Ciencia y Sociedad

Desde mi telescopio: Saturno y sus anillos sí existen (parte 2)

De vuelta con la construcción del telescopio, en tiempos de Newton era difícil construir un buen espejo, y como ya vimos en el post anterior, ésta es una parte crucial para que el telescopio nos dé una imagen nítida. Para solucionar este problema, Newton usó una aleación de cobre y estaño que reflejaba bien, pero que era difícil pulir en una curvatura regular. Hoy el espejo sigue siendo la parte más difícil del telescopio. En el curso en donde construí mi telescopio los estudiantes cortamos y pintamos el tubo, armamos la base y las patas, calculamos dónde colocar el ocular y cómo ajustar la posición de los espejos. Pero no hicimos el pulido de los espejos. De eso se encargaron los especialistas del Taller de Óptica de la BUAP.

Entre más grande es el diámetro del espejo primario mayor es la capacidad de aumento del telescopio.  El telescopio que Newton construyó en 1668 (por cierto como parte de sus experimentos para probar que la luz blanca está compuesta por un espectro de colores, y no para realizar observaciones astrofísicas per se) tenía un espejo primario con un diámetro de más o menos 2.5 cm y podía amplificar una imagen lo suficiente para medio distinguir las cuatro lunas galileanas. El espejo de mi telescopio es más grande, tiene un diámetro de 14 cm. Pueden verse no sólo las lunas de Júpiter, sino también el mayor vórtice anticiclónico que ocurre en su atmósfera, una especie de tormenta conocida como la Gran Mancha Roja cuyo largo ronda el doble del diámetro de nuestro planeta.

Lo que una puede observar en mi telescopio al enfocar Júpiter no se ve, para nada, como en la imagen de la izquierda. Esas fotografías las toman con telescopios mucho más potentes, o con misiones espaciales, como la misión Galileo, enviadas hasta el planeta con ese propósito. Cuando una mira Júpiter con mi telescopio lo que se ve es una bolita, un círculo perfectamente definido color plateado. No sé, ¿unos 2 mm? A veces la Gran Mancha Roja se puede ver como una mancha rojiza pero pálida. Las lunas se ven como puntos brillantes, parecido a ver una estrella a simple vista. Pero a pesar de ser tan diferente la imagen, resulta mucho más impactante: está ahí, la vemos con nuestros ojos y gracias a dos espejos, un lente y un tubo de PVC. Sin cuentos, sin Photoshop. Ahí.

La primera vez que me asomé temblé de la impresión, como si hubiera sido yo quien descubriera las cuatro mayores de sus lunas y no Galileo en 1610. Durante las primeras semanas que tuve mi telescopio pasé cada noche apuntándolo al cielo. Varias lunas llenas hicimos lunadas en las que armados con chocolate espumoso salíamos a ver los detalles de los cráteres hasta que la vista se cansara de tanta luz. Mis amigos siguieron siendo mis amigos después de que más de una vez los sometí a ser devorados por las hordas despiadadas de mosquitos que se instalaban en la azotea o el jardín tan pronto aparecía el telescopio.

De Saturno se pueden ver los anillos. Unos aros que rodean un círculo más pequeño que el que se ve en Júpiter. Los anillos de Saturno se ven nítidos, definidos de forma perfecta. No se pueden distinguir todas las divisiones, pero a veces sí la mayor: la División de Cassini. Así, lo que a simple vista es un punto brillante, una estrella apenas distinguible de las otras, gracias al trabajo de la óptica del telescopio se revela como un planeta, orbitado en el ecuador por millones de partículas de roca y agua congelada. Una belleza absoluta.

Eran poco antes de las 2 am del primero de enero del 2006. Apunto hacia Saturno. Enfoco. Cedo el ocular a mi abuela Ángeles. Veo su pupila dilatarse con la luz, la contracción de sus párpados. Se queda quieta. Me voltea a ver. –Sí existen, Saturno y sus anillos, existen– me dice a mí casi hablando para sí. Usa un tono que recuerdo bien y que me cuesta describir: calmo y prudente mas al mismo tiempo al borde del quebranto, como abrazado algo desde dentro.

La que hablaba era una mujer de 82 años que nació en el México postrevolucionario; que creció con todo el catolicismo de la muy conservadora ciudad de Puebla; que a los 55 años (viuda y con cinco hijos ya haciendo sus vidas) decidió estudiar la preparatoria; que años más tarde se recibió de la carrera de antropología; que dejó de ir a la iglesia los domingos creo sólo cuando la enfermedad la postró en la cama; que era una persona maravillosa y cálida, pero que no perdió ocasión para reprocharme con una severidad inverosímil los hoyos de los jeans y cualquier otra de mis faltas.

Qué habrá pasado con exactitud por la mente de mi abuela en el instante que sus ojos contemplaron Saturno y sus anillos es algo que sólo sus cenizas saben. Yo creo haber percibido en su rostro y sus palabras eso que se siente cuando se comprueba algo por uno mismo, esa sensación cuando la realidad se vuelve una pizca más descifrable y al mismo tiempo un tanto más asombrosa.

Llegó el turno de otros de usar el telescopio. Ajusté su posición. A mi abuela no le pregunté nada, no hablamos sobre el tema nunca. Pero ese momento es el más preciado de mis recuerdos sobre ella. Jamás me he vuelto a emocionar así, a sentir una felicidad tan súbita y silenciosa como la que me invadió cuando vi sus pupilas dilatarse y cuando la escuché decir que Saturno y sus anillos sí existen.

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El siguiente curso de construcción de telescopios abierto a todo el público se llevará a finales de año en las instalaciones de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP. Escribo esto en enero y falta mucho, pero estén pendientes. Cuando se acerque la fecha quién esté interesado puede informarse en el teléfono 229 55 00, extensiones 7551 y 7552.

En cambio, como les conte previamente, la convocatoria de Del Aula al Universo está abierta. Así que ahora es cuando. La información completa está en el link de arriba, pero en resumen lo que hay que hacer para inscribir a una secundaria es:

  1. Formar un club astronómico integrado por cuatro estudiantes y un maestro (a). Este club deberá ir a la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la BUAP a construir su telescopio durante tres viernes (o sábados) de 10 a 14 horas y a aprender a usarlo por los mismos tres días de 17 a 21 horas.
  2. El Club astronómico elaborará un proyecto donde se especifiquen las actividades que realizarán con el telescopio durante los siguientes tres años (círculos de estudio, conferencias, exposiciones científicas, prácticas de observación, veladas astronómicas, observaciones astronómicas para los estudiantes de la escuela, observaciones públicas para  la comunidad, entre otros).
  3. El director(a) de la escuela deberá recibir el telescopio y entregar un documento oficial donde especifica que lo integrará al patrimonio escolar.
  4. La escuela aportará la cantidad de $2000.00 pesos como parte de los gastos efectuados para la construcción de su telescopio. Mientras la BUAP, el INAOE y Victorinox aportan los restantes $4000.00

 

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Acerca del autor

Alicia Mastretta Yanes es Bióloga egresada de la UNAM y actualmente cursa su doctorado en la University of East Anglia, Inglaterra. Su proyecto de doctorado explora la relación entre las características físicas del paisaje y la distribución de la diversidad genética en plantas de alta montaña de México.

Twitter: @AliciaMstt

Desde mi telescopio: Saturno y sus anillos sí existen (parte 1)

En algún momento de las reuniones familiares decembrinas escuché que una tía mía nunca había visto y deseaba ver los anillos de Saturno. No en foto, sino en vivo, en un telescopio. De todas las veces que he visto los anillos de Saturno y las lunas de Júpiter, mi memoria saltó a la última noche del 2006. Estábamos el jardín de casa de mis padres. Además de mis progenitores y de mis hermanas, estaban mi tía abuela materna y mi abuela paterna. Ambas con más de ochenta y algo años. Estaba también el telescopio.

Se trataba de un telescopio newtoniano, un tipo de telescopio reflector. Un telescopio newtoniano puede ser un simple tubo de PVC de más o menos un metro de largo con un espejo cóncavo en la base (el espejo primario); y un espejo plano (el espejo secundario) suspendido cerca de la abertura del telescopio y con un orificio donde se coloca un ocular y donde se fija con asombro la mirada.

Diagrama básico de un telescopio newtoniano. Las líneas rojas representan la luz. Imagen modificada de Wikipedia.

El funcionamiento de los telescopios newtonianos es simple, elegante y genial: la luz (de la luna, de una estrella, de Saturno o de las casas al otro lado de la ciudad vistas desde la azotea) entra por la boca del telescopio y llega al espejo primario. Dado que el espejo primario es cóncavo, no sólo refleja la luz, sino que la concentra de una manera ordenada, tanto que forma una pequeña imagen de los objetos observados. Dicha imagen puede verse bien en el punto en el aire donde los rayos de luz convergen en el foco. La distancia entre el vértice del espejo y este punto es la distancia focal. Por ejemplo, mi telescopio tiene una distancia focal de 120 cm y forma una imagen de la luna llena de 1 cm de diámetro. Esta imagen se forma dentro del tubo, por lo que al asomarnos para verla estaríamos obstruyendo la entrada de la luz. Este problema lo soluciona el espejo secundario: se coloca en el camino de los rayos creados por el espejo cóncavo de modo la imagen se refleja 90º hacia un orificio donde la podemos observar. Las imágenes que el espejo cóncavo forma son muy pequeñas, así que para poder observarlas se usa una lupa muy potente: el ocular.

Los telescopios newtonianos son un tipo común entre los telescopios amateurs. Uno de mediano tamaño, digamos con un lente de unos 10 cm, es un juguete caro pero relativamente accesible. El encanto del mío es que es de manufactura casera. Lo hice cuando iba en secundaria, en un curso que recuerdo bajo el nombre de Construye tu propio telescopio pero que ahora descubro en realidad se llama Curso de Diseño, Construcción y Pruebas de Telescopios Astronómicos. Esta actividad no formaba parte del programa de mi escuela en forma alguna, era un curso organizado de forma independiente por el Taller de Óptica de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y se llevaba a cabo en las instalaciones de la universidad.

El curso es uno de los mejores ejemplos de divulgación de la ciencia que conozco y se lleva a cabo cada otoño-invierno desde hace 16 años. Yo he de haber construido mi monstruo en 1999. El curso consiste en sesiones teóricas y prácticas. Cuando yo lo tomé, las sesiones teóricas eran un par de horas en la tarde donde se nos platicaba desde la historia de la astronomía hasta los principios ópticos bajo los que operan los telescopios, pasando por supuesto por introducirnos a los astros que vemos en el cielo. Las prácticas eran de día (no recuerdo si falté a clases o si era en fin de semana) y consistían en armar el telescopio.

En aquella ocasión yo era la participante más joven en un grupo de una tal vez veintena de participantes. Los demás han de haber sido estudiantes de prepa y algunos adultos. Lo digo no por presumir, sino para constatar que el nivel era lo suficientemente básico para que yo pudiera entenderlo. Las cátedras las daban varias personas, pero a quien recuerdo bien es al Dr. Alberto Cordero Dávila. Él era de los principales organizadores y en cada término científico ponía un entusiasmo tal que era imposible no sucumbir ante lo fascinante que resulta la refracción de la luz. Ahora imaginen cuando hablaba del origen de la Luna.

Según me enteré cuando empecé a googlear para escribir esta entrada, el curso ahora se extendió al programa Del Aula al Universo: un telescopio para cada escuela, en el que participan la BUAP, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y la marca Victorinox. La idea es que chavos de secundarias de Puebla y Tlaxcala tomen el curso y construyan un telescopio para su escuela. Según su página, ésta es la distribución de algunas de las 92 escuelas que ya tienen telescopio:

Escuelas que ya tienen acceso a telescopio gracias al programa "Del aula al Universo: un telescopio para cada escuela"

Creo que el proyecto ha sido todo un éxito. Una de esas cosas de las que enterarse da un gusto inmenso, de ese que sirve para agarrarse cuando todo en el mundo parece solo desgracia.

Jóvenes y maestros durante la construcción de un telescopio. Fotografía del archivo de Del aula al Universo, cortesía del Dr. Alberto Cordero Dávila.

En estos momentos está abierta la convocatoria de Del Aula al Universo. Así que pasen la voz y/o inscriban a su secundaria.

Observación astronómica en una secundaria. Fotografía del archivo de Del aula al Universo, cortesía del Dr. Alberto Cordero Dávila.

No es necesario ir al curso para poder ver las estrellas en estos telescopios. El proyecto organiza también una Noche de las Estrellas en la que cualquiera puede acercarse a observar. Los telescopios son llevados por varios ex-participantes del curso. Por ejemplo, el 5 de junio del 2012 miles de personas observaron el tránsito de Venus desde los 113 telescopios que se reunieron en la explanada del estadio Universitario de la BUAP.

La explanada de la BUAP durante el tránsito de Venus. Fotografía del facebook de Del Aula al Universo.

Estén pendientes del facebook de Del aula al Universo para la siguiente Noche de las estrellas y chequen también las actividades de la  Subsecretaría de Matemáticas y Astronomía de Tlaxcala. En el D.F., la Nibiru, sociedad astronómica de la Facultad de Ciencias de la UNAM, realiza actividades similares. Estoy segura que en otras partes del país habrá otras organizaciones que brinden una oportunidad semejante.

En la próxima entrada les contaré más detalles acerca de los telescopios y como mi abuela y yo pudimos comprobar que Saturno y sus anillos  sí existen.

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Acerca del autor

Alicia Mastretta Yanes es Bióloga egresada de la UNAM y actualmente cursa su doctorado en la University of East Anglia, Inglaterra. Su proyecto de doctorado explora la relación entre las características físicas del paisaje y la distribución de la diversidad genética en plantas de alta montaña de México.

