extinción.
Para su conservación, unos investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México han estudiado sus poblaciones en distintas ocasiones. En 1998 reportaron que había 6 mil axolotes por kilómetro cuadrado; en 2003, mil; en 2008, tan sólo 100 ejemplares en la misma área. Ahora, en 2013, a raíz de ciertas notas periodísticas recientes, tanto nacionales como internacionales, y algunos reportes preliminares del último censo se ha especulado sobre la completa extinción del axolote en vida silvestre.
Sin embargo, en entrevista con Historias Cienciacionales, Cristina Ayala, miembro del laboratorio de restauración ecológica del Instituto de Biología de la UNAM, asegura que esto no es verdad. “En este punto no contamos con suficiente información para asegurar que está extinto. De hecho, aún si no encontráramos ningún organismo en los siguientes meses de muestreo, se tendría que realizar otros censos de verificación e incluso tendrían que pasar años sin avistamientos antes de poder afirmar tal cosa”.
Por su parte, Luis Zambrano, investigador del mismo laboratorio y jefe del proyecto de conservación del axolote, opina que "el axolote podría estar en extinción. Lo que no sabemos es si lo está o no. En el último muestreo sólo hemos visto dos, pero no hemos capturado ninguno. Eso indica que hay menos que en años anteriores, pero no sugiere de ningún modo que esté extinto”. También añade que el último muestreo fue en época cálida, y la segunda parte del mismo se hará durante épocas frías, cuando proliferan los axolotes.
El proyecto continuará este año y, con un poco de suerte, los resultados no serán tan pesimistas como las predicciones de muchos medios de comunicación.
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Agradecemos al Dr. Luis Zambrano y a la M. en C. Cristina Ayala por aceptar la entrevista y proporcionarnos información al respecto.
Bibliografía:
Artículos de los últimos censos:
1998 (No en línea): Graue, W.V. (1998). Estudio genético y demográfico de la poblacion del amfibio Ambystoma mexicanum (Caudata: Ambystomidae) del Lago de Xochimilco. Instituto de Ciencias del Mar y Limnologia. UNAM, Mexico.
2013 Aún no esta listo
Nota en el blog de Historias Cienciacionales