A todos tomaría por sorpresa la noticia que llegó a casa de Devi Stuart-Fox, en mayo de 2003. A sus 27 años, la joven investigadora había sido galardonada con la beca L’Oréal-UNESCO para Mujeres en la Ciencia por sus estudios sobre la ecología y evolución de los “dragones barbudos”, un tipo de lagarto con el cual Devi convivió desde su infancia en los suburbios de Brisbane, la tercera ciudad más grande de Australia.
Un mes más tarde del inesperado suceso, durante una entrevista con la periodista Isla Withcroft, Devi hablaría sobre su pasión con otros reptiles, los camaleones: «Una de las cosas que realmente me fascinan de ellos es cómo cambian de color según la situación social en que se encuentran. Me gustaría investigar más sobre cuándo y porqué lo hacen».
Vaya que lo hizo. Cinco años después, ella y su esposo demostraron que estos reptiles aprovechan rápidos cambios de color para comunicarse entre sí, y no –como normalmente se cree– para camuflarse con su ambiente.
El cuerpo de los camaleones es un lienzo que se tiñe de los colores más sobrios y, a su vez, de los más extravagantes. Es una pintura cambiante donde los patrones más caprichosos pueden borrarse en un instante, sólo para reaparecer al siguiente. Es azul turquesa. Es amarillo. Es blanco y verde unidos. Es un café efímero. Es un espectáculo al cual los espectadores humanos rara vez estamos invitados.
Desde finales del siglo XVI, muchos estudiosos comenzaron a preguntarse la razón de los disfraces del camaleón y concluyeron que sus cambio de color tiene poco, sino nada, que ver con tratar de igualar los tonos de la vegetación o el suelo. Cientos de años después, con su investigación de 2008, Devi confirmó esta hipótesis al observar que los camaleones tienden a adquirir colores más brillantes durante ciertas ocasiones, especialmente cuando se comportan de manera agresiva. Además, descubrió que no importa cómo veamos nosotros la piel teñida de estos animales, sino cómo la ven otros camaleones y sus depredadores (aves y serpientes, principalmente).
El estudio de Devi y su esposo sirvió como base para una investigación más reciente, realizada en 2013 por científicos estadounidenses, que ayuda a esclarecer el misterio detrás de las señales coloridas de los camaleones. Tras combinar modelos matemáticos y fotográficos para examinar el cambio de color en Chamaeleo calyptratus, Russel Ligon y Kevin McGraw, ambos de la Universidad de Arizona, reafirmaron la idea de que los cambios de color en camaleones ocurren cuando interactúan entre sí. Russel y Kevin se sorprendieron al ver que, durante las peleas entre machos que compiten por territorio o hembras, el individuo que exhibe los colores más brillantes y cambia más rápido de color gana con mucha más frecuencia. «Al usar señales de color llamativas y al cambiar drásticamente su apariencia, los cuerpos de los camaleones se convierten en un cartel que anuncia quién es el ganador, incluso antes de que haya cualquier contacto físico”, menciona Russel Ligon para resumir su descubrimiento.
Pero aún falta mucho que averiguar sobre los camaleones y sus distintivos colores. Para llegar a comprenderlos mejor, Devi Stuart-Fox, obsesionada con las formas y colores de la naturaleza, ha comenzado a estudiar los cambios de color en distintos organismos, sobre todo en otras partes del mundo: «en Australia no hay muchos reptiles llamativos. Casi todos son marrones, como el color de este continente».
Bibliografía:
Artículo original en Plos biology| Nota fuente en Royal Society Publisihing | Nota en el blog de Historias Cienciacionales