Twitter: @AliciaMstt

De juguetes mexicanos ganadores de competencias alemanas y de diseñadores apasionados por la evolución de la vida [Parte 2 de 2]

En la primera parte de la entrevista a Gilberto, nos contaba cómo se acercó al mundo del diseño, así como el proceso detrás de Ollin. Y con este tema, nuestra charla continuó: -          ¿Qué tanta investigación tuviste que hacer, por ejemplo, para entender el mundo del juguete? Y, paralelamente, ¿tuviste que consultar más para abordar el tema de evolución?

“Los primeros bichos que construí ni siquiera tenían cabeza. Para ellos no me inspiré en algo en particular, simplemente experimenté que era lo más simple que podía construir con las piezas. Es una alternativa muy libre y puede ser interesante. Pero el resto de lo que hice venía de mis animales favoritos. Fue una excusa para contagiar mi pasión.

En el área de historia natural tenía un bagaje, pero sí investigué para escribir el documento. No quiero estar adivinando, había que dar datos duros. Y más que nada, sí me sirvió mucho el concepto de evolución como una herramienta para hacer una analogía con el mundo del juguete. El mundo de los juguetes también es como un ecosistema. Hay selección natural, hay depredación, canibalismo, hay un montón de cosas. Es un mundo agresivo y muy dinámico. Y básicamente, como en la selección natural, un mal juguete no va a sobrevivir, porque finalmente el niño no juega.

Desgraciadamente, a nivel corporativo, no se toma tanto en cuenta el asunto de la actividad del juego, más bien se desarrollan productos a partir de la mercadotecnia y de las posibilidades para asociar un juego con más consumo. En el proceso también me enteré de cosas no tan gratas, casi casi los ‘wikileaks’ de estas empresas para ver el lado oscuro del juguete.”

-          ¿Y ya ha habido la oportunidad de que algún niño juegue con el material que tienes?

“Han jugado con piezas sueltas, unas que hice con caucho de silicón para representar las formas diseñadas virtualmente. No son el producto final pero sí la idea. Y algo interesante que no había contemplado en la investigación es que, más allá de ser un juguete en sí mismo, puede darle vida nueva a otros juguetes. Los niños empezaron a tomar las piezas y a utilizarlas como armaduras para otros muñecos. Y me gustó la idea de que Ollin pueda jalar parte de su inercia creativa hacia otros juguetes que quizás se estaban acercando al fin de su vida útil. Finalmente es la idea de este proyecto. Es una inversión: se obtiene más por las horas de juego e incluso los papás obtienen más por el dinero que invierten en un juguete. Además, la huella ecológica del producto es más pequeña y el juguete puede ayudar a evitar compras compulsivas.”

Me confiesa que cree que, de cualquier manera, esto no es suficiente. Planea, en un futuro, involucrarse más en el asunto del material. Quiere buscar alternativas biodegradables para su construcción.

“Me encantaría también que fuera un juguete para generar conciencia sobre la administración de recursos naturales y que transmita la idea de que todo es finito. Incluso me atrae la idea de desarrollarlo en algún momento como un juego de estrategia, un juego de mesa: ir conquistando ecosistemas con tus habilidades y administrar tus recursos. Pero también podrán ocurrir cosas de repente, una crisis ecológica por ejemplo. Claro, en este caso tendría que informarme aún más acerca de cuestiones paleontológicas y evolutivas, para poder contar con datos y hacer analogías.

Otra de las bondades del proyecto es que puede tolerar exteriores. No es sólo imaginar el entorno, podemos ir y jugar con Ollin en el lodo o en la arena. Si quieres generar conciencia no va a ser sólo a través de moralejas, el niño tiene que interesarse en la naturaleza y comprometerse con ella. Si no la conoce, no hay forma de inculcarle un interés sincero.”

Y regresando al tema de los niños, me comenta que también está investigando la posibilidad de que Ollin esté disponible en ludotecas.

“En México me ha sido difícil encontrarlas pero son muy populares en Europa y Asia. Son lugares donde los niños llegan y rentan un juguete. Si el niño decide que le gustó tanto un juguete como para comprarlo después, bien, pero mientras ya probó 10 o 15 juguetes. Me parece una buena idea.”

-          Llegamos al tema del concurso, ¿cómo te enteraste? Cuéntanos cómo fue el proceso de participación y las emociones tras haber sido ganador.

“Es un concurso famoso, así que lo tenía ubicado desde hace mucho y de hecho antes ya había intentado participar. Y me animé porque particularmente este año tenía el slogan de ‘por una vida diaria mejor’ y pensé que Ollin podría ser parte de ello. Es curioso pero es mucho más difícil participar en muchos concursos llevados a cabo aquí en México. Muchos cobran inscripción y además te piden un modelo físico. Y esto, en algunos casos, es una limitante, sobre todo si eres estudiante.

El proceso de registro fue sencillo y después de confirmaciones de ‘todo se recibió correctamente’ y ‘estamos trabajando en ello’, siguieron meses de incertidumbre. Hasta que un día me mandaron un email que me avisaba que estaba en los 50 finalistas, creo que esa fue la parte más emocionante. Días después me mandaron un correo que anunciaba que era el ganador de la categoría de estudiantes de la región de América Latina.”

El premio Braun ofrece 15 premios internacionales: una por región. Sin embargo, su definición de región parece un poco arbitraria. Gilberto me dio su opinión al respecto:

“Se me hace curioso ver que América Latina es una región mientras que, Ucrania por ejemplo, es otra. Por una parte me dio gusto porque tuve que competir con más gente para lograr esto, pero por otro lado siento que no nos están dando nuestro lugar. Pienso que países como Brasil y Colombia están siendo muy destacados en diseño y, recientemente, México también se está recuperando en está área.

Por cierto, en la categoría de ‘profesionales’ del Premio Braun región América Latina, también ganó un mexicano, Alberto Villarreal, ex alumno del CIDI, UNAM. Nos llevamos el carro completo.”

De fósiles de dinosaurios enterrados en gomas y bichos para perseguir en la oscuridad

Pero Ollin no es el único proyecto exitoso de Gilberto. Hace algunos años, diseñó, junto con Ariel Rojo, unas gomas que al borrar, asemejan la erosión geológica y dejan al descubierto el fósil de un dinosaurio. Pueden conseguirlas en Kikkerland. Me cuenta que su deseo era en realidad diseñar una goma para cada era geológica con su respectivo organismo representativo. Pero al final sólo se concretó aquella que contenía al dinosaurio.

También con Ariel Rojo, diseñó lo que él llama un “bicho correlón” con material e ideas semejantes a los animales de Ollin. La creatura tiene un foto-resistor y, cuando está cerca de la luz, el cuerpo del insecto vibra, provocando que se mueva erráticamente. La idea es que sea un juego en la oscuridad, en donde uno persigue al bicho, lo cual no es una tarea fácil ya que si lo hacemos con ayuda de una lámpara, su captura se complica. Gilberto está ahora rediseñándolo y le interesaría que pudiera ser parte de campañas de comunicación para, de vez en cuando, apagar la luz en casa y jugar en familia.

 

Le agradecemos mucho a Gilberto que se haya tomado el tiempo para platicar con nosotros y, sin duda, Más Ciencia por México se entusiasma por sus logros y lo felicita por su reciente premio.

Para aquellos que se preguntan si podremos conseguir pronto a Ollin, Gilberto nos adelantó que ya está en términos de producción. Estoy segura que no sólo los niños lo estarán esperando. Conozco  a más de un adulto que se divertiría mucho con estos bichos.

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Acerca del autor

Entrevista realizada por Alejandra Manjarrez, bióloga egresada de la UNAM actualmente trabajando en el Instituto de Biología Evolutiva y Estudios Ambientales de la Universidad de Zúrich, en Suiza. Al igual que a Gilberto, le apasiona el estudio de la historia de la vida, y a eso se dedica.

De juguetes mexicanos ganadores de competencias alemanas y de diseñadores apasionados por la evolución de la vida [Parte 1 de 2]

De niño soñaba con ser paleontólogo. Sin embargo, antes de terminar la prepa, Gilberto decidió que lo suyo era el diseño industrial. Su pasión por el pasado de los seres vivos, ahora combinada con su talento creativo y formación profesional, lo ha llevado a diseñar objetos que aluden a la historia de la vida en este planeta. Una de sus creaciones, un juguete denominado “Ollin” ha llegado hasta Alemania a uno de los concursos de diseño más reconocidos a nivel internacional: el Premio Braun. El diseño de Ollin, así como sus posibilidades lúdicas, le valieron este reconocimiento al mejor diseño de Latinoamérica en la categoría de estudiante.

Ollin consiste en un set de construcción que contiene partes rígidas y flexibles con las que se puede formar el cuerpo de una gran variedad de individuos. Algunas de las piezas se asemejan a las partes del cuerpo de animales que conocemos, pero el número de posibles combinaciones puede dar como resultado figuras no necesariamente vistas antes ‘en vivo y a todo color’. Gilberto quiso representar lo que, de alguna manera, se ha visto en la historia de la vida: las mismas piezas pueden dar origen a una gran diversidad de formas. Las partes básicas que necesitamos para construir, por ejemplo, las extremidades de un individuo para jugar en la tierra, son las mismas que, con pequeños cambios, pueden dar lugar a unas alas o a unas aletas en otros.

Curiosa por las ideas detrás de estas creaciones, decidí buscar a Gilberto para que nos platicara acerca de ellas y de las peripecias que ha pasado estos años para desarrollar lo que nosotros ya sólo vemos como el producto final.

- ¿Cómo te acercaste al mundo del diseño?

“Fue chistoso. En la prepa daban pláticas de orientación profesional y en esos exámenes siempre me aparecían las ingenierías como primera opción. Pero la verdad yo soy muy malo en física y matemáticas, así que desconfiaba un poco de esos resultados. Fue a través de una plática de diseño industrial cuando me empecé a acercar a esa área; se me hizo interesante. Pero como comento, eso fue en el último año de prepa, no fue para nada mi sueño de la niñez. Más bien mi sueño desde los tres o cuatro años era ser paleontólogo, pero investigando cómo era la forma de trabajo, decidí que no era lo mío.”

Me confiesa que no se veía trabajando en campo. Ahora más bien es un lector y conocedor de lo que otros paleontólogos hacen.

En cuanto a la carrera, Gilberto dice que ya está a poco tiempo de terminarla. “Sólo me falta entregar la tesis, que ya está hecha, es justamente este proyecto (refiriéndose a Ollin). Me faltan algunos asuntos burocráticos, pulir un poco el documento y ese tipo de cosas.”

Relata, entusiasmado, que recientemente abrió un despacho con otros dos colegas. Así, entre el arranque del despacho y proyectos en los que ya se empiezan a involucrar, ha estado muy ocupado. Pero se alegra de ya tener por fin una oficina. Trabajar en casa no es lo mismo, me dice. Yo apoyo su comentario y, pensando en mi propia experiencia, le confieso que cuando tengo que escribir, prefiero salirme de casa y buscar un café o una biblioteca. Pero pronto caigo en cuenta de que escribir no es lo mismo que ‘ser un diseñador’, supuse que estarse moviendo de lugar es imposible porque hay que tener acceso a materiales y otras herramientas. Gilberto me corrige y me explica que su trabajo poco a poco se aleja de las tareas manuales y de la diversidad de materiales:

“No sé si llamarlo desilusión, pero sí fue un cambio. En la carrera todo es mucho más didáctico, trabajas con muchos materiales. Y ya en la profesión, te la vives en la computadora y todo lo que a ti te gustaba hacer manualmente, ya sólo lo diriges.”

Hacemos entonces la transición para hablar de Ollin, ese juego que le valió el famoso premio Braun y lo que le llevó a aparecer en muchos periódicos mexicanos el diciembre pasado.

- ¿Lo hiciste solo? Confieso que me impresiona que haya sido tu proyecto de licenciatura.

“Ahora se está convirtiendo en un proyecto de nuestro despacho. Pero sí, lo hice solo, aunque me llevó mucho más tiempo de lo que usualmente uno invierte en una tesis. Deben durar un año, éste se extendió mucho. Así que en realidad llevo años con este ‘hijo’. Y los profesores me decían ‘ya acábala, ya acábala’ y yo seguía haciendo bichos. Porque también se volvió una vorágine de ocio y locura. Además, me di cuenta de que si era divertido armarlo en la computadora, que era lento y nada práctico, pues ya como juguete tiene potencial. Pero sí hubo una parte en la que quise hacer todos los bichos que me gustaron.”

- Veo que gran parte del trabajo fue a través de la computadora, ¿qué tan difícil es lograr que un trabajo virtual tenga viabilidad en la realidad?

“Así es, este trabajo fue un peloteo entre la computadora y la realidad. Pero sí llega un punto en el que ya tienes la experiencia de decir: esto es práctico hacerlo a mano, no voy a estar tres horas en la computadora simulando algo que puedo hacer en 15 minutos en papel. Y también tuve que utilizar diversos materiales para asegurarme que las uniones entre piezas interactuaban correctamente. Es una labor mixta: la mitad del tiempo estás en la computadora y la otra mitad estás haciendo pruebas. A veces se corren riesgos si no se hacen las pruebas adecuadas, me pasó a mí. De repente me confiaba en mi simulación en la computadora y en la realidad no funcionaba bien y tenía que cambiar una pieza. El problema es que una pieza implica cambiar otra y otra y se vuelve una cadena que toma tiempo resolver. Entonces todas las piezas las volví a hacer desde cero unas tres veces. Al principio eran como 75 piezas por juguete y después fue bajando como a 30 o 35. La idea era poder hacer más cosas con menos piezas, también eso fue lo que tomó tiempo.”

- ¿Y cómo se te ocurrió la idea? Por un lado que fuera un juguete y por otro lado que abordara el concepto de evolución.

