Todos tenemos un amigo o alguna vez escuchamos de aquella persona que dejo de fumar y engordó. La excusa siempre es la ansiedad con la consecuencia de un aumento en el consumo de comida. Sin embargo, el 80% de los fumadores aumentan 7 kilos en promedio después de dejarlo a pesar de tener un consumo estable de comida o inclusive bajarlo.
Una investigación de la Universidad del Hospital de Zúrich, dirigida por Gerhard Rogler, atribuye este aumento de peso a un cambio en la composición de la diversidad de bacterias en el intestino.
La investigación se logró mediante el estudio del material genético de bacterias intestinales que se encontraban en muestras de heces previstas de 20 personas distintas, durante un periodo de 9 semanas. Que incluía cinco no fumadores, cinco fumadores y diez personas que dejaron de fumar.
Los resultados mostraron que mientras la diversidad de bacterias entre los fumadores y no fumadores cambia poco en el tiempo, el dejar de fumar da el mayor cambio en la composición de tu biota intestinal. La fracción de los filas bacterianos de proteobacterias y bacteriodetes incrementó a expensas de los filas de Firmicutes y Actinobacterias. Lo cual, aparentemente indica un uso más eficiente de la energía contenida en la nutrición por parte de la nueva biota, lo que provee al cuerpo de más energía, lo que resulta en un mayor peso.
Así que, la próxima vez que conozcan a alguien que va a dejar de fumar o ustedes lo piensan hacer, no se preocupen, solo prepárense para unos kilos de más y un poco de tiempo para que su biota intestinal se estabilice y volverán a la normalidad.
Fuentes: Nota de la Swiss National Science Foundation | Artículo original en PLOS ONE (libre acceso)