Una de las características más conocidas de los insectos es su capacidad de metamorfosis (inmortalizado literariamente en el famoso libro de Franz Kafka). Esto significa transformarse de una oruga suave y regordeta a un bello animal revoloteador como las mariposas, o como un duro escarabajo. Sin embargo, hay muchos insectos que no hacen tal transformación completa, sino que van pasando por etapas de desarrollo progresivas y nunca forman capullo o pupa. Estos son los insectos denominados hemimetábolos.