Seguramente pueden recordar a alguna persona mayor comentándoles lo fácil que es sobrellevar un accidente o una herida física cuando somos niños. “Ahora que soy grande, me cuesta mucho recuperarme”, decía mi abuela. Y es que, cuando somos niños, pareciera que somos de goma.
Esto no es exclusivo de humanos. En general, losanimales jóvenes en comparación con los adultos parece que se curan sin esfuerzo alguno. ¿Será que se puede recuperar esta capacidad cuando adultos?
De acuerdo con una investigación del Programa de Células Troncales en el Hospital para Niños en Boston, podría ser posible.
La investigación indica que mediante la reactivación de un gen “dormido” llamado Lin28a, activo en las células troncales embrionarias, es posible volver a generar crecimiento de cabello, reparar el cartílago, huesos, piel y otros tejidos suaves, esto con base en un modelo de ratón. Además, el estudio también encontró que el gen Lin28a promueve la reparación del tejido, en parte, mediante el aumento del metabolismo mitocondrial, sugiriendo que una función de “limpieza” celular podría abrir nuevos caminos para el desarrollo de tratamientos regenerativos.
“La mayor parte de la gente pensaría de manera natural que los factores de crecimiento tienen un papel importante en curar las heridas, pero encontramos que el metabolismo de las células es limitante de la velocidad, en términos de reparación de tejidos”, comentó Shyh-Chang Ng, coautor del estudio. “El aumento de la velocidad metabólica que vemos cuando se reactiva Lin28a es típica de embriones durante la fase de crecimiento rápido”.
El gen se ha observado en todos los organismos complejos. Es abundante en células troncales embrionarias, su expresión es fuerte durante la formación temprana del embrión y se ha usado para reprogramar células de la piel a células troncales. Su forma de actuar es mediante su unión con el ARN, regulando cómo los genes son traducidos a proteínas. Con base en esto, los investigadores lograron identificar que se une específicamente con un ARN llamado Let-7, promotor de la maduración y el envejecimiento. Específicamente, los investigadores encontraron que este gen (Lin28a) también aumenta la producción de enzimas metabólicas en la mitocondria, lo cual ayuda a generar la energía necesaria para estimular y crecer nuevo tejido.
Otros experimentos realizados por los investigadores muestran que, mediante la activación directa del metabolismo de la mitocondria con compuestos, se puede lograr el mismo efecto de recuperación, lo que sugiere la posibilidad de inducción mediante el uso de drogas.
Si bien Lin28A no induce a la regeneración en todos los tejidos, como sucedió en células del corazón, “puede ser un factor clave para constituir un coctel de recuperación”, comentó Shyh-Chang.
Bibliografía:
Nota fuente en EurekAlert! | Artículo original en Cell | Nota en el blog de Historias Cienciacionales