Ciencia y Sociedad

Explorando algunas superficies en nuestro sistema solar

Colaboración de nuestros amigos de Pedazos de Carbono ---

Tal vez la superficie de la Tierra se te haga muy conocida. Sobre todo si has disfrutado de una hermosa puesta de sol o de un hermoso amanecer—en particular a mí me gustan más los amaneceres. Pero, ¿cómo serán los amaneceres en otros planetas? Tal vez para las nuevas generaciones esto será tan cotidiano de saber, como lo es el jugar con una computadora para un niño de un año, o como lo es para la mayoría de los humanos pensar en la Tierra como el planeta azul—con su forma esferoide.

Pero esa imagen no fue cotidiana para nadie antes del 24 de Octubre de 1946—apenas hace 68 años, lo cual es poco si piensas que el humano moderno tiene 200 mil años sobre la faz del planeta. Las primeras imágenes de la Tierra tomadas desde el espacio las hizo el cohete Nazi V-2, pero no creas que eran a color ni tampoco que el cohete haya dejado la órbita de la Tierra—lo que se dice cuando un objeto logra escapar a la gravedad del planeta—pero al menos nos dio una visión que desconocíamos hasta ese momento de nuestro hogar.

No fue hasta la misión del Apollo 8 en Diciembre de 1968 que terminamos no sólo conociendo mejor a la Luna, sino a la Tierra misma. La primera foto tomada fuera de la órbita terrestre rebeló la forma esférica y el color azul de nuestra casa. Esto es como si jamás te hubieras visto reflejado en un espejo durante casi toda tu vida, y de repente ¡puum! puedes ver cómo eres. Creo que somos afortunados de poder conocer cómo luce nuestra casa, no sólo desde la Luna, sino hasta desde otros planetas—como Marte y Saturno (y Saturno de nuevo), gracias a las diferentes misiones que siguen explorando nuestro sistema solar.

Apollo

A poco más de 40 años de la misión Apollo 8, hemos podido explorar más a nuestro sistema solar.  Ahora podemos indagar en otros planetas para poder responder un poco a la pregunta de cómo serán los amaneceres vistos desde las superficies de otros planetas. Con los avances en la ciencia y tecnología cada vez somos más capaces de explorar nuestro sistema solar y sus fronteras, lo cual nos deja disfrutar de imágenes que jamás en nuestra vida habríamos imaginado conocer. La siguiente imagen, por ejemplo, fue creada por los usuarios del sitio reddit y nos muestra las superficies de Venus, la Tierra, la Luna, Marte y Titán.

ExplorandoSuperficiesTerrestres

La imagen de Venus fue tomada por una de las misiones del programa espacial Venera, enviadas por los rusos en los 70s. Ellos prefirieron dejar de competir con los estadounidenses por la conquista de Marte, después de algunas misiones fallidas, por lo cual su vista se giró hacia Venus. En particular esta foto fue tomada hace 30 años, y con las nuevas técnicas computacionales se pudo hacer que nos revelara una nueva vista de Venus. Dicha imagen está compuesta por proyecciones esféricas que sólo se pudieron obtener en blanco y negro. El color que se le puso imita al color de la foto original como se ve en la siguiente imagen. Yo no me imaginaba tantas piedras en el planeta gaseoso.

Venus

Para más detalles de las fotos y ver otras más puedes ir al sitio de Don P. Mitchell

En el caso de la superficie de Titán, una de las lunas de Saturno, las fotos las tomó la sonda Huygens en la misión Cassini-Huygens. En el descenso de la sonda, ésta fue tomando fotos de las diferentes regiones en su visión, las cuales luego se juntaron para reconstruir el panorama completo de la superficie de Titán en el descenso de Huygens. Aquí les dejamos un video, donde al final puedes ver la imagen que aparece también en el mosaico de las superficies de nuestro sistema solar.
Todo esto me hace recordar que falta aún mucho que explorar, tanto en nuestro planeta como en nuestro universo cercano, lo cual deja espacio para seguir recolectando conocimiento y poner a prueba el que ya poseemos.

Starignus

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Escrito por Ariadna Blanca Romero y publicado originalmente en Pedazos de Carbono

¿Por qué somos polvo de estrellas?

Mirar al cielo en una noche oscura y no sentirte un poco sobrecogido por el espectáculo es difícil. Y es que la inmensidad de la bóveda celeste ha sido fuente de inspiración de innumerables mitos y leyendas desde que el hombre rondaba las sabanas africanas en busca de alimento y refugio. Las estrellas tienen esa rara capacidad de hacernos sentir acogidos e inseguros al mismo tiempo. Hoy en día, gracias a la ciencia, nuestro entendimiento del Universo ha avanzado muchísimo desde aquellos lejanos tiempos en los que éramos simples recolectores-cazadores y buena parte de ese conocimiento se explica de forma magistral en la muy recomendable serie de televisión “Cosmos”, narrada por el portentoso astrofísico y divulgador Carl Sagan. Con millones de espectadores alrededor del mundo, la serie es considerada el programa de divulgación científica más exitoso. Es por ello que la re-edición de la serie que se estrenó este 11 de marzo, a cargo del también astrofísico Neil deGrasse Tyson, era esperada por muchos fanáticos de la serie original, incluyéndome, con gran emoción.

Si la nueva serie será tan bien recibida como su predecesora está por verse; pero si Neil deGrasse se acerca un poco al nivel de profundidad de la narrativa de Carl Sagan, muy seguramente será todo un éxito. Y precisamente la frase “somos polvo de estrellas” es un ejemplo claro de esa profundidad de la cual les hablo. Pero ¿a qué se refería Sagan con eso de que somos polvo de estrellas? Para responder déjenme contarles una pequeña historia:

Hace miles de millones de años, unos trece aunque no estamos bien seguros de la fecha, el Universo comenzó a existir. En sus primeros inicios todo lo que hoy conocemos como materia estaba formada por los átomos más simples: los de hidrógeno, que sólo tienen un protón en el centro y un electrón dándole vueltas y que hoy en día conforman alrededor de tres cuartas partes de la materia observable. (En ocasiones, los átomos de hidrógeno pueden tener además uno o dos neutrones en su núcleo. A esos átomos con diferentes números de neutrones en su núcleo los llamamos isótopos y dependiendo del número de neutrones reciben nombres distintos, pero no se confundan, son esencialmente lo mismo).

Con el tiempo esa materia formada sólo por átomos de hidrógeno se condensó y formó nubes que eventualmente conformaron las estrellas. En los núcleos estelares los átomos de hidrógeno se fusionan para formar helio (el cual es un átomo que consiste en un par de protones y neutrones rodeados por dos electrones). Este proceso, conocido como fusión nuclear, (o como decía mi abuela, “el arrejunte de los átomos”) requiere de temperaturas y presiones formidables, pero cuando dos átomos se fusionan, liberan una gran cantidad de energía que podemos observar como el brillo de las estrellas en la noche y el de nuestro Sol durante el día. De esta forma, el universo fue poblándose de helio, el cual actualmente es el segundo elemento más abundante.