“Fue una cosa que empezó hace varios años. Todo empezó con un juguete para armar. Esto fue en cuarto semestre de la carrera. Había que canalizar el mecanismo de un automóvil, replicarlo en una maqueta de una forma muy básica, abstraerlo y ver cuáles son los elementos indispensables de ese mecanismo. Y después de eso aplicarlo a un juguete. A mí me tocó el mecanismo de elevación de las ventanas. Es un engrane y una tijera y eso lo usé para hacer un pescado. Para generar volumen en la pieza pensé en utilizar piezas de acrílico termoformadas que hicieron como un cascarón. Y para ello, me inspiré en los placodermos, que son peces del Devónico que tenían un exoesqueleto, algo así como una armadura, que le generaban un volumen. Así que de ahí vino una de las ideas que después llegaría a Ollin: generar volumen con piezas planas. Daba un resultado interesante, mucho más orgánico que otros juegos de armar, como Lego o Mecano. Ese fue mi proyecto favorito de la carrera.”

Basado en eso, cuenta que se le ocurrieron diversas ideas, también inspiradas por su pasión por la paleontología, pero al final Ollin fue tomando forma.

“Lo de abordar ya específicamente el tema de evolución pasó sobre la marcha. El primer juguete era una salamandra, tal cual. Tenía cuestiones de evolución pero era pescado o salamandra, no más. Pero entonces sentí que me estaba quedando un poco corto con esto, porque estaba desarrollando muchas piezas y ya estaba siendo muy complicado. No se iba a justificar ni mi inversión de tiempo, ni de costos si se fuera a producir. Eran muchos moldes y materiales sólo para dos juguetes. Así que el asunto evolutivo fue surgiendo del mismo proceso de diseño y después pensé que podría ser un juguete educativo. De hecho, al principio desarrollé formas más apegadas a lo que fueron y son los animales en la realidad, pero eventualmente me di cuenta de que esto también era impráctico.”

Al final llegó a la conclusión de que lo más interesante era representar el tema, no tenía que imitar a los animales que vivieron en otras épocas, simplemente transmitir los cambios por los que pasan los organismos durante el largo proceso de adaptarse a los lugares que habitan, las mutaciones y transformaciones que ocurren durante ese juego de supervivencia, así como Ollin fue mutando hasta que se convirtió en esa idea que le permitió llegar a conquistar nichos lejanos.

“Además, así, les daba oportunidad a los niños de que investigaran más si el tema les interesaba. Eso es parte de lo que puede hacer más interesante a un juguete educativo. La mayoría suelen ser contemplativos, te dan una lección, pero aquí podemos dejarlos con muchas dudas, para que investiguen.

Ese fue el proceso de cómo fue creciendo la familia. Eventualmente tuve el problema contrario: ¿cómo parar y saber cuándo ya ha sido suficiente? Realmente nunca hubo un punto claro de decir ya acabé, pero sí me di cuenta en algún momento de que las ideas empezaban a ser repetitivas y entonces decidí cortar el proceso creativo y dedicarme ya a la documentación.”

Continuará …

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Acerca del autor

Entrevista realizada por Alejandra Manjarrez, bióloga egresada de la UNAM actualmente trabajando en el Instituto de Biología Evolutiva y Estudios Ambientales de la Universidad de Zúrich, en Suiza. Al igual que a Gilberto, le apasiona el estudio de la historia de la vida, y a eso se dedica.

El reto cero

La conversación seguía el formato de costumbre. ¿Cómo te llamas, de dónde eres, en qué universidad estás haciendo tu doctorado? ¿De qué se trata tu proyecto? Luego una responde a lo mismo. Cómo me llamo, de dónde soy, en qué universidad estoy haciendo mi doctorado. De qué se trata mi proyecto.

Éramos un grupo de estudiantes de doctorado congregados para tomar un curso. Hace tiempo que me resigné al formato. Así empezaban, como sacadas de un ejercicio para aprender inglés, las conversaciones para romper el hielo. Pero alguien soltó al aire una pregunta que hoy, casi un mes después, me sigue invitando a divagar: ¿qué tanto de tu proyecto de investigación podrías hacer desde cero?

¿Qué tanta de tu ciencia podrías hacer desde cero?

Es decir, imaginen que por el motivo fantasioso de su preferencia de repente están en un planeta Tierra con todas las mismas condiciones ambientales, la misma historia física y biológica con la excepción de que no hay rastro alguno, ni siquiera ruinas de ningún tipo, de nuestra especie ni de ninguna otra civilización. Imaginen que el reto no es hacerse de comida y refugio para sobrevivir, sino tener que reproducir lo que sea que estén haciendo en sus proyectos de final de semestre, o tesis de licenciatura, maestría o doctorado, pero… desde cero: sólo con la información presente en este instante en sus memorias. No hay ni bibliotecas, ni libros, ni apuntes de la universidad, ni de la prepa, ni computadoras, ni Wikipedia, ni servidores, ni journals, ni manuales, ni papel, ni lápiz, ni equipo de laboratorio, ni edificios, ni herramientas, ni equipo. Cero. La única concesión que doy es que podría haber otras manos (mas no mentes) dispuestas a ayudar y tiempo, bastante tiempo.

Bajo esta situación hipotética, ¿qué tanta de nuestra investigación, de nuestra ciencia podríamos hacer? ¿Qué no? ¿De qué tienen una vaga idea como para poderlo reinventar? Los invito a responder en los comentarios del blog o de facebook. No tienen que ser tan extensos como el ejemplo de abajo, un comentario corto basta. O no comenten, pero hagan, sí hagan el reto cero. Prometo que divierte imaginarse en esa soledad.

Ejemplo de mi caso. Para empezar, ignorancia la mía: la verdad es que no sé cómo hacer una computadora. Punto, pierdo ahí. En el campo me defiendo: sabría llegar a mis montañas (si me ponen en el continente correcto y me dan una vida larga, ja) y sobrevivir en el campo (tal vez). Sin un vehículo, y dado que no habría caminos, sería una expedición que me tomaría años, como esos primeros viajes botánicos que no me tocó vivir. Podría identificar a mis especies y recuerdo suficiente de su sistemática como para reescribir las claves de identificación y buena parte de su filogenia. La teoría de lo que hago la tengo bastante clara, y podría reescribir, con terribles faltas pero con decencia, mucho sobre evolución, filogeografía y genética de poblaciones, pero no podría reproducir los algoritmos de la mayoría de los programas de cómputo que ocupo. Iba a comentar ahora sobre el papel, creo que conozco el proceso para fabricarlo, pero no sé si lograría fabricar las herramientas. Mejor vamos al laboratorio para enfocar esto más en el lado de los métodos moleculares de mi proyecto.

El primer paso de lo que yo hago implica una extracción de ADN. Para ello se necesitan básicamente dos sustancias: detergente y alcohol. Ja, ¡sé hacer jabón! necesito grasa e hidróxido de sodio. El método para hacer NaOH que viene a mi memoria es una electrólisis de agua con NaCl… mmmm no es tan trivial eso de hacer un electrodo. Creo recordar el principio básico para producir electricidad… pero necesito un cable de cobre y un imán… de nuevo nada trivial de conseguir, mi metalurgia es bastante limitada. Pero bueno, creo que también hay NaOH en las cenizas de ciertas plantas, en particular de junípero (coincidencia, una de mis especies de estudio es un junípero). ¿Y el alcohol? Bueno, es cuestión de poner algo a fermentar, eso sí podría hacerlo.

Sí, ya sé que estoy lejos de los niveles de pureza que se requieren, y que una extracción casera de ADN no sirve para lo que estoy haciendo, pero vamos a seguir el juego. Correr un gel: es decir hacer una electroforesis. De nuevo el maldito electrodo, bueno vamos al gel en sí. La agarosa viene de cierto tipo de algas… uy, espero que no vivan sólo en las costas de Japón y que otras algas marinas sirvan. Bromuro de etidio, necesito bromuro de etidio. Ah, triste mi química orgánica: sé que el EtBr es un compuesto aromático, sé porqué brilla naranja bajo la luz ultravioleta (no sé cómo producir luz ultravioleta, por cierto), sé porqué es mutágeno y cómo se intercala con las moléculas de ADN, pero admito, no recuerdo con qué reacción producirlo.

Pienso ahora en un PCR. Sé muy bien la teoría de lo que está pasando a nivel molecular, soy buena explicándolo. Puedo recordar perfecto los pasos e ingredientes en el laboratorio. Podría obtener cloruro de magnesio evaporando agua de mar… quizá. La polimerasa sería un gran reto, habría que perfeccionar primero mucha microbiología. Y luego los primers, la verdad es que no me acuerdo cómo hacer primers. Y a todo esto, no he mencionado el plástico y el vidrio que son fundamentales en el laboratorio. No sé cómo hacer plástico (ni extraer petróleo para empezar) y del vidrio sólo me acompaña la romántica idea de que la arena de mar tiene sílice y que necesitaría construir un horno de altas temperaturas.

Voy a detenerme aquí. Una extracción de ADN y un PCR son parte del soporte más elemental de mi trabajo de laboratorio. Ya no llegué a lo que necesitaría para lograr hacer la secuenciación y eso que ni siquiera me detuve a describir lo difícil que sería construir equipo básico, como un refrigerador. Creo que el punto quedó claro: yo y mi ignorancia no podríamos hacer la más básica de mis rutinas si tuviera que empezar de cero. Me tomaría años siquiera acercarme.

No soy una bióloga molecular, ni una química, ni una física, ni una ingeniera. No puedo serlo todo. Estoy haciendo un doctorado en biología evolutiva para entender un poco más los procesos detrás de la diversificación de la biodiversidad en las montañas mexicanas. Mi trabajo recae en mucho de lo que se ha hecho ya. Dependo de poder buscar información para resolver problemas o para seguir un método, de utilizar reactivos y equipos que otros hicieron. Necesito poder entender cómo funcionan, pero no hacerlo todo desde cero ni memorizar cada detalle de cada método.

¿Qué es el conocimiento? ¿Dónde está? Válida la reflexión filosófica. Pero también la práctica. El recuerdo repentino de porqué la educación nos es tan importante, de porqué uno de los grandes pilares de nuestra especie es el que podemos almacenar y transmitir información. Cuán vano sería el reinventar la ciencia cada nueva generación.

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Acerca del autor

Alicia Mastretta Yanes es Bióloga egresada de la UNAM y actualmente cursa su doctorado en la University of East Anglia, Inglaterra. Su proyecto de doctorado explora la relación entre las características físicas del paisaje y la distribución de la diversidad genética en plantas de alta montaña de México.

Evolution 2012: Que la ciencia funcione

Empecé a escribir esto en Ottawa, Canadá, ahora estoy en mi casa después de varias horas de viaje. Hace unos días eran las últimas horas de Evolution 2012, el congreso sobre evolución que por primera vez conjuntó a las sociedades del estudio de la evolución de Estados Unidos (SSE), Canadá (CSEE) y europea (ESEB). Dos mil quinientos participantes registrados, dos mil quinientas cabezas cuya profesión es estudiar la evolución. Dos mil quinientos científicos que se formaron como biólogos, bioquímicos, matemáticos o computólogos. Dos mil quinientas personas cambiando de salas cada quince minutos, buscando en sus celulares o en sus libretas a cuál plática entrar después. Gente que expuso su trabajo de años en diez diapositivas, estudiantes que discutimos los siguientes pasos de nuestro doctorado de espaldas a un poster con gráficos y letras que resumen nuestros resultados. Foros de discusión. Mucho café.

Trato de sentarme a escribir con la disciplina que se debe. Quiero hacer un recuento de experiencias, pasar en limpio los apuntes, dejar en claro la lista de artículos que tengo que leer y los métodos en los que quiero profundizar, organizar las ideas que discutí con otros estudiantes e investigadores, organizar en mis favoritos los links a diferentes proyectos que me interesaron.  Recapitular antes de que todo quede en el conocido olvido de la memoria. Y entonces, como buena procastinadora que soy, decidí escribir esta entrada de blog.

Los biólogos, como el resto de los científicos, tenemos congresos. Reuniones convocadas por la sociedad de estudio de tal o cual campo. Ustedes ya lo saben, yo no lo sabía cuando empecé a estudiar biología. O cuándo menos no tuve claro de qué se trataban hasta que fuí a uno por primera vez. El de Congreso Mexicano de Botánica en Zacatecas, años atrás. Lo comento porque para mí los congresos han sido parte crucial de mi formación. Sé que tal es el caso de tantos otros. Los motivos sobran: una va y se sienta a escuchar un bombardeo de ideas, vistazos a métodos y resultados que aún no se han publicado; una expone su trabajo y otros escuchan y preguntan; y así estudiantes e investigadores quedan inmersos en una atmósfera de retroalimentación que en lo personal considero muy productiva.

Pero eso sobra decirlo, de eso se trata. Si en verdad o no valen el gasto y el viaje, si las cosas van a dirigirse a teleconferencias, si el tamaño importa y si son un reflejo de la geografía de dónde se hace la ciencia son temas más serios que discutiré en otra ocasión. En realidad en esta entrada quiero recapitular un par de sucesos que me gustaron por el puro gusto de contarle al mundo la profesión tan bonita que tenemos y el gozo que es asistir a un congreso.

Empecemos por la diversidad de temas. En una sola mañana y de forma simultánea había pláticas sobre adaptación y genética evolutiva, genética ecológica, comportamiento, filogenética, sistemas de apareamiento y selección sexual, interacción interespecífica y coevolución, por citar unas cuentas. En general una escoge la sala con los temas cercanos a el campo de estudio propio, pero es difícil resistir la curiosidad de entrar, de vez en cuando, a una plática fuera de los estrictos límites de la especialización. Así, por ejemplo, un día había tenido suficiente de genómica y aplicaciones de secuenciación de siguiente generación y decidí entrar a un simposio sobre simbiosis, en particular sobre parásitos que manipulan a su hospedero. Descubrí con asombro la existencia de los gordian worms (o horsehair worms), un nematomórfo (i.e. un tipo de gusano) maravilloso que parasita insectos: por ejemplo crece dentro de un grillo y cuando ha alcanzado la madurez… créanlo o no lo hace cometer un acto suicida: brincar a un cuerpo de agua (lago, río o hasta alberca), donde entonces el gusano parásito puede emerger y continuar con su ciclo de vida en el agua. Aquí un video:

 

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De la voz de David Hughes, el orador en cuestión, aprendí que este tipo de interacciones son viejas, existen fósiles que nos hacen pensar que los nematomórfos llevan por lo menos 44 millones de años con tan espectacular forma de parasitismo. De ahí la exposición derivó a un breve recuento de la historia del estudio de estos bichos, con la conclusión de cómo pasó de un sistema anecdótico a métodos ecológicos y genéticos con los que ahora se trata de profundizar en la evolución de estos organismos. La plática era, en realidad, una introducción al resto de las sesiones del simposio, a las cuáles no asistí porque en una sala paralela se comenzó a hablar de cómo poner a prueba modelos demográficos y filogeográficos, esas cosas que yo hago, pues. En fin, entiéndase que había de todo y que más allá de oír en qué va la última investigación del tema propio, los congresos me recuerdan también que la biología sigue creciendo como micelio en la bastedad de direcciones que el mundo natural y sus fenómenos nos pone enfrente. En lo personal, el sólo hecho de saber que bichos como los nematomorfos existen y que alguien se dedica a estudiarlos alimenta mi ánimo.

Creo sin embargo, que lo que da gusto no es sólo que haya gente estudiando este mundo nuestro (bueno, y otros) sino que se está haciendo con buena ciencia. Con el muchas veces lento proceso de poner a prueba hipótesis y llegar a conclusiones basadas en evidencia confiable. Nos guste o no el resultado. Rosie Redfield lo dejó en claro en su muy divertida conferencia magistral. En resumen, esta mujer detectó fallas en los métodos de un artículo publicado en Science, por un grupo de la NASA. El artículo decía haber encontrado bacterias que podían utilizar arsénico como biomolécula e incluso incorporarlo en su ADN en vez de fósforo. De ser cierto, esto hubiera tenido fuertes implicaciones en nuestro entendimiento de los seres vivos. Según Rosie, no fue sólo un problema metodológico de la autora principal, sino una cadena de fallos en todo el resto de las personas involucradas.

Foto de su diapositiva:

 

Traducción (de la esquina superior izquierda en dirección de las flechas): Fallo de la autora principal - Fallo del último author (supervisor de la autora principal) - Fallo de otros autores - Fallo de los revisores - Fallo de los editores de Science - Fracaso

 

Para no hacerles el cuento largo, el artículo ocasionó mucha controversia en la blogósfera de científicos (por cierto que bloguero ya está aceptado por la Real Academía de la Lengua Española), en parte gracias a una entrada y a un tuit de Rosie (el hashtag #arseniclife está bueno). La situación derivó en dos artículos más en Science, uno de ella (y colaboradores) y otro de otro grupo. Básicamente trataron de repetir los experimentos paso a paso, no lo consiguieron y apuntaron la serie de errores y malinterpretaciones del primer estudio. Veremos qué responden los otros. La conclusión al momento: hay bacterias que pueden vivir en arsénico, mas no utilizarlo como fuente alternativa de fósforo ni incorporarlo en su ADN. En otras palabras, después de tantos fallos, la ciencia como proceso sí funcionó:

 

Traducción: Pero la ciencia (el proceso) funcionó bien.

 

Me quedé pensando en esa última diapositiva. Se trata de que la ciencia funcione. Pero ya no hablo sólo del método, del basar las conclusiones en evidencia, sino también del resto de los aspectos que hay detrás. De la ciencia como actividad humana. Creo que eso es lo que me llevo del congreso: recordar que a la ciencia la hacen personas, estudiantes e investigadores de todo el mundo, inmersos en nuestros propios problemas, nuestras economías, políticas y pesares. La ciencia como proceso y como actividad humana. ¿De qué depende que funcione (o no)?

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Acerca del autor

Alicia Mastretta Yanes es Bióloga egresada de la UNAM y actualmente cursa su doctorado en la University of East Anglia, Inglaterra. Su proyecto de doctorado explora la relación entre las características físicas del paisaje y la distribución de la diversidad genética en plantas de alta montaña de México.

Las propuestas de los candidatos en las áreas de Ciencia y Tecnología

La agenda ciudadana de noticias (www.join.com.mx) ha compilado la siguiente infografía en la que se describen las propuestas de los candidatos a la presidencia de nuestro país en las áreas de ciencia y tecnología. Tómate unos minutos para comparar lo cada uno de ellos propone en estos campos. Estaremos añadiendo más información relacionada para ayudarte a realizar un voto informado. También te exhortamos a consultar otras fuentes fidedignas que te ayuden a tomar tu decisión.

 

Propuestas Candidatos a la Presidencia - Ciencia y Tecnología

 

Fuentes:

Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnologia (CONaCyT)

Foro Económico Mundial

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)

Secretaría de Economía

Páginas oficiales de los candidatos: http://www.amlo.org.mx/ http://www.enriquepenanieto.com/http://www.nuevaalianza.mx/ http://www.josefina.mx/

Diáspora Científica Mexicana: ¿Desgracia u Oportunidad?

Colaboración del Dr. Ray Sánchez Pescador

Durante la última reunión de la Academia Mexicana de Ciencia en la ciudad de México se llevó a cabo una mesa redonda para discutir la diáspora de doctorados mexicanos a posiciones de estudio y empleo fuera del país. La mesa redonda fue dirigida por tres científicos que actualmente residen en los Estados Unidos, los doctores Luis Orozco, Pablo Meyer Rojas y Ray Sánchez-Pescador. El objetivo fue discutir el problema de la diáspora de doctores mexicanos y elaborar si debieran existir más oportunidades para facilitar el retorno de estos a México. Después de hacer una encuesta informal, los ponentes descubrieron que una buena proporción de doctores mexicanos en el extranjero intentan o planean regresar a México. Desafortunadamente, su retorno ha sido impedido por una falta de plazas en academia y en la industria. Y cuando las plazas existen, hay un aparente desinterés en contratar a candidatos que han pasado una temporada en el extranjero, favoreciendo a los candidatos locales y pasando por alto la experiencia adquirida en el extranjero que podría ser importada al país.

Como consecuencia, antes de elaborar estrategias de posible repatriación, la mesa discutió datos generados por diferentes organizaciones gubernamentales para analizar la situación actual con más detalle.

Hace aproximadamente cuarenta años, el gobierno mexicano decidió estimular la creación de programas para incrementar el número de programas de doctorado en el país. Desafortunadamente, ésta decisión no vino acompañada de un plan para proveer a los nuevos graduados con un método (empleos) que convierta la inversión en educación en productividad nacional. Actualmente el país genera aproximadamente 3,000 nuevos doctores cada año. Una vez graduados, estos doctores inevitablemente necesitan encontrar trabajo ya sea en la academia o en la industria mexicana. Los últimos datos de CONACYT y del SNI indican que el número de plazas en la academia ha ido disminuyendo, por lo que es imposible que universidades puedan asimilar a todos los nuevos graduados en la estructura actual. Esta situación en la academia se acentúa cuando se descubre que al mismo tiempo que se generan menos plazas para nuevos candidatos, las plazas ocupadas por directivos y administradores no se están desocupando con la misma frecuencia que antes. Esto aparentemente se debe a que la comunidad académica en posiciones de alto rango continúa trabajando, y consecuentemente se mantiene ocupando plazas hasta edades muy avanzadas, retrasando su jubilación. Parece lógico pensar entonces que el número de plazas académicas disponibles para los nuevos doctores continuará disminuyendo.

Es importante hacer notar que la situación que se presenta aquí no es exclusiva de México. Más y más universidades en países desarrollados se encuentran reduciendo presupuestos y programas académicos resultando en menos oportunidades de empleo para sus nuevos graduados.

 

Al mismo tiempo, CONACYT reporta que la industria, la otra opción de empleo para los nuevos doctores, frecuentemente tiene plazas disponibles pero la mayoría de estas plazas son para candidatos con maestría y no doctorado. Juntas, las dos opciones de empleo disponibles apuntan a un futuro incierto para los egresados de programas de doctorado. Como consecuencia, esta escasez de empleo reduce grandemente la posibilidad de que mexicanos en el extranjero tengan la opción de encontrar trabajo en México y poder contribuir con sus conocimientos adquiridos durante su estancia fuera del país a problemas mexicanos.

A pesar de este ambiente aparentemente negativo para la comunidad estudiantil, la mesa estresó la necesidad de que el país debe continuar creando recursos humanos con educación avanzada, pues son ellos mismos los que permitirán a México avanzar política y económicamente y competir en el mercado global.

Sin embargo, si las instituciones académicas mexicanas o la industria nacional no pueden asimilar a los nuevos graduados, es imperativo que estos mismos no dependan o esperen que el gobierno les dé empleo ya que la situación económica limita la habilidad de gobiernos e industrias nacionales de crear nuevas plazas. Los nuevos graduados necesitarán crear sus propias oportunidades de empleo que les permitan contribuir sus conocimientos para el bien del país. Estrategias pueden incluir, por ejemplo, convencer a la industria nacional del valor que doctorados pueden aportar (más allá de lo que puede contribuir un maestro), o mediante la creación de asociaciones o pequeñas empresas, posiblemente incluyendo colaboraciones con mexicanos en el extranjero, para desarrollar nuevos productos para el mercado mexicano. La creación de nuevas empresas generará nuevas oportunidades para investigación básica, ofreciendo más plazas para individuos con educación avanzada.

Acerca del Autor

Dr. Ray Sánchez Pescador, es esgresado del programa de doctorado en Ciencias Biomédicas de la UNAM. Despues de realizar una serie de postdocs en Estados Unidos, ha trabajado para empresas como Quiron ó Genetech coordinando proyectos para desarrollar e introducir al mercado biofármacos contra diversas enfermedades humanas. Actualmente, el Sr. Sánchez-Pescador dirige una empresa dedicada a vender software para electronic medical récords usado para el manejo de datos en hospitales y clínicas médicas.

En Más Ciencia por México nos interesa conocer tu opinión. ¡Compártela con nosotros en los comentarios!

 

Influenza Aviar (A H5N1): ¿Peligro o Paranoia? [Parte 2 de 2]

¿Deben censurarse los resultados de la comunidad científica?

En la primera parte de este escrito, describíamos como se ha desarrollado el marco del debate en cuanto a la censurabilidad de los resultados científicos que pueden ser ligados directamente a una cuestión de seguridad.

Desde ese entonces cartas y comentarios han sido publicados en diferentes revistas científicas. Las cadenas de noticias a nivel mundial también ayudaron a extender la noticia. Básicamente hay dos grupos, aquellos que concuerdan con el NSABB y piensan que los resultados deben retenerse; y quienes están en contra y piensan que es necesaria su publicación para fomentar la investigación en el tema. Los argumentos son varios, las razones de la NSABB a grandes rasgos son: 1) la A H5N1 posee una tasa de mortalidad muy alta. 2) Su publicación permitiría que personas, organizaciones o países crearan virus similares y desataran una pandemia. 3) los riesgos y consecuencias de un ataque bioterrorista sobrepasan los posibles beneficios al conocimiento científico. La sugerencia que propone la NSABB es publicar los trabajos sin metodología y sin describir a detalle los resultados. Esto daría la oportunidad a los autores de dichas investigaciones de ser citados y formalizaría la información que por el momento se encuentra dentro de noticias, podcasts o blogs. Por su parte los opositores al NSABB argumentan que: 1) las tasas de mortalidad oficiales están demasiado sobrestimadas y que el número de personas que están tomadas en cuenta son sólo aquellas que acudieron a un hospital, se les realizo una prueba y se confirmó la presencia de la A H5N1. Es decir los números que presenta la OMS no cuentan infecciones asintomáticas o a personas infectadas que no acudieron al hospital pero que sanaron de la enfermedad. Hay que tomar en cuenta que los casos reportados representan los más graves y se dieron principalmente en zonas rurales de China, Vietnam, Egipto, Indonesia, entre otras naciones asiáticas. Así que probablemente hubo otras personas infectadas que por presentar síntomas menores y al tener centros de salud en poblaciones lejanas, decidieron no acudir al medico. 2) los hurones no son personas. Este es un controversial argumento ya que a su vez se pide dinero para financiar investigaciones científicas usando un organismo modelo (ya que ciertas investigaciones no pueden ser realizadas en humanos), y al mismo tiempo se minimiza el potencial de extrapolar el conocimiento adquirido al beneficio de las personas. No importando la incongruencia de los científicos, el hecho es que los hurones no son humanos y no se debe de inferir que algo que pasa en hurones, debe por definición también pasar en humanos. 3) la metodología y los resultados ya han sido vistos y son conocidos por varias personas, y por ende es obsoleto evitar la publicación. Y es que encima de las personas que realizaron el estudio, los editores y revisores y los miembros del NSABB; el pasado 12 de Septiembre del 2011, Ron Fouchier presentó los resultados de sus investigaciones frente un auditorio lleno durante una conferencia en Malta. Por lo tanto se estima que alrededor de 1000 personas han visto la metodología y los resultados. Además, los opositores a la NSABB concuerdan que ya es muy tarde para la censura, ya que la información que ha estado publicándose en cartas, comentarios, podcasts y periódicos es suficiente para reproducir el experimento. 4) Los beneficios de su publicación sobrepasan las posibles consecuencias. El conocer las mutaciones que contienen estos virus transmisibles entre hurones ayudaría a identificar si estas variantes se encuentran en la naturaleza y, por medio de vigilancia epidemiológica, se podría monitorear el desarrollo de dichas variantes y prevenir una posible pandemia, una no creada por el hombre. También, a final de cuentas estas investigaciones se realizaron para dilucidar los mecanismos de transmisión de la influenza, mismos que en la actualidad son muy pobremente entendidos. Y aunque no se ha hablado mucho de ello yo añadiría 5) Verificar la reproducibilidad de los datos. Para que una idea sea generalmente aceptada en ciencia debe de ser reproducible por distintos laboratorios. El simple hecho de ser publicado en prestigiosas revistas científicas no significa que no haya un error en los datos (ya sea intencional o no) y por ende los resultados y la metodología deberían de estar públicamente disponibles para que los demás laboratorios reproduzcan sus conclusiones.

