Un físico exiliado de la academia afirma tener la teoría más grande desde Einstein, pero prefirió presentarla primero a los lectores de un periódico que a sus colegas científicos.

einsten El pasado jueves 23 de mayo, el periódico británico The Guardian publicó una nota escrita por Marcus du Satoy, matemático de la Universidad de Oxford en la que se presentaba con una emoción desbordante la teoría matemática de Eric Weinstein, que supuestamente puede contestar los problemas más grandes de la física. Weinstein, físico de formación, es un desconocido para la ciencia, pues lleva 20 años fuera de la academia, durante los cuales no ha publicado artículos, pero ha prestado servicios de consultoría financiera y económica a empresas. La nota de Satoy, también profesor de Entendimiento Público de la Ciencia en Oxford, anunciaba que Weinstein daría una conferencia ese mismo día en esa universidad, en la que presentaría su teoría. Y pedía que el público se sujetaran de sus asientos, porque podía ser “la respuesta” que estábamos esperando.

Las primeras reacciones de los científicos fueron de un escepticismo que pronto dio paso a la irritación. El cosmólogo Andrew Pontzen escribió una nota de opinión en New Scientist en la que cuestionó que no se invitara a ningún físico a la conferencia, tomando en cuenta que había una multitud de ellos literalmente en la sala de al lado escuchando una conferencia de cosmología. Jamás les informaron de la presentación de la nueva teoría de Weinstein, pues ésta se presentó en un foro de divulgación de la ciencia. Pontzen no duda que las ideas de Weinstein sean valiosas, pero le causa comezón que no siguiera los protocolos regulares para presentar las ideas científicas. Weinstein ni siquiera tiene un borrador de escrito para enseñárselo a la comunidad de físicos y matemáticos que serían los más adecuados para evaluarla.

La divulgadora Jennifer Ouellette escribe en su blog, alojado en el sitio de Scientific American, que lo verdaderamente inexplicable es que se le haya dado tanta cobertura a la presentación de la Unidad Geométrica (Geometric Unity, como Weinstein bautizó a su teoría) en The Guardian cuando todavía no estaba presentada ni discutida en la comunidad científica. Ella considera que Du Satoy, el principal promotor de la teoría de Weinstein, quiso crear una historia atractiva y hollywoodense al estilo de Mente indomable (Good Will Hunting). Eso definitivamente atrae la atención de la prensa, pero no suele ser la forma en la que avanza la ciencia.

En un segundo artículo en The Guardian, escrito por el reportero Alok Jha e ingeniosamente titulado “Dele la vuelta a Einstein: conozca a Weinstein” (Roll Over Einstein: Meet Weinstein) se menciona que tres o cuatro matemáticos y físicos ya le han echado un vistazo a las ecuaciones de Weinstein y que no lo consideran ninguna broma ni una cosa menor. Pero esos mismos científicos aclaran que la teoría debe pasar en algún momento por el escrutinio de la comunidad científica y exhortan a Weinstein a que por lo menos presente un borrador en el sitio Arxiv.org, donde se alojan borradores de artículos. El físico Sean M. Carroll comentó en Twitter: “Estoy bastante seguro de que Einstein sí escribió artículos de investigación y no sólo dio entrevistas a la prensa.”

La teoría de Weinstein aspira a ser una teoría de final de todo, una que unifique los dos campos de la física que hasta ahora no se han coinciliado: la mecánica cuántica y la teoría de la relatividad de Einstein. No es el primer físico que lo intenta. La propuesta más cercana se presentó en 2007, por Garrett Lisi, pero resultó arrojar pocas predicciones comprobables, por lo que nunca despegó. La teoría más aceptada hasta ahora es la teoría M, o de supercuerdas, que incluso ahora no se ha aceptado porque las observaciones que predice no se han podido detectar con el grado de confianza adecuado. Dado estos antecedentes, es comprensible el escepticismo de la comunidad científica hacia la teoría de la Unidad Geométrica. Y si a eso se suma la forma tan poco ortodoxa en que salió a la luz, se puede esperar que cada vez se alcen más voces de descontento.

La forma en que la teoría de Weinstein se infló por Du Satoy desde el artículo en The Guardian no puede predecir si será o no correcta. Las voces críticas tampoco atacan ese aspecto de la teoría, precisamente porque ésta no se ha mostrado abiertamente. En esas circunstancias, lo único que podemos esperar es un desenlace dramático y legendario. Si Weinstein está en lo correcto, puede convertirse en la figura más importante de la física de este siglo. Si ha errado, la caída será muy, muy dolorosa.

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No hay artículo original esta vez, porque Weinstein no lo ha escrito. Pero aquí está el anuncio de su conferencia en Oxford.

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