Fusión de dos átomos de hidrógeno para formar uno de helio. Los protones (rojo) se fusionan para formar nuevos átomos, con la liberación de neutrones (negro) y (mucha) energía. Los electrones no se muestran por simplicidad

 

Pero hablando de estrellas el tamaño sí importa, y mucho. Y es que las estrellas “grandes” (aquellas que tienen masas superiores a 8 o 9 veces la de nuestro Sol), suelen terminar sus días como supernovas. Una supernova es una estrella de gran tamaño que, una vez que ha convertido todo su hidrógeno en helio (es decir, una vez que se acabó su combustible), se condensa de forma repentina. Esta condensación genera una presión y una temperatura mucho mayor a las que existían en el núcleo estelar previamente, lo cual tiene como consecuencia algo muy curioso: los átomos de helio se fusionan entre sí, generando nuevos átomos. Estos átomos se fusionan a su vez entre sí, creando una reacción en cadena que tiene como consecuencia una explosión espectacular (recordemos que al unir átomos se libera una gran cantidad de energía). ¿Qué tan espectacular? Las estrellas pueden alcanzar hasta 100,000 veces su brillo inicial. Estas explosiones son tan fuertes que a veces son visibles a simple vista desde la Tierra. Sin embargo, esta reacción tan violenta consume velozmente los átomos disponibles y la supernova desaparece rápidamente.

Volviendo a nuestra historia, es aquí donde sucede la magia. Las explosiones de supernovas eran muy comunes durante las etapas tempranas del universo (había mucho hidrógeno disponible y las estrellas gigantescas no eran nada raro). Estas constantes explosiones expulsaron al espacio a los átomos recién creados que, eventualmente, formaron parte de otro tipo de cuerpos astronómicos: los planetas. Y fue en un planeta en particular, conocido como Tierra, en donde los nuevos elementos formaron los ladrillos constructores de las moléculas fundamentales de la vida. Estas moléculas se organizaron en células para formar organismos capaces de replicarse, los cuales evolucionaron en una gran diversidad de especies, incluyendo a la especie humana. Y esta especie en particular desarrolló una inteligencia capaz de recontar toda esta historia;  o dicho de otra forma más poética pero no menos exacta: todos los elementos que conforman nuestro mundo y  los seres vivos en él, incluyéndonos, fueron producidos en el núcleo de una estrella. Somos, por lo tanto, polvo de estrellas.

Remanente de la supernova de Kepler, la última supernova que ha sido observada en nuestra galaxia.

 

Ante tal perspectiva, no es difícil percibir cómo todo está íntimamente ligado en el Universo. Aunque el vínculo pueda no ser místico ni metafísico, no es menos sorprendente o inspirador. Si, en resumen somos el producto de una serie de reacciones complejas e incluso fortuitas que implican catástrofes estelares como las supernovas, ¿por qué no cuidar y estudiar algo tan impresionante como la vida? Si por azares evolutivos desarrollamos la capacidad de entender el mundo que nos rodea ¿acaso no vale la pena usar esa capacidad tanto como podamos? Y si somos, hasta donde sabemos, los únicos seres en el universo capaces de explorarlo, ¿no deberíamos estar haciéndolo? ¿No son acaso la capacidad de explorar y entender el Universo las características que nos hacen especiales, las que nos hacen humanos?

Finalmente, debo confesarles que la historia que les conté está incompleta. La materia (los átomos) y la energía observables (esa que sale de los átomos) de nuestra historia componen solamente alrededor del 5% de la masa del universo. El resto es materia oscura (alrededor del 25%) y la misteriosa energía oscura (el restante 70%) de las que sabemos muy poco. Tal vez en esta re-edición de Cosmos, Neil deGrasse nos explique más acerca de ellas. Así que si tienen oportunidad de verla, ¡no se la pierdan! Quién sabe, puede ser que no sólo estemos hechos de polvo de estrellas.

 

Posdata: Tuve el placer de asistir al pre-estreno de Cosmos, y ¡tienen que verla! les aseguro que no quedarán decepcionados. No se pierdan los próximos capítulos y las repeticiones por los canales de National Geographic y Fox.

"Unidos para un mejor Cuidado"

Febrero, esa época del año nuevamente… ¡pero no me refiero al Día del Amor y la Amistad! Sí, es justo en febrero cuando desde 2008 se celebra en el último día del mes el Día Internacional de las Enfermedades Raras. Y para los que tienen buena memoria, o para aquellos que cumplen años cada 4 años solamente, 2008 fue bisiesto y es por la “rareza” del 29 de febrero que se escogió tal fecha como el día oficial de las enfermedades raras. Sin embargo, tal y como las enfermedades que representa, el día no debe pasar desapercibido, por lo que en años no bisiestos, como el 2014, el Día Internacional de las Enfermedades Raras se celebra el 28 de Febrero. Hace dos años (que también fue bisiesto) escribí sobre el tema pero a propósito de la fecha, siempre es bueno recordar a aquellas personas que padecen enfermedades raras en el mundo. Algunos de nosotros trabajamos con ellas o por ellas todos los días y no nos parecen tan raras, pero a nivel mundial, estos pacientes representan un número pequeño comparado con aquellos que padecen cáncer o diabetes y por eso generalmente pasan desapercibidos. Para recordar, una enfermedad rara es aquella que afecta a menos de 1 en 2,000 o 1 en 200,000 individuos (la definición depende del país) pero el punto es que son raras porque afectan a pocas personas en el mundo. Sin embargo, se estima que aproximadamente en Europa y Estados Unidos combinados 60 millones de personas padecen una enfermedad rara. Aunque en México no existen datos estadísticos al respecto, el estimado es de aproximadamente 10 millones de mexicanos.

La mayoría de las enfermedades raras tienen un importante componente genético, es decir ocurren por la alteración de uno o más genes y éstas pueden ser hereditarias, generalmente de forma recesiva, por lo que los padres usualmente no saben que son portadores de estas alteraciones sino hasta que tienen hijos; o esporádicas, lo cual significa que la alteración ocurrió de forma aleatoria y ninguno de los padres tiene la alteración. Es por esta razón, que la mayoría de las enfermedades raras se presentan en niños y también son severas afectando el desarrollo tanto físico como mental, en muchos casos, de los niños. De igual forma, conllevan una carga emocional y económica muy grande para las familias, dado que debido a la rareza de éstas poco se sabe de sus causas y muchas de ellas pueden ser degenerativas o crónicas, requiriendo todo tipo de cuidados de por vida. En muchos casos no existen pruebas de diagnósticos para determinar las causas, por lo que los pacientes y sus familias pueden vivir años o incluso toda su vida sin saber qué los afecta. En otros casos, los pacientes suelen pasar por las llamadas “odiseas diagnósticas” en donde éstos son víctimas de muchísimos exámenes clínicos para tratar de determinar la causa de la enfermedad pero sin mucho éxito. Por otro lado, también existe la carga económica y social, dado que los sistemas de salud nacionales generalmente no consideran a este tipo de pacientes dentro de sus prioridades, lo cual resulta en una variedad de problemas económicos y de atención para las familias.