Con argumentos o sin argumentos, este debate ha mostrado fallas estructurales en el sistema actual para difundir el conocimiento científico. Calurosas discusiones, como la que se llevo a acabo el pasado 2 de Febrero en la Academia de Ciencias de Nueva York, muestran la ruptura entre científicos, editores y políticos que este tema ha desatado. Dos horas de acusaciones y descalificaciones que llevaron a ningún lado y solo estancaron las negociaciones. He de decir que en mi particular opinión la NSABB actúo como un reportero sensacionalista al declarar el miedo que le produce la A H5N1 en comparación con enfermedades que han probado ser devastadoras a la lo largo de la historia como la peste y la viruela. Declaraciones imprudentes de los propios autores también vinieron a distorsionar el panorama, como las de Ron Fouchier que durante su conferencia en Malta se refirió a sus investigaciones como “algo muy estúpido”, “muy malas noticias” o “algo muy peligroso”.

Ante la respuesta de la sociedad científica mundial, y haciendo hincapié que la NSABB es un organismo de un solo país, la semana pasada en la cede general de la OMS en Ginebra, Suiza; se reunió a 22 expertos para llegar a un conclusión sobre este tema. Las revistas Nature y Science prepararon dos manuscritos para esta junta, uno con la información completa y otro con partes faltantes de acuerdo a la propuesta del NSABB. La OMS declaró que dado que la metodología no es novedosa, los estudios a grandes rasgos han sido publicados por terceras personas, y que incluso los datos de uno de los estudios ya habían sido presentados ante una conferencia publica; la censura de las investigaciones es inútil. Además, la OMS recalca la importancia de continuar la investigación sobre el origen de la transmisibilidad del virus y extender la vigilancia epidemiológica ya que existe un riesgo substancial inmediato de que el virus adquiera la capacidad de ser transmitido en la naturaleza. Sin embargo la OMS también solicita retrasar la publicación para informar a la sociedad, aunque también se dice que el retraso se da para dar tiempo a la NSABB a reformar su posición.

Sin embargo el debate no esta próximo a acabar, ya que ahora se deberá decidir el nivel de bioseguridad con el que se trabajará este virus. Es decir, falta definir las condiciones que los laboratorios deben satisfacer para poder manejar este virus. Todo apunta a que el virus será clasificado como BL-4 (máximo nivel de seguridad) lo cual en si limita el numero de laboratorios e instituciones que pueden manejar el virus. Lo cual afecta gravemente el numero de investigaciones que se podrían realizar y deja a discreción de un número selecto de personajes preguntas importantes de ciencia básica y bioseguridad. Simplemente en EUA sólo existen 15 laboratorios BL-4 de los cuales 9 pertenecen a instituciones gubernamentales y solo 4 a la Academia. Por ello pronostico que seguiremos viendo semana a semana el desarrollo de este tema que sin duda nos interesa a todos, la manera en que se maneja nuestra seguridad.

Referencias:

-Secciones “News in Focus” y “Comment” de la revista Nature desde Diciembre del 2011 hasta el 22 de Febrero del 2012. Aquí pueden encontrar todo lo relacionado a la influenza H5N1 publicado por esta revista: http://www.nature.com/news/specials/mutantflu/index.html

-Sección “Policy Forum” de la revista Science del 17 de Febrero del 2012

- Blog de la Revista “Scientific American” acerca de las declaraciones de Ron Fouchier durante su conferencia en Malta: http://blogs.scientificamerican.com/observations/2011/12/30/what-really-happened-in-malta-this-september-when-contagious-bird-flu-was-first-announced/

-Esta Semana en Virologia (TWiV, por sus siglas en ingles) diversos episodios pero principalmente 159 y 169: http://www.twiv.tv/

-Información sobre laboratorios BL-3 y BL-4 en EUA: http://www.gao.gov/new.items/d08108t.pdf

-Grupo de Discusión “Dual Use Research: H5N1 influenza Virus and Beyond”, The New York Academy of Sciences, 2 de Febrero 2012. Un video preparatorio de Nature lo pueden encontrar aquí: http://blogs.nature.com/news/2012/02/video-debating-h5n1-and-dual-use-research.html, y el video de toda la conferencia lo pueden encontrar aquí (hago hincapié en la discusión entre Peter Palease y Michael Osterholm) http://www.nyas.org/MemberCenter/AcademyNews.aspx?cid=8c61a204-36f6-4df8-8bd2-059882c5e287

Acerca del Autor

Daniel Blanco Melo es egresado de la Licenciatura en Ciencias Genómicas de la UNAM y actualmente es estudiante de Doctorado por la Universidad Rockefeller en Nueva York. Trabaja en el Laboratorio de Retrovirología en el Aaron Diamond AIDS Research Center.

“¡Poco comunes pero fuertes juntos!”

Este año es especial, ¡es año bisiesto! Pero además de ser un día raro que ocurre sólo cada 4 años, el próximo 29 de febrero es también el 5to Día Internacional de las Enfermedades Raras. Instituido en 2008 por la Organización Europea para las Enfermedades Raras (EURORDIS), el Día Internacional de las Enfermedades Raras comprende una serie de eventos alrededor del mundo, aunque principalmente en Europa, con motivo de crear consciencia sobre la existencia de enfermedades raras y de aquellos quienes las padecen. Las enfermedades raras son, en su mayoría, enfermedades genéticas que afectan a menos de 200,000 individuos o a 1 de cada 2,000 individuos y que en muchos casos ocurren esporádicamente, es decir, sin que existan antecedentes de la enfermedad en la familia. Al ser genéticas, este tipo de enfermedades afectan en su mayoría a niños y en gran parte de los casos van acompañadas de discapacidad intelectual y física. Se estima que existen entre 6,000 y 8,000 enfermedades raras, para la mayoría de las cuales todavía se desconoce la causa. En un post anterior mencionamos ya algunos de los esfuerzos científicos que se están llevando para estudiar estas enfermedades raras y encontrar las causas genéticas de éstas.

El hecho de que estas enfermedades sean poco comunes ha implicado que las grandes farmacéuticas les presten poca atención y por consiguiente exista una falta de inversión en el desarrollo de tratamientos para estas enfermedades en comparación con las enfermedades comunes como cáncer, diabetes o enfermedades cardiovasculares. Por lo anterior, la iniciativa de crear este tipo de campañas que reconozcan la existencia de estas enfermedades y evidencien los retos y dificultades que viven los pacientes afectados y sus familias; desde lograr un diagnóstico inicial de la enfermedad hasta la falta de tratamientos y/o terapias que puedan mejorar la calidad de vida de los pacientes.

Desde su institución, el Día Internacional de las Enfermedades Raras ha atraído la participación de más y más organizaciones alrededor del mundo, incluyendo a organizaciones y grupos de apoyo en países como China, Australia, Argentina, Colombia, Estados Unidos, Eslovenia, Camerún, Chipre, etc., además de los países europeos. En México, se estima que aproximadamente entre siete y diez millones de mexicanos, padecen de alguna enfermedad rara; y desde 2011 México se unió a la causa del Día Internacional de las Enfermedades Raras. Este 2012, de nuevo cientos de organizaciones de pacientes, grupos de apoyo de varias enfermedades raras, fundaciones y asociaciones se unen a la causa de crear consciencia sobre las enfermedades raras bajo el tema de Solidaridad y el slogan de “Rare but strong together” (“Poco comunes pero fuertes juntos”). El evento principal de este año tendrá lugar en Basel, Suiza donde se llevará a cabo el Primer Congreso Internacional de Enfermedades Raras, RE-ACT. Este congreso que iniciará de acuerdo a la ocasión el 29 de febrero y continuará hasta el 2 de marzo reunirá a cientos de pacientes afectados por enfermedades raras y sus familiares con científicos que investigan las causas, posibles tratamientos y nuevos métodos de diagnóstico adecuados para estas enfermedades poco comunes.

Este evento será una gran oportunidad para acercar a aquellos que viven afectados por estas enfermedades con los científicos que estudian la biología de éstas y aquellos que se encuentran en la industria farmacéutica y que buscan posibles terapias y tratamientos. Debido a que la gran mayoría de estas enfermedades raras son genéticas, uno de los principales temas a cubrir y discutir en el congreso será el de terapia génica y células troncales como instrumentos para poder “curar” algunas de estas enfermedades en el futuro. Otro tema de gran interés es el de diagnóstico y cómo nuevas tecnologías están permitiendo encontrar la causa de muchas de estas enfermedades, cuando antes los pacientes y sus familias podían pasar años o incluso su vida entera sin tener un diagnóstico acertado y definitivo. En la actualidad, un paciente con alguna enfermedad rara para la cual se desconoce la causa genética o que tiene varias posibles causas genéticas puede tardar entre 5 y 10 años en lograr tener un diagnóstico definitivo. Por otro lado, algunas de estas enfermedades, si son diagnosticadas tempranamente en la infancia por medio de por ejemplo tamiz neonatal pueden ser tratadas de forma relativamente simple y evitar graves consecuencias en el desarrollo de los niños. Tal es el caso de por ejemplo fenilcetonuria, la cual puede ser fácilmente diagnosticada poco después de nacer y simplemente con que el niño lleve una dieta baja en el contenido del aminoácido fenilalanina es suficiente para evitar daño neurológico permanente y retraso mental severo. Sin embargo, para lograr mejorar el diagnóstico, tratamiento y calidad de vida de todos aquellos afectados por enfermedades raras, lo primero es crear consciencia e informarse acerca de éstas.

Para saber más:

http://www.rarediseaseday.org

Acerca del autor:

Claudia Gonzaga Jauregui es egresada de la UNAM y actualmente estudia el doctorado en Genética Molecular Humana en Baylor College of Medicine. Parte de sus proyectos involucra el estudio y diagnóstico de enfermedades raras mediante secuenciación genómica.

 

Influenza Aviar (A H5N1): ¿Peligro o Paranoia? [Parte 1 de 2]

El conocimiento científico esta en constante desarrollo. Día a día, novedosas investigaciones nos acercan más a un mejor tratamiento, a un mejor diagnóstico, a una mejor forma de vivir. Sin embargo, una noticia en particular se encuentra sumergida en un acalorado debate dentro de los foros científicos más importantes del mundo. En Septiembre del año pasado dos laboratorios distintos reportaron la creación de variantes del virus de la influenza aviar (A H5N1) que tenían la capacidad de pasar de un mamífero a otro a través del aire. Las investigaciones fueron sometidas a publicación en las revistas Nature y Science (dos de las revistas científicas mas prestigiadas), las cuales de inmediato detuvieron su publicación; esto porque, aunque se han reportado diversos casos de infección en humanos, hasta ahora el virus de la influenza aviar que se encuentra en la naturaleza no puede ser transmitido de una persona a otra. Así comenzó un debate lleno de apasionadas discusiones, desinformación, amarillismo y paranoia que tendrá consecuencias muy importantes en el futuro manejo de la información científica.

El virus de la influenza posee una gran capacidad de cambio ya que, no sólo su mecanismo de reproducción introduce mutaciones a una taza mucho más elevada en comparación a la nuestra; también, su genoma fraccionado le confiere la habilidad de intercambiar segmentos del genoma entre diferentes versiones del virus.  Cuando una versión del virus (que normalmente afecta a una especie en particular) salta a otra especie (que normalmente es atacada por otra versión distinta),  los segmentos genómicos de los dos virus se pueden “reordenar” y dar lugar a un nuevo virus. Esto fue exactamente lo que sucedió en 2009 durante la pandemia de influenza A H1N1 en México: un virus de aves “reordenó” su genoma con un virus de cerdo y creo un nuevo virus que nuestro sistema inmune nunca antes había visto. Éste es en esencia el principio detrás de una pandemia. Cuando virus de animales (en especial de las aves) infectan y se adaptan a los humanos, tienen el potencial para causar pandemias devastadoras ya que poseemos poca, o ninguna, inmunidad ante ellos.

En la superficie del virus de la influenza se encuentran dos proteínas, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N), las cuales están en contacto con el exterior y por ende son las que nuestros anticuerpos reconocen. Actualmente se conocen 16 hemaglutininas y 9 neuraminidasas distintas. La influenza aviar o A H5N1 expresa la variante 5 de la hemaglutinina y la variante 1 de la neuraminidasa. Esta variante del virus de la influenza afecta principalmente a las aves; sin embargo, el contacto cercano de personas con aves de granja (pollos, patos, etc…), ha permitido que de vez en cuando el virus salte e infecte a seres humanos. Las personas que han sido infectadas con este virus no pueden transmitirlo a otras ya que los seres humanos no somos nicho natural de este virus.  Desde el 2003 la Organización Mundial de la Salud (OMS, por sus siglas en inglés) ha reportado 584 casos confirmados de infecciones con influenza aviar A H5N1, de los cuales 345 han resultado en fallecimientos. Esto es, en cifras oficiales, la tasa de mortalidad de la A H5N1 asciende a un 59%. Así que aproximadamente por cada 10 personas reportadas como infectadas, se presentan 6 muertes, teniendo en cuenta sólo los casos confirmados. Ahí se encuentra el detalle detrás de la polémica.

