Nelson Mandela una vez dijo que si se le habla a una persona en una legua que entienda, se llegará a su cabeza, mientras que si se le habla en su lengua materna, se llegará a su corazón. ¿Será que si nos hablan en español, nos conquistarían virtuosamente?
Mientras crecemos, el lenguaje que aprendemos moldea nuestro cerebro, pero éste a su vez da forma y modifica nuestro sistema de comunicación. De hecho, tan grande e íntima es esta relación, que se ha propuesto que nuestro lenguaje refleja qué tan positiva es nuestra concepción del mundo.
Partamos del "principio Pollyanna", basado en la novela que lleva ese nombre y escrito por Eleanor Porter, el cual describe que las personas tendemos a recordar y describir las cosas en términos positivos, incluso cuando esta situación carece justificación. ¿Qué tal si este principio está reflejado en diferentes lenguas globales? Es decir, que las personas que hablamos español, chino o inglés usamos más palabras positivas que negativas.
Para probar esta pregunta, se necesita reunir una enorme cantidad de palabras, algo así como cien mil, contenidas en libros digitales de diez lenguas diferentes. Una vez construido un banco de palabras para cada una, se necesita que parlantes nativos las califiquen de acuerdo a la manera en que los hacen sentir. Algo así como "del 1 al 10, siendo 10 excelente, ¿cómo te hace sentir la palabra "bonito"?. Este fue el procedimiento que siguió un equipo de investigadores de diferentes instituciones estadounidenses y australianas.
El principio Pollyanna aplica para explicar diferentes lenguas, de acuerdo con el estudio realizado por dichos científicos. Esto significa tres cosas: que la mayoría de las palabras utilizadas en los lenguajes tienden a ser positivas, que el contenido emocional de las palabras es consistente entre las lenguas, y que la tendencia positiva es independiente de la frecuencia con la que se usen las palabras. Sin embargo, hay lenguajes con más valor positivo que otros. Al comparar los diez lenguajes estudiados, se observó que el español es el lenguaje más positivo, mientras que el chino está al final de la lista.
Este estudio concluye que los cerebros descritos en términos del principio Pollyanna han moldeado los diferentes lenguajes. Aún se necesitan realizar más estudios para conocer si el uso particular de una lengua nos hace más felices que el uso de otra.
Fuentes:
Artículo original en PNAS| Nota de Sciencemag | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales.