Koalas

De dónde viene tu llamado, querido Koala

Imagen tomada de Pinterest El tono del llamado de apareamiento de los koalas macho es 20 veces más bajo de lo que se esperaría para un animal pequeño de 8 kilos. Ahora, una investigación ha develado la razón: los koalas tienen un órgano especializado fuera de la laringe con el que producen dicho sonido.

Durante la temporada de apareamiento, los koalas macho generan una vocalización que está caracterizada por series continuas de inhalación y exhalación (algo así como el rebuzno de un burro) a una frecuencia extremadamente baja. De hecho, este tono es tan bajo, que se esperaría que fuera el de un animal del tamaño de un elefante y no del de este marsupial.

El tamaño del animal está relacionado con el tono ya que las dimensiones de las cuerdas vocales de la faringe se restringen a la frecuencia más baja que un animal puede generar. Por tanto, pequeñas especies harán llamados con frecuencias más altas que los animales grandes. La ubicación diferente de la laringe de estas cuerdas vocales de los koalas es lo que facilita que se alcancen dichos tonos.

Los autores de esta investigación, provenientes de diferentes universidades, se basaron en datos morfológicos, de video y acústicos para estudiar dicho comportamiento. Con él observaron que los koalas tienen un par extra de cuerdas vocales con pliegues que asemejan a dos largos labios carnosos, justo por encima de la laringe en la unión entre las cavidades nasales y orales. A simple vista no parecerían muy diferentes de las cuerdas laríngeas de otros mamíferos, pero su localización es muy inusual. Los investigadores mencionan que el único otro ejemplo de un órgano que produce sonido de manera independiente de la laringe son las ballenas dentadas que usan labios fónicos para la ecolocalización.

Este es el primer estudio que da evidencia de un mamífero terrestre que tiene un órgano diferente a la laringe para producir sonido. Por tal motivo, los investigadores seguirán estudiando si esta adaptación es única para los koalas. Bibliografía:

Artículo original en Current Biology | Nota fuente de ScienceDaily | Nota en el blog de Historias Cienciacionales