Ya se ha visto que la A H5N1 puede infectar personas, pero ¿tiene este virus la capacidad de transmitirse de una persona a otra? Es decir, ¿posee este virus el potencial de generar una pandemia? El grupo de Yoshihiro Kawaoka, de la universidad de Wisconsin en EUA, tratando de responder a esta pregunta combinó el gen H5 con los demás genes de la influenza A H1N1. Utilizando estos virus prosiguieron a infectar hurones (principal organismo modelo para estudiar la transmisión de influenza en mamíferos) e identificaron una versión mutada del virus que ellos crearon, el cual posee la habilidad de diseminarse entre hurones infectados y no infectados encerrados en diferentes jaulas por vía aérea. Al mismo tiempo, el grupo de Ron Fouchier, del centro médico Erasmus en Holanda, infectó hurones con A H5N1 y consecutivamente reinfectó nuevos hurones con virus producidos por los primeros. Este grupo continuó reinfectando hurones hasta que ya no hubo necesidad, el virus había adquirido la habilidad de infectar hurones sanos por vía aérea. Los resultados de estas investigaciones prueban el potencial de la A H5N1 para ser transmisible entre mamíferos (potencialmente también humanos) y reportan un pequeño numero de mutaciones que están presentes en estas versiones transmisibles de la A H5N1.

El grupo de Kawaoka presento sus resultados a revisión por la revista Nature. Por su parte el grupo de Fouchier presento sus resultados a la revista Science. El proceso de revisión y los puntos para aceptar un articulo varían de revista en revista pero en general, un vez que un articulo es aceptado a revisión, el editor pide la opinión de tres revisores (generalmente expertos en el tema) y decide en última instancia si el artículo será publicado o no. En este caso hubo una desviación al protocolo usual. Dada su alta tasa de mortalidad oficial, los resultados de estos estudios podrían ser aprovechados por personas ajenas al deber científico y despreocupadas por el beneficio de la humanidad. En otras palabras, los editores se dieron cuenta de que al publicar estos estudios estarían dando la receta para crear un virus con el potencial de hacer estallar una pandemia. Inmediatamente las respectivas revistas pidieron la opinión del Consejo Científico Nacional para la Bioseguridad de EUA (NSABB, por sus siglas en inglés) el cual aconsejó a las revistas de retener los resultados y evitar su publicación.

En la siguiente parte de esta entrada presentaremos los argumentos de ambas partes, para comprender mejor la situación ante la cual se encuentra la comunidad científica.

Cómo quemar grasa (¿y bajar kilos?) y no morir en el intento [Parte 2]

(Para leer la primera parte, dá click aquí)

Mito 4: La única forma de ejercitarse efectivamente es ir al gimnasio Realidad: A muchas personas les resulta aburrido ir al gimnasio. Afortunadamente, existen muchas otras formas de ser activo físicamente. Por ejemplo, puedes correr, nadar, hacer jogging, andar en bicicleta, sacar a tu perro a pasear, ó participar en algún deporte (particularmente aquellos de conjunto). De hecho, un ejercicio tan sencillo como saltar la cuerda te permite ejercitar todos los músculos de tu cuerpo. Del mismo modo, es realmente muy difícil elevar tu ritmo cardiaco a un nivel quema-grasa simplemente caminando. En todo caso, es más recomendable subir y bajar escaleras, intercalándolo con series de sentadillas, lagartijas, lunges u otros ejercicios que no requieren más que tu peso corporal.

Mito 5: Las mujeres no deben levantar pesas, porque sus cuerpos podrían volverse monstruosamente musculosos de un día para otro (esta se la he escuchado decir a varias mujeres). Realidad: Existen tres tipos diferentes de ejercicios, que tienen efectos complementarios en nuestro cuerpo:

  • Los ejercicios aeróbicos como correr, nadar, andar en bicicleta, caminar, saltar la cuerda, remar o jugar tenis nos ayudan a aumentar la resistencia cardiovascular y llenan de oxígeno nuestras células. Nos hacen sudar y quemar calorías (y por lo tanto, son indispensables si queremos reducir la grasa corporal).
  • Los ejercicios anaeróbicos son aquellos que nos ayudan a incrementar nuestra fuerza muscular, como el entrenamiento con pesas o las carreras en sprints. Para obtener el efecto deseado, es importante llevarlos a cabo con un peso adecuado (que te permita realizar series de entre 8 y 14 repeticiones de cada ejercicio), llegar al “punto de agotamiento” (que es cuando el músculo es forzado a realizar un esfuerzo para terminar la última serie) y mantener una buena postura durante toda la serie (sin doblar la espalda, o moverse hacia los lados).
  • Por último, los ejercicios de flexibilidad consisten de estiramientos y nos ayudan a mejorar el rango de movimiento de nuestros músculos, y a mantener en buen estado nuestras articulaciones (Una hora de yoga 2 o 3 veces por semana es un excelente complemento a una rutina de ejercicios. Además, el yoga y la meditación tienen efectos positivos en la materia gris y la función cerebral, pero eso se los platico en otro post).
Soraya Jimenez, campeona olímpica en levantamiento de pesas. Se requiere mucho entrenamiento para llegar a esos niveles.

Cualquier programa de ejercicios debe estar conformado por una combinación de ejercicios de los tres tipos arriba mencionados.

Los músculos son tejidos que se adaptan rápidamente a las demandas de nuestro estilo de vida. Cuando levantamos pesas, generamos pequeños puntos de ruptura en las fibras musculares que trabajamos. Esto estimula al músculo a regenerarse y producir más proteína, y por lo tanto, incrementar su volumen y fuerza. Estos incrementos de volumen son realmente mínimos y progresivos (aunque existen diversos suplementos nutricionales que ayudan a potenciar el crecimiento muscular). Sin embargo, a diferencia de los hombres, las mujeres presentan niveles muy bajos de testosterona, lo cual limita enormemente su posible aumento en volumen muscular.

Del mismo modo, si dejamos de ejercitar nuestros músculos, éstos disminuirán su tamaño. ¿Por qué? Porque, como mencionamos en el post anterior, nuestros metabolismos están confeccionados genéticamente para almacenar energía (osea, grasa), y los músculos son un tejido que consume mucha energía. Por lo que, cuando el organismo debe decidir si mantener músculo o ahorrarse esa energía, siempre va a elegir la segunda opción.

Mito 6: La masa muscular disminuye con la edad (y la grasa corporal aumenta) Realidad: Hasta hace poco, esto era considerado verdad. Numerosos estudios habían documentado que, entre los 40 y los 50 años, una persona experimenta una pérdida de entre el 8 y el 10% de su masa muscular, y de ahí en adelante, el ritmo tiende a acelerarse. Sin embargo, dichos estudios presentaban unan falla terrible: Sólo habían analizado adultos sedentarios. Un estudio reciente de la Universidad de Pittsburgh, reclutó a 40 voluntarios (entre 40 y 81 años) que compiten en triatlones y entrenan 4 o 5 veces a la semana. Los resultados revelaron que los atletas de 70 u 80 años tenían una composición de masa muscular comparable a la de atletas de 40 años. Ni más ni menos. La imagen a la derecha muestra una imagen de resonancia magnética de las piernas de dos triatletas (de 40 y 70 años) y un hombre sedentario de 74 años. Una imagen habla más que mil palabras.

Mito 7: La grasa corporal es tejido inerte e inofensivo Realidad: Por mucho tiempo se pensó que la grasa corporal no era más que tejido inerte que almacenaba energía. Sin embargo, varios estudios han demostrado que no es así, sino que es un tejido muy activo. Los depósitos de grasa corporal producen hormonas (conocidas como adipocinas) que producen una inflamación crónica del cuerpo, entre otros efectos negativos sobre el cerebro, hígado, médula ósea, glándula suprarrenal y el sistema inmune. Además, cuando los depósitos de grasa crecen mucho, éstos pueden activar la formación de nuevos vasos sanguíneos que los alimenten y les provean de oxígeno para así poder seguir creciendo (algo similar a la angiogénesis en cáncer).

Los efectos benéficos (casi mágicos) del ejercicio son ampliamente reconocidos. Sin embargo, ¿cómo es que se originan a nivel celular? Es una pregunta que aún no tiene una respuesta completa.

Hace apenas unas semanas, investigadores de la universidad de Harvard publicaron en la revista académica Nature un reporte en el que dan a conocer el aislamiento (en ratones) de una hormona a la que bautizaron como Irisina. Esta hormona es secretada por los músculos justo después de ser ejercitados, para inducir un cambio metabólico que convierte la grasa ordinaria (también conocida como grasa blanca) en grasa marrón, con lo que aumenta el consumo calórico del organismo. ¿Por qué? Porque a diferencia de la grasa blanca, que sólo almacena energía, el tejido adiposo marrón, es un tejido activo que consume energía. Una teoría para explicar la existencia de este mecanismo biológico es que responde a un mecanismo que se activa comunmente cuando tenemos frío y nuestros músculos se contraen (tiemblan) para producir calor. En teoría, los músculos producirían irisina para activar el proceso de termogénesis, durante el cual se quema energía almacenada (grasa blanca) y se produce este tejido conocido como grasa marrón, produciendo calor en el camin, y protegiéndonos de sufrir una hipotermia. Con todo, aún cuando si la irisina se convirtiera en un medicamento terapéutico que pudiera ayudarnos a quemar grasa (mismo que ya esta siendo desarrollado por la empresa Ember Therapeutics, en Boston, USA), el ejercicio seguiría siendo una mejor opción, pues además de quemar calorías, fortalece nuestros músculos, huesos y sistema cardiovascular, entre otras ventajas.

Para concluir: El secreto para bajar de peso quemando grasa, consiste en seguir una lógica simple. Quema más calorías de las que consumes. Sólo para poner un ejemplo: Se estima que 1 kg de grasa corporal equivale a 7,750 calorías. Esto quiere decir que, por ejemplo, si tu meta es bajar 5 kg de peso, necesitas quemar 38,750 calorías más que las que ingieres en tu dieta. Para evitar una descompensación, esto se debe hacer en un plazo de tiempo razonable. Supongamos que logras un déficit calórico de 400 calorías diarias (siendo muy activo y comiendo saludablemente). A este paso, te tomaría entre 13 y 14 semanas lograr tu objetivo de reducir 5 kg. Esto, es ser realista (y una razón "de peso" para que no malgastes tu dinero comprando "productos milagro"). Lo mejor que puedes hacer, es consultar con tu médico y buscar la asesoría de un nutriólogo, quienes te podrán ayudar a diseñar un programa a la medida de tu estilo de vida, gustos y metas. ¡Ah! Y si eres del 33% de mexicanos que no tienen obesidad ni sobrepeso, considerate afortunado. Pero recuerda que tú también debes ejercitarte, pues ser delgado no es necesariamente sinónimo de ser metabólicamente sano.

No olvides compartir este artículo con tus amigos y conocidos. Ayúdanos a crear consciencia y a divulgar el conocimiento.

Acerca del Autor: Miguel E. Rentería es egresado de la UNAM y actualmente estudia un doctorado en genética y neurociencias en la Universidad de Queensland, Australia. Click aquí para ver otros textos del autor.

Cómo quemar grasa (¿y bajar kilos?) y no morir en el intento [Parte 1]

Según estadísticas contenidas en el informe “La Obesidad y la economía de la prevención” publicado por la OCDE en Septiembre de 2010, dos de cada tres personas mayores de 15 años en México tienen sobrepeso u obesidad. Paralelamente, diversos estudios han identificado a la obesidad como el principal factor de riesgo para desarrollar hipertensión y diabetes, entre otras enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Lo alarmante de esta situación es que la diabetes y sus complicaciones se ubican ya como la principal causa de muerte, de amputaciones y ceguera en el país. Se calcula que simplemente este año, más de 100,000 mexicanos morirán víctimas de la diabetes, y la tendencia apunta a que esta cifra se incrementará en próximos años.

Quisiera comenzar por decir que la obesidad es una condición compleja y multifactorial que es producto de una combinación de múltiples factores de tipo biológico, pero que también obedece a una serie de circunstancias de índole social, cultural, y económica que afectan los aspectos nutricionales, emocionales y conductuales de las personas. Este texto no busca discutir acerca de las diferentes políticas de prevención y estrategias de intervención a nivel salud pública. Por el contrario, busca presentar algunas ideas derivadas de estudios médicos y epidemiológicos sobre el ejercicio físico y su rol en la prevención de la obesidad y sus enfermedades asociadas. ¿Por qué hablar de ejercicio? Porque diversos análisis han demostrado que es la forma más efectiva de medicina preventiva. Y también porque creo que, al final del día, todos los individuos tenemos cierto poder de decisión sobre nuestro estilo de vida. Por lo que, apoyados con conocimientos que se basan más en evidencias que en creencias, podemos tomar decisiones más sabias al respecto que nos permitan alcanzar y disfrutar de una vida más saludable.

Es cierto aquello de que cada quien posee un metabolismo diferente. Algunas personas son envidiadas por que pueden comer cantidades vastas de comida y no engordar ni un gramo. Afortunados ellos. Sin embargo, para la mayoría de nosotros, la batalla contra el peso es difícil y dura toda la vida. Nuevas investigaciones sugieren que uno de los posibles factores que afectan el riesgo de ser obeso reside en la composición del tipo de bacterias que viven en nuestro intestino, mientras que otros estudios sugieren que sustancias como los microRNAs que se encuentran en los vegetales que comemos, interactúan con nuestro metabolismo para formar sistemas de co-regulación genética. “Eres lo que comes”, reza el refrán, y estas investigaciones parece que lo comprueban. Independientemente de todos estos descubrimientos interesantes, hay que recordar que gracias a la evolución, nuestros cuerpos están diseñados para asimilar los nutrientes y la energía contenidos en los alimentos que ingerimos y, cuando ingerimos más energía de la que podemos “quemar”, nuestros cuerpos felizmente la convierten en grasa y la almacenan en el tejido adiposo (bajo el supuesto de que esas reservas de energía podrían salvarnos de morir de hambre en una época de escasez). Nos guste o no, ese es el mecanismo biológico que, por default está embebido en nuestras células.

