A la humanidad no le basta la Tierra: distintas agencias espaciales continúan a la vanguardia en investigación y producción de tecnología para alcanzar la meta de poblar otros mundos.
Hasta ahora, algunos planetas cercanos e incluso otros cuerpos celestes, principalmente Marte y nuestra propia Luna respectivamente, se han vislumbrado como fuertes candidatos de una futura modificación atmosférica, térmica y ecológica. Lo anterior con el objetivo de convertirlos en lugares menos hostiles para la vida humana. De lograrse, sería la más grande hazaña de la ingeniería aeroespacial.
Se pretende que, tras haber concluido las primeras etapas de terraformación, las plantas formen parte de los sistemas de soporte vital bioregenerativos en estos nuevos hogares, aportando oxígeno, agua potable y alimentos. Además, establecer vida vegetal en suelos marcianos o lunares añadiría un nuevo nivel de autosuficiencia requerido para mantener la vida humana en colonias extraterrestres.
Uno de los principales objetivos actuales es comprender la biología de las plantas cuando crecen a gravedades menores a la terrestre. Desafortunadamente, generar distintas condiciones gravitacionales en los laboratorios resulta complicado. No tanto así en la Estación Espacial Internacional, donde se pueden simular distintos campos gravitacionales dentro de sus módulos de investigación, incluyendo uno semejante al de la Tierra que funcione como control experimental.
Hoy en día, se ha demostrado que las plantas sometidas a microgravedad presentan un desbalance general en su suministro de líquidos y nutrientes. En contraste, se ha visto que estas condiciones pueden facilitar el intercambio de gases.
A pesar de los importantes avances obtenidos, aún falta producir mucho más conocimiento antes de poder lanzar en misiones de terraformación a las primeras plantas conquistadoras. Hagamos un llamado a los científicos, entonces, a continuar los estudios y hacer uso de las nuevas tecnologías para acortar el tiempo que nos separa de los viajes espaciales prolongados. Puede ser que, en el proceso, descubramos una nueva faceta de nuestra propia existencia.
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Esta es la primera colaboración de Columba Martínez con Historias Cienciacionales. Estudiante de biología, enamorada de la vida y apasionada de la fotografía, Columba también está involucrada en un proyecto de gestión ambiental en comunidades rurales marginadas.
Bibliografía: Artículo original en Wiley Online Library | Nota en el blog de Historias Cienciacionales