No sabemos si estos humanos antiguos se hicieron esta pregunta, pero la caminata que emprendieron por la costa de Inglaterra durante el Pleistoceno medio perduró hasta mayo del 2013. En esa fecha, investigadores del Museo Británico, el Museo de historia Natural de Londres y la Universidad Queen Mary de Londres encontraron un conjunto de huellas fosilizadas en la playa de un pueblo costero de Inglaterra llamado Happisburgh. Estas huellas representan la caminata humana más antigua que se haya encontrado fuera de África. Simon Lewis, de la Universidad Queen Mary de Londres, señala para el sitio de noticias de su institución que huellas de este tipo son muy raras, y sólo dos registros son más antiguos que esta caminata europea. En Ileret y Koobi Fora, Kenya, hay huellas de 1.5 millones de antigüedad, mientras que las de Laetoli, Tanzania, tienen 3.5 millones de años de edad, lo cual las convierte en las huellas más antiguas hechas por humanos propiamente dichos. Las impresiones de huellas son difíciles de conservar porque se necesita un sedimento no demasiado firme para que permita hacer un hueco con cada paso, y con poco movimiento de agua, lo suficiente para que las huellas no se borren pero que pueda rellenar los huecos con otros granos de sedimento que formen una impresión.Además de la rareza de este tipo de rastros fósiles, hay que añadir la extraordinaria y feliz coincidencia que ocurrió durante el descubrimiento de la caminata en Happisburgh. Debido a la naturaleza del sedimento en el que se encuentran las huellas, resultaba fácil que se erosionaran una vez expuestas. “Dos semanas después, y las olas se hubieran llevado las huellas.”
De ser así, los investigadores británicos nunca se habrían enterado de las andanzas de estos humanos, que, a juzgar por el número de huellas, formaban un grupo de 5 individuos, y por la profundidad y la talla de los pies impresos eran un grupo de edades varias, con alturas desde uno hasta 1.73 metros. ¿Tal vez una familia que salió a caminar por la playa? Esa caminata, junto con la que emprendieron los científicos por el mismo sitio 800,000 años después, son una de esas felices coincidencias de las que están llenas los anales de los descubrimientos científicos.
La siguiente vez que tú camines por una zona en la arena donde creas que el mar no se va a comer tus huellas, pisa fuerte y con decisión; podrías ganar un sitio en un museo de historia natural dentro de unos cuantos miles de años. Bibliografía: Artículo original en PLoS One| Nota fuente en Universidad de Queen Mary | Nota en el blog de Historias Cienciacionales