No hace mucho, en la década de los 80’s, la tasa de obesidad se encontraba en menos del 10% a nivel mundial. Pero gracias a nuestra “prosperidad” como especie, producto del “éxito” económico, nuestro estilo de vida se ha transformado progresivamente en uno más sedentario que viene acompañado de una dieta que nos provee de más calorías de las que necesitamos. Es una situación muy difícil, ya que los alimentos, particularmente aquellos que contienen mucha azúcar (y por lo tanto muchas “calorías), nos producen placer, y su consumo frecuente sólo refuerza los circuitos neuronales (y conductuales) que nos llevan a consumirlos. Es como si nuestro cuerpo nos estuviera tendiendo una trampa en la que nos hace comer más, para obtener más y más calorías para sí mismo.

NOTA: Tener un poco de grasa corporal es bueno. Incluso, necesario. En el caso de una persona sana, se estima que entre el 18-24% del peso corporal en los hombres y entre 25-31% en las mujeres, debería ser grasa. Estar arriba de esos rangos, se considera un problema. Si bien existen diversos métodos para medir la composición corporal, los más exactos son la imagenología por resonancia magnética y la tomografía computarizada, ya que permiten distinguir entre tejidos, e incluso entre los dos tipos más importantes de tejido adiposo: la grasa blanca y la grasa marrón, que difieren en su biología, y esto es algo que se discutirá con más detalles en la segunda entrega del post.

Volviendo al tema, el asunto de la dieta es muy complejo, y requiere varios posts para tratarlo. Muchas campañas en los medios han sido enfocadas en concientizar a la población sobre los efectos negativos de una dieta basada en la vitamina T (tamales, tacos, tortas, etc.). Sin embargo, menos atención se le ha dado al componente de la actividad física. Para combatir nuestro sedentarismo, los humanos contamos con un invento reciente llamado “ejercicio”. El ejercicio nos permite mantener en buena forma nuestros músculos, fortalecer nuestros huesos y quemar ese exceso de grasa producto de la abundancia de calorías del desayuno/comida/cena. Sin embargo, existen innumerables conceptos erróneos sobre el ejercicio y, en mi opinión, un gran déficit en México de entrenadores y personal calificado en el tema. El año pasado, Travis Saunders, autor del blog “Obesity panacea” presentó una lista de 7 mitos sobre la actividad física, que reproduzco a continuación:

Mito 1: Los niños deben dedicar su tiempo a cosas más importantes, como estudiar, en lugar de hacer ejercicio.

Realidad: Varios estudios señalan que los niños que más participan en actividades deportivas, generalmente tienen mejores habilidades matemáticas y de lectura. En Ontario, Canadá, implementaron un programa para medir el impacto de la educación física en el rendimiento escolar. En un periodo de dos años, aquellos niños que tuvieron actividad física diariamente lograron calificaciones 36% más altas en lectura y 24% más altas en matemáticas, comparado con aquellos que no tuvieron actividad física a diario. En un proyecto piloto en Québec, no sólo aumentaron el tiempo dedicado a la actividad física, sino que redujeron el tiempo dedicado a las clases. Como resultado, la condición física de los niños mejoró considerablemente, mientras que no se observó ningún efecto negativo en el aprovechamiento o aprendizaje. Estudios en adultos indican que el ejercicio aeróbico estimula la generación de nuevas neuronas en el hipocampo, una estructura cerebral clave en la consolidación y la formación de nuevas memorias, lo que favorece el aprendizaje en cualquier etapa de la vida.

Mito 2: No es recomendable que personas de la tercera edad hagan ejercicio.

Realidad: Antes de comenzar con un programa de acondicionamiento físico, es indispensable que toda persona consulte con su médico y que discuta cualquier asunto relevante de salud. Numerosos estudios indican que, en un periodo de tan sólo 6 meses de actividad física, una persona de la tercera edad puede: disminuir la grasa corporal, aumentar la masa muscular, disminuir la resistencia a la insulina (un factor de riesgo para la diabetes) y aumentar su aptitud física  (entendida como la capacidad de llevar a cabo actividades por sí mismo).

Mito 3: No es posible que alguien obeso o con sobrepeso sea saludable. Son gordos, y deben bajar de peso para poder ser saludables. Ah, y si alguien es delgado, significa que es sano.

Realidad: Un estudio que analizó a más de 40,000 personas durante más de 17 años encontró que aquellas personas que eran moderadamente activas, tenían un riesgo 25% menor de morir o presentar enfermedades crónico-degenerativas, y aquellas que eran consideradas como muy activas tenían un riesgo 40% menor. Esto, sin importar su índice de masa corporal. Es decir: lo malo y lo peligroso no es ser llenito, gordito o de complexión robusta, sino ser sedentario. Asimismo, hay que destacar el hecho de que el ejercicio nos da muchos otros beneficios, más allá de ayudarnos a bajar de peso. De hecho, por si solo, el ejercicio es solo uno de varios hábitos saludables que hay que cultivar para ayudarnos a ganar la batalla contra el peso. Por otro lado, creer que las personas delgadas son sanas por el simple hecho de ser delgadas, es un error. La actividad física es mucho más importante que el índice de masa corporal. Por lo tanto, me atrevo a decir que lo peligroso para México no es ser un país de gorditos, sino ser un país donde la gente es sedentaria.

Por cuestiones de espacio, este post está dividido en dos partes. En la segunda parte, terminaremos con los 7 mitos sobre del ejercicio, hablaremos de los diferentes tipos de grasa corporal y analizaremos las implicaciones de un descubrimiento dado a conocer por investigadores de Harvard hace unas semanas, quienes encontraron una hormona que es secretada por nuestros músculos cuando nos ejercitamos, y que presumiblemente es la responsable de desencadenar la serie de cambios metabólicos asociados a los beneficios de la actividad física. Además, resolveremos la incógnita del título de este artículo. Manténganse pendientes.

 

Acerca del Autor: Miguel E. Rentería es egresado de la UNAM y actualmente estudia un doctorado en genética y neurociencias en la Universidad de Queensland, Australia. Click aquí para ver otros textos del autor.

Google busca niños y jóvenes mexicanos con mentes inquietas

Pocos adultos podrán negar que un asunto en el que cualquier niño es indudablemente mejor que nosotros sea para hacer preguntas. Y como hacer preguntas es la principal labor de un científico, podemos afirmar que todos los niños nacen siendo científicos. De hecho, hay innumerables estudios que sustentan este argumento. Esto contradice la idea que algunas personas tienen, de que para ser científico se requieren muchos años de quemarse las pestañas estudiando. La ciencia la puede hacer cualquiera que tenga una pregunta. Pero esto no significa que hacer ciencia, buena ciencia, sea sencillo. Requiere de plantear preguntas claras acompañadas de un método diseñado para obtener información sobre el fenómeno que nos interesa, de modo que podamos usar esa información para resolver nuestra pregunta y generar más preguntas, y, con suerte, más respuestas. Y que todo tenga sentido al final.

Es crucial que los diferentes actores dentro de las comunidades impulsen activamente iniciativas que ayuden a que esa curiosidad y esa pasión por el aprendizaje con la que todos nacimos se mantengan vivas durante nuestras vidas. Y es que hacer ciencia no consiste en hacer operaciones matemáticas interminables, ni en memorizarse la clasificación de los seres vivos. Tampoco consiste en memorizar las contribuciones y teorías de personajes clásicos como Mendel, Pasteur, Einsten, etc. Claro, es importante, pero la ciencia consiste en hacer preguntas y en conocer y entender más sobre el funcionamiento del universo y del mundo en el que vivimos. Y, claro, también sobre nosotros mismos.

Proyectos del tipo ¿Cómo puedo construir un cañón lanza-tomates que los lance lo más lejos posible? ¿Por qué algunas frutas se oxidan cuando la cortas? ¿Por qué la comida se conserva más tiempo dentro del refrigerador? ¿Cómo funciona un refrigerador? ¿Por qué cuando los cocino, la clara del huevo se pone blanca y la cebolla se vuelve un poquito transparente? pueden incentivar la creatividad de niños, jóvenes, e incluso adultos.

Las Ferias de Ciencias son concursos en los que los participantes presentan los resultados de un proyecto de ciencia elegido de forma personal de acuerdo a la iniciativa y curiosidad de cada uno. Los resultados pueden presentarse en forma de reporte, poster o prototipo, y generalmente hay uno o varios premios para los mejores proyectos. Google Inc. ha tomado la iniciativa y, aprovechando las nuevas tecnologías, convocó el año pasado a una Feria Internacional de Ciencias, via internet, logrando la participación de más de 7,000 estudiantes de entre 13 y 18 años (secundaria y prepa) provenientes de más de 90 países.

Este año, la Feria de Ciencias de Google está de vuelta. Se buscan chicos y chicas con mentes inquietas de entre 13 y 18 años de edad. Se puede participar de forma individual o en equipos de dos participantes. ¿Tu promedio en la escuela? No importa. Aquí lo que cuenta es tu curiosidad y la relavancia de tu pregunta.

Google Science Fair 2012: Launch Film

¿Los premios? Bueno, ni qué decir, ¿Cómo te suena una expedición en las Islas Galápagos, cortesía de National Geographic? ¿O una beca de Google con valor de $50,000 dólares para tu educación? ¿Una visita al CERN (Organización Europea de Investigación Nuclear) en Génova, Suiza o a los laboratorios de LEGO o Google? Bueno, esos, entre otros, son los premios.

Google ha preparado una sección para educadores interesados en involucrar a sus estudiantes en este proyecto.

Para participar, es necesario registrarse en línea (Da clíck aquí), conseguir el consentimiento de tus papás o tutores y crear un sitio de internet para tu proyecto (guía paso a paso en el sitio web)

Video sobre pasos que hay que seguir para participar

En Más Ciencia, nos gustaría ver a muchos niños y jóvenes mexicanos participando con sus proyectos. En este país contamos con fuentes inagotables de creatividad y no estamos cortos de mentes inquietas. Los invitamos a todos a que nos ayuden a que esta convocatoria sea más difundida en el país. Quizás tu hijo(a), sobrino(a), primito(a) o alumno(a) podría ser el gran ganador, y tal vez, el día de mañana, ¿por qué no?, un gran científico ganador de un Nobel.

Acerca del autor:

Rocio Dominguez Vidaña es licenciada en Ciencias Genómicas por la UNAM y actualmente realiza un doctorado en Biología Celular y Molecular del Cáncer en el Baylor College of Medicine de Houston, Texas.

Entrevista con Edgar Enrique Neri Castro, ganador del 1er lugar en Proyecta 2011

Edgar Enrique Neri Castro

 Título del trabajo:  Venenos de Serpientes

¿Desde cuándo empezó tu interés por la ciencia?

Desde hace más de 10 años comencé a mostrar interés por el grupo de los reptiles, principalmente por las serpientes.

¿Había laboratorios en tu escuela (secundaria/prepa)? En la secundaria y preparatoria existían laboratorios con una infraestructura muy básica, pero los maestros se las ingeniaban para dar las pocas prácticas que llegamos a tener.

¿Qué te motivó a hacer investigación/divulgación?

Al inicio de la carrera de Biología, conocí a una persona que había sido mordida por una serpiente de cascabel. Me gustaba escuchar continuamente su anécdota. Era de gran interés para mí cómo es que los componentes del veneno podían generar todo aquel daño tisular del cual me platicaba dicha persona. Posteriormente entré al grupo del Dr. Alejandro Alagón donde comencé a trabajar con el veneno de algunas especies de cascabel.

Algunas personas tienen la idea de que la ciencia es muy complicada y que los científicos usan un lenguaje incomprensible. En tu experiencia personal, ¿Cómo responden tu familia y amigos de otras profesiones cuando les hablas sobre el trabajo que haces o lo que estudias?

En lo personal, doy pláticas de vez en cuando para crear conciencia sobre la importancia que tienen los reptiles en los ecosistemas, y sobre el trabajo que realizamos en nuestro laboratorio. Es importante que la gente sepa que no todos los reptiles son venenosos, y que aquellos que sí lo son, suelen no ser los "monstruos" que pensamos. Lo interesante es que la gente que asiste a estas pláticas no sólo nos entiende, sino que se convierten en esparcidores del conocimiento adquirido.

¿Cuál es tu meta profesional? ¿Dónde te ves en 10 años? Definitivamente me veo haciendo investigación sobre herpetofauna venenosa.

Además de tu pasión por la ciencia, cuéntanos sobre tres hobbies que practiques en tu tiempo libre.

Me encanta la fotografía, acampar y caminar, la fortuna de mis tres hobbies es que los puedo hacer al mismo tiempo, lo que me hace completamente feliz. Cada salida al campo la disfruto al máximo.

Acerca del ganador

Edgar es egresado de la Facultad de Biología de la  Universidad autónoma del Estado de Morelos (UAEM), generación 2005-2009. Actualmente se encuentra realizando una maestría en Ciencias Bioquimicas en el Instituto de Biotecnología (IBT) de la UNAM, con el tema "Caracterización Bioquímica del veneno de Crotalus simus".

Entrevista con Ernesto Mata Plata, ganador del 2do lugar en Proyecta 2011

Ernesto Mata Plata

Título del tabajo:   La ciencia desde Ciencias

¿Desde cuándo empezó tu interés por la ciencia? 

Recuerdo que de niño mis padres me llevaban frecuentemente a diferentes museos.  El museo tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad,  el Universum, el Papalote, los de Antropología y Geología son los museos que recuerdo más. Me gusta creer que fueron estas experiencias familiares las que motivaron, no sólo mi interés por la ciencia sino por el conocimiento en general. Además, cabe mencionar que pertenezco a la generación de "El mundo de Beakman", un antiguo programa de televisión con un contenido científico muy divertido, el cual veía con gran interés e incluso grababa en cintas VHS. Me gustaba creer que algún día iba ser como Beakman, tener un gran laboratorio para hacer experimentos y poder explicar la ciencia de una forma entretenida.