El tema de este año del Día Internacional de las Enfermedades Raras es “Cuidado” con el slogan “Unidos para un mejor Cuidado” (Join Together for Better Care) y haciendo alusión al aislamiento que muchas veces familias, pacientes, organizaciones e incluso médicos e investigadores que lidian con estas enfermedades raras sienten en su lucha y cómo unidos por el interés hacia aquellos que sufren de estas enfermedades se podrá y puede eventualmente lograr un mejor cuidado para ellos y una concientización de la sociedad.

Y es que la unidad es un aspecto fundamental en el estudio de enfermedades raras ya que al haber tan pocos casos de cada una de estas enfermedades poco comunes en el mundo, sólo la colaboración internacional entre grupos que se dedican a la investigación de éstas permite agregar los diferentes pacientes y caracterizar adecuadamente los aspectos clínicos de la enfermedad, así como encontrar qué defecto genético la causa.

En los últimos años y más aún desde 2010, se han logrado avances inmensos en el área de la investigación de enfermedades raras. Las tecnologías de secuenciación de ADN y multitud de proyectos en diferentes países están permitiendo descubrir las causas de éstas como nunca antes. Más descubrimientos se han hecho en estos 4 años que en las décadas anteriores desde el descubrimiento de las leyes de la herencia o la estructura del ADN, aunque por supuesto esto no habría sido posible sin las bases fundamentales de la genética mendeliana y la biología molecular. Ahora es posible diagnosticar rápida y adecuadamente a muchos y cada vez más de estos pacientes. Además, estos descubrimientos nos permiten conocer más sobre los diferentes genes y sus funciones en la biología humana. Aunque para muchas de estas enfermedades no es posible crear fármacos o curas debido a que las funciones de los genes afectados son fundamentales para el correcto desarrollo y funcionamiento del cuerpo, el primer paso para poder idear tratamientos y terapias es entender la función de estos genes y eso es exactamente lo que estamos logrando cada día más y mejor.

Pueden checar los eventos que se llevaran a cabo con motivo del Día Internacional de las Enfermedades Raras en la página de la organización, así como el video de este año:

 

Acerca del Autor: Claudia Gonzaga Jauregui es egresada de la Licenciatura en Ciencias Genómicas de la UNAM y Doctora en Genética Molecular Humana por el Baylor College of Medicine en Houston, Texas, USA. Actualmente se encuentra haciendo una estancia Postdoctoral en la Universidad de Duke, en Estados Unidos donde está involucrada en el diagnóstico, estudio, descubrimiento y modelado de enfermedades genéticas raras.

Crónica de un mexicano en el festival mundial de la ciencia

Eran las 10 en punto de la mañana, las puertas del elevador se abrían y entré al recinto. El lugar era un collage impresionante: por aquí un taller de carpintería, más allá un mini-estudio de televisión, por allá una sala de conferencias. En el bullicio del lugar se podían escuchar todas las entonaciones imaginables del inglés. Diez minutos después se escuchó una voz por el micrófono: “Bienvenidos al primer hackatón del festival internacional de la ciencia”. Todos aplaudimos y nos emocionamos como si estuviéramos en un concierto de rock. Pero aquel día nadie iba a usar el escenario para cantar. En lugar de eso escuchamos atentos la presentación de una docena de proyectos: desde un collar para rastrear la actividad de tu perro, hasta un programa para ayudar a analizar los datos del Gran Colisionador de Hadrones. Me encontraba ni más ni menos que en el science hack day organizado por el “World Science Festival 2013 (Festival Mundial de la Ciencia 2013)” en la ciudad de Nueva York.  La idea del evento era bastante simple: personas de muy diversas áreas con interés en la ciencia nos reuniríamos un fin de semana con el objetivo de hacer hacks, es decir, proponer soluciones innovadoras (aunque no necesariamente elegantes o bien desarrolladas) a problemas concretos relacionados con diversos proyectos científicos, mejorar o extender sus aplicaciones, aportar ideas, construir dispositivos, probar programas o incluso comenzar proyectos nuevos. Todo en un tiempo récord y trabajando en equipos con personas que recién acababas de conocer y que podían ser desde estudiantes de preparatoria, hasta profesores retirados, pasando por ingenieros, artistas, científicos, diseñadores, escritores, periodistas, por mencionar algunos.

Una pantalla gigante con este logo era lo primero que recibía a los “hackers”

 

La diversidad de proyectos también fue impresionante: por un lado un físico cuántico de la Universidad de Zúrich que quiere crear un modelo estándar que sea fácil de entender para la gente común y los estudiantes de física que se empiezan a interesar en el campo; por el otro, un biólogo molecular de la Universidad de Nueva York que secuenció el ADN de las bacterias de un billete de un dólar; más allá un ecologista interesado en crear un dispositivo que rastree la basura.

Yo me interesé en el proyecto de un joven estudiante del Instituto Politécnico de Nueva York. Se trataba de una aplicación para iPad llamada “lewis dots”. Es un pequeño programa que muestra de forma interactiva el concepto de la formación de uniones entre los átomos y que a los niños les suele gustar bastante.

Acabó el hack day (que en realidad fueron dos: sábado y domingo) y terminé exhausto, pero me sentía muy satisfecho por la experiencia. Aunque no pudimos avanzar tanto como nos hubiera gustado con la aplicación (dos días es muy poco para todas las ideas que surgieron, incluso para una aplicación relativamente simple), salí con una gran sonrisa en el rostro, pues conocí un gran equipo de personas interesadas en hacer que la ciencia llegue a la gente y me enteré de algunas útiles herramientas para los que estamos interesados en la divulgación y la ciencia ciudadana.

Era temprano y todavía quedaba una hora para la conferencia-debate a la que asistiré, así que paseé un rato por la feria callejera que el festival instaló cerca del Washington Square. Me impresionaron las multitudes de niños que se acercaban a ver las demostraciones que los científicos de las principales universidades de la ciudad prepararon para ellos. El festival era enorme y muy interesante. El stand del Museo de Historia Natural me llamó particularmente la atención, pero no pude verlo porque se me estaba haciendo tarde y debía apresurarme para llegar a tiempo al debate.

Llegué a la hora exacta y a los pocos minutos las luces se apagaron y la conferencia comenzó. Destacados científicos y expertos del área de la epigenética (como el Dr. Jean-Pierre Issa, uno de los pioneros en el uso de una “terapia epigenética” para el tratamiento de algunos tipos de cáncer) discutieron sobre las implicaciones sociales de esta ciencia naciente que busca el vínculo entre los genes y el medio ambiente. Mi área de investigación es precisamente la epigenética, así que sobra decir que estaba bastante emocionado por ver a varios de mis ídolos discutiendo entre ellos en un ambiente completamente distinto a la formalidad de los congresos científicos. La discusión abarcó una gran cantidad de temas y el tiempo fue poco: se discutieron ideas básicas sobre lo que sabemos de epigenética y su implicación para la vieja pregunta de ¿qué es más importante los genes o el ambiente?. La plática continuó con el tema de la privacidad de los datos epigenéticos y su falta de regulación, así como las nuevas tecnologías para obtenerlos y analizarlos. El debate finalizó con las implicaciones de la epigenética en la salud pública. Una cosa me quedó clara: hay todavía mucho por discutir y aún más por explorar.

En la conferencia de epigenética y sociedad.

 

El día terminó y no podía estar más feliz. Al ver las sonrisas de los niños que les iban platicando a sus padres las cosas que vieron, me doy cuenta que no fui el único. No puedo evitar sino pensar en mi país y en lo increíble que sería tener un evento de este tamaño ahí. ¿Qué mejor forma de llevar la ciencia a la gente que mostrándola en la calle? ¿Qué mejor manera de inspirar a la próxima generación de investigadores y tecnólogos que mostrándoles las maravillas científicas cuando son niños? Ya para este punto mi deseo se transforma en convicción: algún día México tendrá un festival internacional de las ciencias, algún día tal vez no demasiado lejano...

 

Posdata: Si saben inglés y quieren ver algunas de las conferencias del festival, hagan clic en este link. No se las pierdan, están todas muy interesantes.

 

 

David Valle es co-fundador y ex-presidente de Más Ciencia por México. Estudia el Doctorado en Ciencias Biomédicas de la UNAM. Lo pueden encontrar en twitter (@dav7mx) y en www.david-valle.org

La paradoja del abuelo y el primer hombre en la Tierra


Eres un viajero en el espacio. Un día te transportas al momento en el que tus abuelos aún no se conocían. Inesperadamente, conoces a tu abuelo y, por razones desconocidas, lo asesinas. Entonces, tú no naces. Como nunca llegas a este mundo, no eres capaz de viajar en el tiempo ni de matar a tu abuelo. Pero la realidad es que sí naciste, viajaste en el tiempo y mataste a tu abuelo. Aunque... ¿cómo puede ser eso? ¡Si él está muerto, nunca habrías nacido!

A este enredo en el tiempo se le conoce como "la paradoja del abuelo", y fue planteado por el escritor de ciencia ficción René Barjavel en 1943. Esta paradoja es muy parecida a una crítica que recientemente hizo el doctor Eran Elhaik, de la Universidad de Sheffield: muchos trabajos que han calculado la fecha en la que el primer ser humano caminó por la Tierra generan paradojas de espacio y tiempo. Esto, porque las fechas que proponen rozan de manera muy cercana una época antigua, cuando muchos Homo sapiens aún no nacían.

“Si tomamos seriamente los resultados numéricos de estudios anteriores, podemos concluir que el pasado fue alterado por la madre del primer hombre al decidir no concebirlo en el futuro, llevando a nuestra especie a su final”, menciona Elhaik para ilustrar su observación.

El investigador reportó, junto con Dan Graur, de la Universidad de Houston, que nuestro ancestro común masculino caminó por la Tierra hace unos 209 mil años, lo cual adelanta nueve mil años las propuestas previas. Este resultado posiciona a nuestro Adán dentro del periodo de tiempo en el que vivió nuestro ancestro común femenino.

El investigador menciona que es obvio que los humanos modernos no se aparearon con homínidos hace más de 500 mil años. Además, asegura que no se debe hablar de un único ‘Adán’ y una sola ‘Eva’, sino más bien de grupos de Adanes y de Evas viviendo juntos y deambulando por nuestro planeta.

Aunque ese es un debate que no termina poner a trabajar a los científicos, Elhaik ha puesto otro problema sobre la mesa: ¿hasta qué punto los primeros humanos se aparearon con sus parientes más cercanos?

Bibliografía 

Nota original | Artículo original | Nota del blog de Historias Cienciacionales 

Impulsando al periodismo científico

Por: Erik Vance

Traducido del inglés por: Gustavo Rodríguez Publicado originalmente en The last Word on Nothing  y traducido con permiso del autor.

Hace varias semanas fui invitado como asistente a un taller fascinante sobre periodismo. El taller fue organizado por la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica (SOMEDICyT) y consistió en una reunión de escritores de ciencia de México y el extranjero para debatir sobre la definición de la escritura científica. Se trató de ese tipo de diálogo filosófico con el cual no estás en contacto tan a menudo como escritor en activo, cuando estás más enfocado en vender historias y cumplir con fechas límite. Pero es un tema crucial, especialmente en México. A pesar de ser un mercado masivo con un idioma compartido, la comunidad de periodistas o escritores científicos pasan por alto a Latinoamérica. Por un lado, en países como México, Colombia, Argentina y Chile (omitiendo a Brasil porque estoy hablando sólo sobre periodismo científico en español) se realizan esfuerzos robustos para fortalecer la investigación. Por el otro, la mayoría de las revistas de "ciencia" disponibles para el público en general son sencillamente vergonzosas. Las dos revistas más importantes, Quo y Muy Interesante, se exhiben con portadas acerca de extraterrestres, teorías de la conspiración e incluso la siempre popular historia de Jesús-en-crisis. Cerca de la mitad del material es ciencia legítima y la otra mitad... bueno, a mí realmente me gustó el reportaje acerca de los hombres lobo.

Pero este es el meollo del asunto: si lees las versiones españolas de estas revistas no hay extraterrestres o historias de crucifixión sino, únicamente, verdadero periodismo científico. En otras palabras, los editores de estas revistas tienen un concepto tan pobre de Latinoamérica que están convencidos de que la única manera de vender ciencia es disfrazarla como si fuese un tabloide de supermercado. Estoy seguro de que esto no es cierto: la versión en español de National Geographic no se rebaja a esos niveles y tiene buenas ventas, además, la mayoría de los mexicanos con los cuales he hablado se sienten apenados por revistas como Quo y Muy Interesante y aquellos que quieren periodismo científico de calidad prefieren Scientific American, New Scientist o cualquier revista extranjera que puedan conseguir.

Como muchos mercados emergentes, México necesita periodismo científico de calidad y está realmente ansioso por él. Pero necesita historias con un toque mexicano escrito por la gente que vive aquí en vez de por "escritorzuelos" como yo, o peor, por gente que nunca ha estado en el país. Debido a esto, mucha de la conversación en el taller de la SOMEDICyT se enfocó en cómo el periodismo científico puede mejorar en México. Imagino conversaciones similares en India, Brasil, China y Sudáfrica. Se habló del acceso a las nuevas alternativas de comunicación y a los medios tradicionales, como los diarios impresos de interés general. Hubo una familiar inquietud sobre cómo repartir las responsabilidades y cómo llamar la atención de los editores que se sienten inseguros sobre las historias de ciencia. Pero con una población tan grande y desatendida, Latinoamérica necesita dejar de preocuparse por su penosa rebanada del pastel y simplemente expandir sus horizontes. La pregunta no debe ser cómo podemos tener más periodismo científico en Latinoamérica, sino cómo debe presentarse la siguiente generación del periodismo científico latinoamericano. Una generación que sea inteligente, creativa y que se identifique con su propia cultura. Cuando pienso en el futuro del periodismo científico en inglés pienso en la edición electrónica de NatGeo, Mental Floss, I Fucking Love Science, Download the Universe, y ya que estamos en esto, incluso en xkcd y Logicomix.

Decir que por el hecho de que México es un país católico el periodismo científico debe enfocarse en nacimientos virginales y milagros para conectarse con el ciudadano común es una muestra de cinismo o de manipulación pura. Habiendo pasado una moderada cantidad de tiempo con pescadores pobres, puedo decir que ellos tienen las mismas preguntas acerca de los océanos, las estrellas y la medicina que tiene cualquier persona que no lee Nature.

Una revista mexicana que realiza esfuerzos responsable por informar al público acerca de temas científicos es ¿Cómo ves?, una revista de la UNAM, la Universidad más grande de México. Ahora bien, como revista institucional ¿Cómo ves? podría no ser el futuro del periodismo científico pero trata a sus lectores como adultos que buscan información científica confiable, simple y sustancial. Su editor, Estrella Burgos, es una asistente regular en los congresos de periodismo científico y piensa profundamente al respecto (y para ser sinceros, se ha convertido en una amiga mía). Hace un par de años Burgos se dio cuenta de que la revista se había forjado a una audiencia de lectores de entre todos los lugares, en las prisiones mexicanas. Recibió dos correos electrónicos que desde mi punto de vista responden a la pregunta de qué es lo que hacemos los periodistas científicos. Uno de los correos electrónicos fue de un interno que le agradecía por haberle permitido, aunque fuese por un instante, ver el vasto mundo desde su triste celda. ¿Cómo ves? lo había sacado de su rutina y le permitió volar con águilas pescadoras, viajar a la velocidad de la luz y sumergirse hasta el fondo del océano.

El segundo correo electrónico fue de un interno que había leído la revista y la relacionó con su propia situación:

"Mi interés en la comida surgió a partir del lugar en el que vivo actualmente y de las cosas que observo. A lo largo de los últimos meses nos han reducido las raciones de alimentos hasta una cantidad ofensiva -eso sin mencionar la calidad-. Prácticamente cada plato de pollo que se nos sirve tiene vísceras, cartílago y pedazos de huesos triturados, como si en vez de limpiar la carne pusieran al pollo en una licuadora gigante hasta alcanzar una textura y un color desagradable que es casi tan horrible como su hedor. Mi teoría es que dado que nos pusieron "a dieta" todos los internos estamos de mal humor: realizamos nuestras actividades con apatía e incluso la civilidad más básica está desapareciendo poco a poco y han habido más intentos de suicidio. No sé quién podría realizar una investigación al respecto, pero tal vez usted esté interesada en mostrar que incluso la nutrición es parte de la rehabilitación social."

Transportar, iluminar y educar: ese es nuestro trabajo, además de hacer brillar la luz de la ciencia en algunas esquinas oscuras de vez en cuando. Y si dos internos confinados a una prisión mexicana pueden interesarse en la ciencia, entonces muchas personas más alrededor del mundo también pueden hacerlo. México y Latinoamérica necesitan tomar el ejemplo del India's Playbook y partir de allí. Acercarse no sólo a la gente a la que ya le gusta la ciencia, sino a la gente que aún no sabe cuánto pueden llegar a amarla.

Yo no sé cuál es el futuro del periodismo científico en México. Sé que yo no soy quien va a crearlo. Pero en cuanto llegue, ya sea en línea, por televisión o a la vuelta de la esquina, cambiará completamente el terreno de juego. Abróchese el cinturón de seguridad y prepárese.

Acerca del autor:

Erik Vance es un periodista científico radicado en México. Escribe acerca del medio ambiente, México, el cerebro y cosas que te hacen pensar “no necesitaba saber eso”. Puedes encontrarlo en twitter como @ErikVance o en su página web.

Sir Isaac Newton y los fluidos que no le hacen caso

Uno de los nombres más respetados y famosos en la ciencia es el de Isaac Newton. Este personaje sentó las bases del cálculo infinitesimal y sus estudios sobre el movimiento de las cosas son hasta ahora los fundamentos de la rama de la física conocida como mecánica clásica. Entre otras cosas, Newton describió el comportamiento de algunos fluidos, como el agua, en los cuales el movimiento de sus moléculas guarda una relación directa con la fuerza o perturbación que se aplique sobre el mismo. Suena complicado, pero en realidad se trata de algo muy sencillo: el agua y algunos otros fluidos como el aire, los vinos, etcétera, se mueven lento si los agitamos lentamente y son muy dinámicos si los agitamos más rápidamente. A los fluidos que se comportan de esta manera los conocemos como fluidos newtonianos. La viscosidad, es decir, la resistencia a fluir de estos materiales, es constante mientras la temperatura también lo sea, pero cuando la temperatura aumenta, su viscosidad disminuye.

Existe otro tipo de fluidos, unos fluidos rebeldes y a los cuales poco les importa que un tal Sir Isaac Newton haya dicho que se tenían que mover de una manera en particular. A estos fluidos rebeldes los conocemos como fluidos no newtonianos. Su característica principal es que la viscosidad de éstos no es constante, sino que depende de la fuerza que se aplique sobre ellos. Como existen diferentes maneras de desobedecer a las reglas, existen por supuesto, diferentes tipos de fluidos no newtonianos.

Algunos fluidos llamados pseudoplásticos disminuyen su viscosidad mientras más fuerza se aplique sobre ellos. ¿Puedes imaginarte a un fluido que sea de este tipo? En esta categoría encontramos a algunas sustancias comunes, como la salsa cátsup. La cátsup es muy viscosa cuando no hay ninguna fuerza actuando sobre ella (por ejemplo, cuando está en reposo), pero cuando la cátsup se agita su viscosidad disminuye; es por esto que cuesta  mucho trabajo hacer que la cátsup empiece a salir de la botella pero luego de unos cuantos golpes sale sin mayor problema. Otro fluido que se comporta de la misma manera es la sangre. Esta característica aunque parece muy sutil es de vital importancia, pues permite mantener un flujo sanguíneo adecuado a lo largo de una intrincada red de venas, arterias y vasos capilares de diámetro y presión variable. Si la sangre no disminuyera su viscosidad al fluir a través de los capilares, se aglutinaría, impidiendo así la irrigación correcta de los distintos órganos y tejidos.

Existe otro tipo de fluidos no newtonianos: los fluidos dilatantes. Los dilatantes se comportan de manera totalmente opuesta a los pseudoplásticos, pues en este tipo de fluidos la viscosidad aumenta cuando se aumenta la fuerza aplicada sobre ellos. Un ejemplo de este tipo de fluidos son las arenas movedizas, las cuales son una mezcla de agua y tierra suelta en la que muchos animales (y uno que otro humano incauto) mueren atrapados. Al ser un fluido dilatante, las arenas movedizas permiten que los animales o la persona que pisó sobre ellas comiencen a hundirse. Sin embargo, la desesperación de estas víctimas los hace luchar instintivamente para salir de las arenas movedizas. Cuando la víctima de esta desafortunada situación lucha con fuerza para salir con vida, en realidad está aumentando la viscosidad de las arenas movedizas, lo cual genera más resistencia, y como consecuencia, la víctima lucha con más fuerzas hasta que muere sofocado. Otro ejemplo menos dramático pero en el cual observamos el mismo comportamiento es la mezcla de fécula de maíz y agua. Más Ciencia Por México tuvo la oportunidad de participar en la Séptima Jornada de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos, la demostración que se hizo durante tal evento fue justamente sobre la fécula de maíz como fluido no newtoniano.

 

Más Ciencia Por México en la demostración sobre fluidos no newtonianos durante la 7ª Jornada de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos

Este experimento puedes realizarlo en casa si consigues un poco de fécula o almidón de maíz, también conocido como maicena: en un recipiente mezcla dos partes de maicena con una de agua. Es decir, si colocas dos tazas de maicena, agrega solamente una taza de agua. Disuelve todo muy bien hasta que desaparezcan los grumos. Inmediatamente notarás algo peculiar de esta solución: si intentas mezclarla muy rápido, encontrarás una resistencia tremenda, pero si lo haces lentamente esa resistencia disminuye. Los fluidos dilatantes se comportan de esta manera debido a la organización de las moléculas disueltas (el almidón en este caso) en el solvente (agua). Cuando los gránulos de almidón no están sometidos a ninguna fuerza se distribuyen más o menos uniformemente en la mezcla, pero cuando se aplica una fuerza brusca sobre el fluido, los gránulos de almidón se empacan muy cerca entre sí haciendo que este líquido se comporte como un sólido por una fracción de tiempo. Considerando lo anterior podemos concluir que el comportamiento de los dilatantes depende de la concentración de moléculas en una solución, y en efecto, es así. En el siguiente vídeo de ICBIScience, Santiago López te muestra cómo preparar un fluido no newtoniano con fécula de maíz y agua.

Esta mezcla exhibe muy bien sus propiedades no newtonianas cuando las cantidades de maicena son el doble que de agua, sin embargo las proporciones pueden ser variables, ¿qué crees que suceda si aumentas la cantidad de maicena con respecto a la de agua? ¿y si aumentas la cantidad de agua en la solución? Una parte fundamental de la ciencia es la experimentación, así que si decides realizar este sencillo experimento comparte con nosotros las cantidades de maicena y agua que utilizaste, así como los resultados que obtuviste.

Las propiedades de los fluidos dilatantes han intentado aprovecharse para construir chalecos antibalas, pues con materiales de este tipo podría absorberse la energía de impacto de un proyectil, minimizando con ello el posible daño físico ante un ataque con armas de fuego.

Los fluidos no newtonianos son muy interesantes y sus aplicaciones industriales son diversas: desde la tecnología de alimentos hasta la industria petrolera; de la medicina a la fabricación de pinturas líquidas… ¡del atole de fécula de maíz, a un sistema que se comporta igual que las arenas movedizas!

Nota: Si preparas tu fluido no newtoniano puedes almacenarlo uno o dos días antes de que empiecen a crecer colonias bacterianas en él. Cuando lo deseches no lo tires en ninguna tubería, pues los gránulos de almidón se sedimentarán y como consecuencia tendrás tuberías obstruidas muy difíciles de destapar. Para desechar esta mezcla puedes hacer dos cosas: (i) colocarlo en una bolsa de plástico y depositarlo así en la basura o (ii) embarrarlo sobre una superficie, esperar a que esté completamente seco y luego rasparlo, puedes ahora desecharlo en la basura como polvo o como pedazos sólidos. ¡Que te diviertas con tu fluido no newtoniano!

Agradecemos al Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos, quien nos permitió acercarnos a los niños y jóvenes mediante la actividad de los fluidos no newtonianos durante la 7ª Jornada de Ciencia y Tecnología y quienes tomaron la fotografía que encabeza al presente texto.

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Acerca del autor

Gustavo Rodríguez Alonso es estudiante del doctorado en ciencias bioquímicas de la UNAM. Su proyecto está enfocado en el estudio de los genes que controlan el desarrollo de la raíz en las plantas cactáceas. Puedes encontrarlo en twitter como @RodAG_

Santiago López Pendás es el creador de ICBIScience, puedes encontrarlo en twitter como @YPendas y en Vine como Yago Pendas.

El factor de impacto, DORA y quienes hacemos ciencia

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Por lo general, un grupo de laboratorios con temas en común nos reunimos una hora a la semana para que alguien exponga los avances de su investigación y los demás hagamos preguntas o sugiramos análisis. Hace poco cambiamos la rutina: nadie presentó su trabajo. Nos sentamos a hablar acerca del factor de impacto de las revistas científicas en donde se publica la ciencia y la fuerte crítica que recientemente se ha hecho de esto.

El factor de impacto de las revistas científicas (JIF por su siglas en inglés) es un indicador que cuantifica el promedio de citas académicas realizadas a cada uno de los artículos de una revista científica durante los últimos años. Su propósito original, cuando en 1953 lo propuso un bibliotecólogo, era ayudar a las bibliotecas a escoger a qué revistas científicas suscribirse. Sin embargo, su uso derivó en que hoy se utiliza para comparar el desempeño académico de personas e instituciones. Así, la suma de cuántos artículos y el factor de impacto de las revistas en donde éstos se publicaron, puede ser el elemento principal al examinar un CV y decidir si contratar a una persona u otra, o para resolver si asignar más o menos presupuesto a tal o cual Facultad dentro de una Universidad.

Pareciera que utilizar el factor de impacto sería una salida pragmática y hasta cierto punto objetiva para evaluar el desempeño de investigadores e instituciones. Sin embargo, en el último par de años diversos miembros de la comunidad científica han señalado varios problemas y consecuencias negativas de utilizar el factor de impacto para tal efecto. El descontento derivó en la formación de la Declaración de San Francisco sobre la Evaluación de la Investigación (DORA, por sus siglas en inglés) en diciembre del 2012. La declaración fue firmada originalmente por 155 académicos y 82 instituciones y editoriales de revistas científicas. Entre éstas se incluyen The American Association for the Advancement of Science (la editorial de Science), Proceedings of The National Academy Of Sciences entre otras. Al 27 de octubre del 2013 la lista de firmantes incluía 9,596 individuos y 409 instituciones.

De acuerdo con la DORA y diversos estudios (ver referencias al final), el factor de impacto no es una buena medida del desempeño científico, entre otras cosas, porque:

(A) Existen graves sesgos en cómo se distribuyen las citas bibliográficas dentro de las revistas científicas [1-3];

(B) El factor de impacto depende del campo de estudio.  Varía de acuerdo con el tamaño de la comunidad científica enfocada en un campo en particular, con la velocidad con la cual es posible publicar artículos de investigación en ese campo, con cuántos artículos tipo revisión se publican y con otros factores que varían dependiendo de la disciplina de estudio [1, 4];

(C) El factor de impacto puede ser manipulado por las políticas de publicación de las revistas [5] (por ejemplo dando preferencia a la publicación de revisiones en temas populares, pues esto genera citas más rapidamente);

(D) Los datos (es decir la relación de citas) y el método exacto con los cuales cada revista calcula su factor de impacto no son transparentes ni están disponibles al público [4,6,7].

Las consecuencias que esto puede tener para la ciencia no son evidentes, pero sí pueden ser importantes. Por ejemplo, Bruce Alberts, el editor en jefe de la revista Science comentó que el mal uso del factor de impacto está llevando a que los y las científicas se enfoquen en “la ciencia del yo también”, es decir, en realizar investigación en campos donde ya hay mucha gente trabajando, y por ende realizando citas, en vez de proponer ideas arriesgadas pero potencialmente innovadoras sólo porque para desarrollar este tipo de proyectos se requiere de un tiempo largo sin poder generar resultados que publicar. Otro problema es que las propias revistas pueden sesgar lo que eligen publicar hacia campos que generan más citas (como es la tendencia en la investigación biomédica), en vez de a otros campos que también generan resultados importantes, por ejemplo, las ciencias sociales y la ecología [8].

Lo que la DORA propone para evitar el problema que el mal uso del factor de impacto puede causar son 18 recomendaciones dirigidas a investigadores, instituciones, agencias de financiamiento, organizaciones que realizan las mediciones y editoriales científicas. En resumen, las sugerencias son:

 a) eliminar el uso de métricas basadas en el factor de impacto de una revista como método para decidir a quién brindar financiamiento y promociones;

 b) evaluar la investigación por sus méritos propios, en vez basarse en el prestigio de la revista en donde se publicó;

 c) Aprovechar las ventajas que ofrece la publicación en línea (como relajar el límite de palabras y referencias); y

 d) explorar indicadores de impacto alternativos

La versión completa de las 18 recomendaciones se encuentra en la página de DORA y merece una lectura.

Me parece que independientemente de si se está de acuerdo o no con todos los puntos de la declaración, el factor de impacto y la forma en la que se evalúa la ciencia amerita discutirse por la comunidad editorial científica y por quienes hacemos ciencia. De hecho, mi objetivo al escribir esto es invitar a quienes forman parte de un grupo de investigación a que discutan este tema con sus colegas.

Nosotros lo discutimos en un bloque libre en nuestro calendario de seminarios, y obtuvimos como resultado una gama de opiniones bastante diversa e interesante. Para facilitar la discusión nosotros comenzamos por resumir en una presentación de 25 minutos el artículo que LabTimes publicó al respecto; las recomendaciones de la DORA; los indicadores alternativos como el índice-H, Altmetric e ImpactStory; este artículo que compara el factor de impacto, la revisión post-publicación y el número de citas; y las columnas, editoriales y especiales que se publicaron en Science, Genetics y Nature. Vale la pena organizar que 3 o 4 voluntarios o voluntarias preparen la presentación, de esta manera el resto de la comunidad puede unirse a la discusión incluso si no tuvo tiempo de leer todo el material.

¿La ciencia se evaluará de forma distinta en un futuro cercano? ¿Qué implicaciones tendrá la manera en que la ciencia se fomenta y evalúa en cada país? La historia dirá (‘y probablemente mienta’, hubiera dicho el biólogo evolutivo Godfrey Hewitt en una de sus frases célebres al tocar temas políticos). Pero por lo pronto, me parece que las instituciones y la comunidad científica de México debemos unirnos a la discusión y reflexión internacional sobre el tema.

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Referencias

  1. Adler, R., Ewing, J., and Taylor, P. (2008) Citation statistics. A report from the International Mathematical Union. www.mathunion.org/publications/report/citationstatistics0
  2. Seglen, P.O. (1997) Why the impact factor of journals should not be used for evaluating research. BMJ 314, 498–502.
  3. Editorial (2005). Not so deep impact. Nature 435, 1003–1004.
  4. Vanclay, J.K. (2012) Impact Factor: Outdated artefact or stepping-stone to journal certification. Scientometrics 92, 211–238.
  5. The PLoS Medicine Editors (2006). The impact factor game. PLoS Med 3(6): e291 doi:10.1371/journal.pmed.0030291.
  6. Rossner, M., Van Epps, H., Hill, E. (2007). Show me the data. J. Cell Biol. 179, 1091–1092.
  7. Rossner, M., Van Epps H., and Hill E. (2008). Irreproducible results: A response to Thomson Scientific. J. Cell Biol. 180, 254–255.
  8. Alberts, B. (2013). Impact Factor Distortions. Science 340, 787–787.

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Acerca del autor

Alicia Mastretta Yanes es Bióloga egresada de la UNAM y actualmente cursa su doctorado en la University of East Anglia, Inglaterra. Su proyecto explora la relación entre las características físicas del paisaje y la distribución de la diversidad genética en plantas de alta montaña de México. Tuitea como @AliciaMstt

La impredecibilidad de los terremotos

Gráfica generada por Erik Klemetti, geólogo de la Universidad de Denison, con base en datos de la “US Geological Surveys” para un artículo de revisión bibliográfica acerca da la predicción de terremotos. La inspiración para crear una Historia Cienciacional como esta viene de un rumor que se encuentra rondando por las redes sociales: un devastador terremoto está por ocurrir este año en la Ciudad de México.

Queremos aclarar desde un principio que esta noticia es falsa y que la manera en que se ha difundido nos parece incorrecta e irresponsable. cualquier descubrimiento científico, sin importar su relevancia, debe ser presentado mediante la publicación de un artículo científico donde se respalde la información que se investiga. Estos datos tienen que ser analizados y comprobados por otros colegas para validar la relevancia y veracidad de los descubrimientos.

Aún así, a las investigaciones que se dedican a predecir terremotos hay que manejarlas con particular cuidado. De acuerdo con el investigador Robert Geller, de la Universidad de Tokio, la predicción se refiere a la “especificación del tiempo, localización y magnitud de un terremoto futuro, dentro de límites establecidos”. A pesar de que estas predicciones deberían de ser precisas y seguras, Geller comenta que esto puede resultar más difícil de lo que parece: en los últimos 100 años se han llevado a cabo estudios para tratar de predecir los movimientos tectónicos. Sin embargo, no se ha podido obtener resultados.

Esto nos habla de que las fallas sísmicas son procesos no lineales y muy sensibles a los ínfimos detalles que ocurren en la Tierra. Esto es lo que los hace eventos prácticamente impredecibles. Además, la mayor cantidad de hipocentros (focos de un terremoto) se encuentran a profundidades de decenas o cientos de kilómetros debajo de la superficie terrestre, y colectar datos en estas condiciones está, por el momento, fuera de nuestras capacidades. Lo que sí se tiene claro es que la ocurrencia de los terremotos depende mucho más del estado de estrés de fallas individuales dentro de nuestro planeta, y no tanto de fuerzas externas.

Muchas personas se jactan de elaborar métodos fehacientes que son capaces de predecir terremotos. Lo curioso es que todos los días ocurren movimientos tectónicos alrededor del mundo que pueden, por casualidad, ajustarse a sus premoniciones vagas. En estos casos, es importante no dejarse asombrar e informarse bien del tema.

Existe la creencia, por ejemplo, de la influencia de fenómenos que suceden fuera de la Tierra en los terremotos, como la luna llena o la luna nueva. En la imagen observamos todos los terremotos que han ocurrido en el 2013, con una magnitud mayor o igual a 4, comparados con los cambios en las fases lunares: la relación entre estas dos variables es nula.

