Los juegos del hambre: oro por empleo barato

Recientemente, una empresa minera presentó la propuesta de explotar un yacimiento de oro en el municipio de Temixco, Morelos. La comunidad académica, así como muchos grupos activistas, se oponen a esta actividad. En esta entrada, Antonio del Río Portilla, publicada originalmente en su blog, nos explica por qué.

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El año pasado se exhibió en los cines la película “Los juegos del hambre” donde se narra la inhumana vida de comunidades marginadas en un hipotético mundo futuro. La trama ilustra la lacerante desigualdad entre un grupo frívolo y dominante con diversas comunidades olvidadas del desarrollo enfatizando la inequidad social. No voy a narrar la película solamente comento que algunas grandes corporaciones y gobiernos actuales tampoco han entendido que la equidad social es parte del desarrollo futuro de nuestra especie. La metáfora narrada en esa película está sucediendo en nuestro entorno cercano. En estos días se ha discutido en Morelos la posible instalación de una mina en el municipio de Temixco. Primero estoy convencido que hay recursos naturales que pueden ser utilizados y explotados, pero en una forma racional. Segundo, la propuesta para la región de Tetlama en el municipio de Temixco, una de las regiones más olvidadas del estado de Morelos, es ofrecer empleo, de baja calidad, por solamente 15 años a cambio de explotar yacimientos de oro y plata con una técnica arcaica y altamente contaminante. Analicemos algunos puntos adicionales: comparemos la explotación de petróleo con la explotación minera en el ámbito de los impuestos. Las ventas de petróleo son gravadas con una alta tasa de impuestos, en cambio, las minas minerales casi no pagan impuestos. Esto implica que de la riqueza extraída del suelo Morelense no habrá beneficios a largo plazo para la población de la región y después de esos 15 años de explotación no se podrá desarrollar alguna actividad productiva en la región. Los jales son lugares donde no se puede construir o implantar actividades productivas en el futuro. Es decir, por empleos de baja calidad se está condenando el futuro de la región para dejarla totalmente desahuciada. En la explotación petrolera los salarios son mayores que en una minera, la seguridad social de los petroleros contrasta fuertemente con la inseguridad de los mineros. Es cierto que las explotaciones irracionales de recursos naturales se dan en muy diversos lugares del mundo, por ejemplo la extracción del petróleo a partir de las arenas bituminosas en Canadá que condenan grandes superficies de tierra a la infertilidad por varias generaciones para dotar de energía a la generación actual. Lo mismo sucede con minas a cielo abierto de minerales en muchas otras partes del mundo. Considero muy importante que cambiemos nuestra forma de uso de los recursos naturales no renovables como los metales. En el caso del oro, mineral que en la nanotecnología tiene innumerables aplicaciones que seguramente ayudarán a tener un bienestar social, se utiliza para aplicaciones industriales menos del 5% del mineral extraído, el resto es usado en joyas y en lingotes de oro para respaldo de las diferentes monedas.

(extracto de Vienen por el Oro de Pablo D'Alo Abba y Cristian Harbaruk)
¿Esto es racional?

Lo que se está haciendo es contaminar una extensión de tierra y condenar su uso futuro para hacer joyas o lingotes de oro. Establecer una explotación minera en las condiciones actuales implica que se devastarán decenas de hectáreas y se contaminaran otras tantas; ya que el proceso involucra sustancias altamente tóxicas como el cianuro, plomo y mercurio que se quedarán en el lugar por muchos años (para mayor detalle consultar la Blog de la Cátedra Carlos Montemayor). Esto es realmente “el juego del hambre”: pagar unos cuantos pesos por un tiempo menor a un cuarto de la vida de una persona y desahuciar a su entorno ambiental y social, aniquilando su posibilidad de desarrollo ulterior. Con este tipo de proyectos estamos mandando a nuestros jóvenes a un futuro sin opciones, a una batalla por la supervivencia dejándolos sin recursos. Estoy de acuerdo, de la misma forma que muchos otros morelenses, en que es necesario generar empleos en la zona de Tetlama/Temixco; pero estos empleos deben apuntar hacia el desarrollo sustentable de la región. Claramente, la instalación de la mina no apunta en esta dirección y tampoco resuelve el problema de empleo de calidad en la región. Tengo que decir que en esta ocasión, el gobierno estatal ya se manifestó en contra del proyecto minero basados en la Manifestación de Impacto Ambiental elaborada por la empresa minera y en la opinión del consejo ciudadano de la Secretaría de Desarrollo Sustentable. Además organizaciones sociales preocupadas por el bienestar social hicieron lo propio y también coinciden en que la instalación de la mina es perjudicial para el desarrollo de la región. Las luchas de las poblaciones en contra de los asentamientos depredadores mineros en el mundo ha sido documentada, recomiendo ver “Vienen por el oro, vienen por todo”, película de Pablo D'Alo Abba y Cristian Harbaruk que fue exhibida aquí en el “Cinema Planeta”, donde una comunidad logró que se respetara su decisión y no se instaló la empresa minera preservando sus opciones para el futuro. En mi opinión es hora de cerrar filas e independientemente de las filiaciones partidistas se debe apuntar para conseguir el desarrollo sustentable de Morelos, generemos conocimiento científico y desarrollemos tecnología para usar nuestros recursos naturales de una forma razonable y armoniosa que promueva el bienestar social.

Sobre el autor

El Dr. Antonio del Río es Investigador del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (IER-UNAM). Miembro de las Academias Mexicana de Ciencias, de Ingeniería de México y de Ciencias de Morelos, siendo presidente de ésta última. Desde su blog, compartirá con nuestros lectores sus propias reflexiones en cuanto a ciencia, innovación, opinión política y divertimentos que pueden ser consultados a más detalle en esta liga.