 Durante mis estudios en la ENP3 tuve mi época de ideologías sociales, por lo que antes de entrar a la universidad, mi interés estaba en otras actividades y no me ocupé en tener una formación matemática como la que exige la carrera de física. Pensé que bastaba con saber lo que en la prepa aprendí. Afortunadamente tomé la mejor decisión cuando tuve que escoger entre estudiar las leyes humanas o estudiar las leyes de la filosofía natural.

¿Había laboratorios en tu escuela (secundaria/prepa)?

En la secundaria si había laboratorios, lo que no abundaban era buenos maestros que motivaran nuestro interés por estos temas. Ya en la prepa, recuerdo los LACE (Laboratorios Avanzados de Ciencias Experimentales), pero —como ya lo mencioné— mi interés estaba en otras cosas y desafortunadamente nunca lo supe aprovechar.

¿Qué te motivó a hacer investigación/divulgación?

Yo diría que mi motivación para estudiar física no nació de la educación escolar, sino de estar expuesto a algunos medios de divulgación científica. Por ejemplo, algunos libros de la colección "La ciencia para todos", del Fondo de Cultura Económica, ver documentales en televisión, o leer la revista ¿Cómo ves?. En especial, un artículo titulado "Soy físico" que escribió Miguel Alcubierre. Por esta razón, es que considero la divulgación (no solo de la ciencia sino del conocimiento) una actividad importante para despertar esa curiosidad con la que todos nacemos y que, por alguna razón, en algún punto de nuestra vida, se queda dormida.

Algunas personas tienen la idea de que la ciencia es muy complicada y que los científicos usan un lenguaje incomprensible. En tu experiencia personal, ¿Cómo responden tu familia y amigos de otras profesiones cuando les hablas sobre el trabajo que haces o lo que estudias?

La mayoría de la gente como primera impresión responde: "Siempre fui muy malo para la física y las matemáticas" a lo que me gusta responder lo que en verdad creo: "Lo que pasa es que no te las supieron enseñar".

¿Cuál es tu meta profesional? ¿Dónde te ves en 10 años?

Gracias a mi tutora actual, Gabriela Frías, que durante su clase de "Divulgación de la Ciencia", salí del closet y me atreví a decir -Quiero dedicarme a la divulgación de la ciencia. Ella me hizo ver lo importante de esta labor y las variadas oportunidades que se pueden presentar. Por lo que dentro de 10 años me veo como alguien con la preparación necesaria para realizar actividades académicas relacionadas con la divulgación del conocimiento. Conocer y haber trabajado con muchos investigadores y personas con los mismo intereses, viajando y colaborando en distintas universidades de México y el mundo.

Además de tu pasión por la ciencia, cuéntanos sobre tres hobbies que practiques en tu tiempo libre.

- Prepararme física y mentalmente para un posible ataque zombie.

- Andar paseándome "por ahí".

- Leer, ver, oír, imaginar y vivir historias locas.

Acerca del ganador

Ernesto Mata Plata es egresado de la Licenciatura en Física, en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria.

Entrevista con Yaxem López Sevilla, ganadora del 3er lugar en Proyecta 2011

Más Ciencia Blog agradece a los ganadores de los tres primeros lugares de "Proyecta 2011 ¡Tu Ciencia, Tu pasión!", por estas entrevistas, que iniciamos publicando hoy. Esperamos que sus historias y puntos de vista, ayuden a dar una visión más realista sobre el aspecto humano de la vida y los intereses de los jóvenes científicos de este país.

 

Tercer lugar de Proyecta tu Ciencia 2011

Yaxem López Sevilla

Título del tabajo:  La magia de Merlín y los microRNAS

¿Desde cuándo empezó tu interés por la ciencia?

La verdad es que el momento preciso no lo sé.  El primer recuerdo que me llega a la mente, es cuando tenía 3 años y estaba junto con mis papás dentro de un temazcal. Cuando me tocó hablar dentro de la dinámica del evento, pedí  por la Tierra, porque los seres humanos no  cortaran tantos árboles y respetaran a los animales. Mis papás me han inculcado desde muy pequeña el contacto con la naturaleza. Ellos cuentan con una organización ecológica llamada “Los hijos de Iztaccíhuatl” (volcán al que me llevaban desde pequeña), la cual me ayudó a acercarme a la naturaleza y convivir con diferentes  pueblos indígenas.

Así que por eso decidí estudiar  biología. Quería ayudar a preservar y restaurar los ecosistemas, así como a entender y aprender las tradiciones de los pueblos para conservar sus recursos naturales. Sin embargo, conforme tomé diferentes materias durante la carrera, me di cuenta de que asignaturas como biología molecular y biotecnología me gustaban bastante. Además, tuvo mucho que ver la manera en como impartían las materias profesores como Alejandro Marche Cova  y Adolfo Vilchis, pues llamaron mi atención por completo. Simplemente, el entender todo lo que pasa dentro de una célula me cautivó.

¿Había laboratorios en tu escuela (secundaria/prepa)?

Sí, en ambos había laboratorios. El de mi secundaria era muy básico y casi no hacíamos experimentos. Sin embargo, el de mi prepa me encantó. Había varios laboratorios, y además les dieron un enfoque médico, lo cual era muy interesante pues veíamos cosas relacionadas con el cuerpo humano y sus funciones.

¿Qué te motivó a hacer investigación/divulgación?

Me  motivó  el poder analizar lo que pasaba a mí alrededor, tener el conocimiento para entenderlo y transformarlo, así como también, poder descubrir nuevas cosas y  transmitirlas al mundo entero. Simplemente el hecho de estudiar la vida y conservarla.

Algunas personas tienen la idea de que la ciencia es muy complicada y que los científicos usan un lenguaje incomprensible. En tu experiencia personal, ¿Cómo responden tu familia y amigos de otras profesiones cuando les hablas sobre el trabajo que haces o lo que estudias?

Cuando se lo platico a mi mamá, mis tías ó mis primitas les gusta mucho de lo que les hablo. Siempre me preguntan más; Cuando lo comento con amigos que trabajan en áreas diferentes a la ciencia, nos interesamos tanto que empezamos a conjuntar ideas.

¿Cuál es tu meta profesional? ¿Dónde te ves en 10 años?

Soy una chica multifacética.  Así que aún tengo el privilegio de que todo me sorprende. En especial me sorprenden otras áreas de la vida como: la espiritual, social y  la artística. Por lo tanto, lo que esté haciendo en 10 años  tendrá que complementar  el conocimiento de la ciencia con  mi parte espiritual y mi parte artística.  Me veo  haciendo muchas cosas,  me veo  investigando los fenómenos sociales y a los pueblos,   pero  con  un conocimiento biológico,  como antropología socio-molecular, ojala existiera esa carrera. Me encanta lo que tiene que ver con el comportamiento, el medio y la epigenética.  Quiero profundizar en cada área y estudiar la maestría y doctorado, pero aún no encuentro  un tema de investigación que  conjunte  algo  tan multidisciplinario. Tal vez tenga que proponer un nuevo proyecto y una nueva visión,  pero bueno, la vida  es sorprendente  y todo puede pasar en 10 años.

Además de tu pasión por la ciencia, cuéntanos sobre tres hobbies que practiques en tu tiempo libre.

Primero que nada, ¡me súper requete encanta bailar! Creo que es lo más padre que existe, y es la forma en la que me relajo y siento que puedo expresarme. No es sólo bailar por bailar, el performance, la expresión corporal y el teatro también me encantan.

Segundo,  salir a eventos que organiza mi familia, rituales prehispánicos, eventos culturales de música, danzas del sol-lakotas y  prehispánicas, así como  conocer los usos y costumbres de los pueblos.

Tercero,  me encanta salir a caminar  tanto en el campo como la ciudad e ir platicando con la gente que me encuentro como artesanos, vendedores, acróbatas callejeros y más.

Acerca de la ganadora:

Yaxem López Sevilla se encuentra actualmente realizando su tesis de licenciatura en el grupo de investigación del Dr. Martin Gustavo Pedraza,  el cual forma parte del departamento de Medicina Molecular y Bioprocesos del Instituto de Biotecnoligía (IBT) de la UNAM

Relaciones amorosas y estilos de apego emocional

Hace tiempo leí en Scientific American MIND un artículo sobre los distintos tipos de apego emocional que existen y cómo influyen en nuestras relaciones interpersonales (en específico, las relaciones de pareja). El tema me parece de lo más interesante, así que me animé a escribir al respecto para el blog.

Para empezar, pongamos un poco de contexto. La teoría del apego, sostiene que la capacidad que poseemos los humanos (y varias otras especies de mamíferos y aves) de formar vinculos afectivos con otros seres surgió como una tendencia de adaptación que permitiera mantener la proximidad de la cría hacia la figura del progenitor. Un recién nacido no está equipado para sobrevivir sin la ayuda de figuras protectoras que lo alimenten, brinden calor y lo auxilien en circunstancias en las que se enferma o se lastima. Por lo tanto, la capacidad de desarrollar este apego, representaría una ventaja evolutiva que sería favorecida por la selección natural.

Numerosos estudios en el campo de las neurociencias del comportamiento y la psicología han estudiado las relaciones entre padres e hijos. Una de las contribuciones más importantes en el área, fué sin duda el descubrimiento de Mary Ainsworth, quien al estudiar las diferencias en la calidad de la interacción madre-hijo en Uganda, identificó tres patrones principales de apego: seguro, inseguro e indiferente.

(a) Los niños con un apego seguro, lloran poco y se muestran contentos cuando exploran en presencia de la madre;

(b) Los niños con un apego inseguro o ansioso, lloran frecuentemente, incluso cuando están en brazos de sus madres; mientras que

(c) Los niños de apego indiferente evasivo, no muestran apego ni conductas diferenciales hacia sus madres.

Los infantes de estilo seguro se apoyan en el respaldo emocional que proveen sus madres para explorar su entorno, aprender y prosperar, así como para encontrar consuelo cuando se encuentran molestos o cansados. Mientras que los de estilo inseguro, viven demasiado preocupados y con un miedo constante a ser abandonados por su madre, por lo que requieren de tenerla a la vista todo el tiempo. Por otro lado, aquellos con un perfil de apego indiferente parecen ser independientes y no necesitar (o ser incapaces de generar o sentir la necesidad) de la presencia materna para encontrar apoyo en momentos de necesidad.

 

OK, quiero suponer que hasta aquí vamos bien. Hagamos una pausa para dar tiempo de que vayas a preguntarle a tu mamá qué tipo de apego mostraste cuando eras un(a) bebé. Es más, si quieres hacer esto más interesante, puedes preguntarle a tu suegra qué tipo de estilo de apego tuvo tu pareja. Por que, según estudios recientes, estos estilos de apego individual permanecen en nuestro cerebro e influencían el tipo de apego emocional que empleamos cuando adultos al establecer relaciones amorosas:

De adultos, las personas con estilo seguro tienden a desarrollar modelos mentales de sí mismos como amistosos, afables y capaces, y de los otros como bien intencionados y confiables, ellos encuentran relativamente fácil intimar con otros, se sienten cómodos dependiendo de otros y que otros dependan de ellos, y no se preocupan acerca de ser abandonados o de que otros se encuentren muy próximos emocionalmente.

Las personas con estilo ansioso tienden a desarrollar modelos de sí mismos como poco inteligentes, inseguros, y de los otros como desconfiables. Buscan intimar con otros, pero siempre tienen miedo al rechazo, se preocupan constantemente de que sus parejas no los quieran y sienten temor al abandono. Son particularmente celosos(as) y posesivos(as) en sus relaciones.

Mientras que los individuos con estilo evasivo, desarrollan modelos de sí mismos como suspicaces, escépticos y retraídos, y de los otros como desconfiables o demasiado ansiosos para comprometerse en relaciones íntimas, se sienten incómodos intimando con otros y encuentran difícil confiar y depender de ellos. Otorgan particular importancia a la realización personal. Y defensivamente, desvalorizan la importancia de los vínculos afectivos.

Dado que las expectativas y comportamientos de cada estilo de apego son extremadamente diferentes, es lógico pensar que las distintas combinaciones de personas tengan diferentes grados de compatibilidad y afecten las dinámicas de pareja. Por ejemplo: ¿Qué pasa si una chava ansiosa decide andar con un chavo evasivo? Aún suponiendo que su amor sea sincero y genuino, es probable que ella viva pensando constantemente que él no la quiere (debido a su inseguridad), lo cual será reforzado por el hecho de que él vivirá evitando el compromiso (o apego emocional).

El caso anterior es quizás exagerado. Por lo que creo que vale la pena hacer varias precisiones:

1) Existe también un cuarto estilo de apego, conocido como tímido.

2) La distribución del grado de apego para cada estilo de apego sigue una distribución normal a nivel poblacional. De hecho, no son poco comunes los casos de personas que presentan combinaciones de dos tipos de apego. Por ejemplo, seguros y evasivos (en distintas proporciones).

3) Los patrones de comportamiento de los diferentes estilos de apego, son bastante estables. Esto quiere decir que no cambian en el ~80%  de las personas, y que la única forma de cambiar o corregir comportamientos no deseados, es a través de terapia.

Para no hacer el post muy largo, voy a parar aquí. No sin antes: (1) Invitarte a comentar qué te pareció el artículo y sugerirme temas de neurociencias ó genética sobre los que te gustaría que escribiera en el blog, y (2) Dejarte la opción de dar click al siguiente link para que descargues el artículo completo de Scientific American MIND [en inglés]: (Get Attached).

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Acerca del autor: Miguel E. Rentería es egresado de la UNAM y actualmente estudia un doctorado en genética y neurociencias en la Universidad de Queensland, Australia. Twitter: @mkrente

Otros textos del autor: El reto Pepsi dentro de un escáner cerebral Cucarachas biónicas para la enseñanza de las neurociencias

Irrigación mortífera [Parte 2 de 2]

Escrito por Ana Gutiérrez-Preciado, Andrea Ciria y Valeria Souza