 

Fuentes: Artículo de divulgación en WIRED Magazine | Página de la US Geological Survey’s (USGS) | Artículo de Geller en el Geophyscal Journal International | Artículo de Geller en Science | Comunicado acerca de la predictibilidad sísmica por parte del Servicio Sismológico Nacional de la UNAM |

P.D.: No anexamos la noticia que circula porque no es nuestra intención darle difusión a las pseudociencias.

Aves que no ven, árboles que no crecen

El tiempo se detuvo en la ciudad ucraniana de Prípiat cuando explotó el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil ese 26 de abril de 1986 a la 01:23 de la madrugada. La que alguna vez había sido hogar de unas cuarenta mil personas, se convertiría muy pronto en la famosa ciudad fantasma que sufrió los efectos del peor accidente de la historia de la energía nuclear. La tragedia fue tan grande que, hasta la fecha, persisten las cicatrices de una de las heridas más profundas que han dañado a nuestro planeta. A pesar de que los asentamientos humanos de Prípiat y sus zonas aledañas fueron abandonados, a través de los años la naturaleza ha ido reclamando lo que alguna vez fue suyo. El resultado es un espectáculo irreal en el cual la vegetación se abre paso dentro de los apartamentos, las aves anidan en los techos del antiguo palacio de cultura y los zorros y jabalíes merodean los pasillos de los hospitales.

Aunque a simple vista parezca que la vida silvestre en la región de Chernóbil está prosperando, sólo hace falta mirar más cerca para darse cuenta de lo contrario. Esto fue lo que hicieron Timothy Mousseau, de la Universidad de Carolina

Feria abandonada de Prípiat invadida por la naturaleza. (Foto: energía-nuclear.net)

del Sur, y Anders Møller, de la Universidad de París-Sur, quienes en los últimos meses han publicado una serie de artículos científicos evaluando el daño que ha causado la radiación nuclear en los ahora habitantes de estos lugares post-apocalípticos del norte de Ucrania.

Además de encontrar resultados ya esperados, como una menor presencia de insectos, arañas, aves y mamíferos en los sitios más contaminados, los investigadores analizaron efectos directos de la catástrofe en algunos organismos. En aves, por ejemplo, la incidencia de cataratas y deformaciones en los ojos está muy relacionada con la cantidad de radiación ionizante a la que han sido expuestas. Al depender en gran parte de su sentido de la vista, Mousseau y Møller sugieren que es muy probable que las aves de Chernóbil presenten niveles inusualmente altos de mortalidad. Por otro lado, el albinismo y la aparición de tumores son problemas cada vez más frecuentes con los que estos animales emplumados tienen que lidiar.

La vegetación también puede albergar evidencia de una tragedia como esta. Observar los efectos de la mutación y la muerte celular reflejados en los troncos deformes de los pinos silvestres que crecen por la zona podría parecer suficiente pero, no conformes con esto, Timothy y Anders también analizaron el interior de los troncos de muchos árboles en Prípiat y el Bosque Rojo –un paraje que debe su nombre al color rojizo y amarillento de los pinos que murieron tras absorber grandes dosis de radiación justo después del accidente. Al examinar los anillos de crecimiento de los troncos, se dieron cuenta de que desde 1987 (un año después de la explosión) el crecimiento de los árboles comenzó a disminuir de manera notable y a gran escala.

Este tipo de estudios son los primeros en su tipo pues han ayudado a armar un escenario mucho más completo sobre las consecuencias de los accidentes nucleares. Los investigadores piensan que pueden servir de base para comprender los impactos ambientales que ahora podrían tener lugar en Fukushima, ciudad donde se liberó una cantidad no determinada de partículas radioactivas al ambiente como resultado del maremoto que llegó en 2011 a Japón oriental.

Por muy terrible que haya sido esa mañana del 26 de abril para la ciudad de Prípiat, actualmente se ha convertido en un atractivo turístico de enorme interés. Muchos aventureros viajan, con dosímetro de radiación en mano, hacia el derruido sitio donde las aves no ven y los árboles no crecen.

 

Fuentes: Varias investigaciones condensadas en este sitio web.

Bebidas carbonatadas ligadas a problemas de comportamiento en niños

(Foto: CNN) Las bebidas carbonatadas se han ligado a ciertos comportamientos en los adolescentes como: la agresión, la depresión y pensamientos suicidas. Sin embargo, estas relaciones solo se limitan a adolescentes, sin evaluar si afecta o no a niños, los cuales, en algunas ocasiones comienzan a consumir este tipo de bebidas a muy temprana edad.

En este contexto, la investigadora Shakira Suglia y colegas de distintas universidades como la escuela por correo de salud pública de la Universidad de Columbia, la Universidad de Vermont y la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, evaluaron aproximadamente a 3,000 niños de 5 años de edad, inscritos en el estudio de “Familias frágiles y bienestar del niño”, que es una cohorte prospectiva de nacimiento que sigue a pares de madre-hijo de 20 grandes ciudades de Estados Unidos. Las madres reportaron el consumo, por parte de su hijo, de bebidas carbonatadas junto con una lista basada en el comportamiento de su hijo en los dos meses anteriores.

El estudio arrojo que, al menos en Estados Unidos, segundo lugar en consumo de bebidas carbonatadas (118 L habitante/anual), después de México (163 L habitante/anual), que el 43% de los niños consumen al menos 1 bebida por día, y 4% consumen 4 o más. Además, aun tomando en cuenta factores sociodemográficos, como los son; depresión materna, violencia de pareja o encarcelamiento paternal. Problemas como la agresión, el retiro, y problemas de atención, fueron asociados con el consumo de estas bebidas. Aquellos niños que consumían 4 o más bebidas al día, tenían más del doble de probabilidades de destruir las cosas que le pertenecían a otros, meterse en peleas y atacar físicamente a personas. También se reportó que comparados con niños no consumidores, aumentaban sus problemas de atención y retraimiento.

El estudio no puede identificar la naturaleza exacta de la asociación entre las bebidas carbonatadas con los problemas de comportamiento, limitar o eliminar en los niños el consumo de estas bebidas, puede reducir problemas de comportamiento. Como complemento, les dejamos otra historia cienciacional, en donde explicamos que consumir grandes cantidades de estas bebidas, puede tener el mismo daño dental que consumir metanfetaminas o cocaína.

 

Fuentes: Nota en CNN | Articulo en ElSevier | Articulo en Journal of Pediatrics

Epigenética y ejercicio: una nueva razón para ponerse en forma

(Imagen tomada de lapayne.blogspot.com) Hace no mucho tiempo, James Watson, uno de los descubridores de la estructura del ADN, dijo: “Antes pensábamos que nuestro futuro estaba en las estrellas; ahora sabemos que está en nuestros genes". Hoy en día, y por fortuna, la ciencia nos reafirma cada vez más que esto podría no ser tan cierto.

La verdad es que nuestro ambiente, lo que comemos y a veces hasta lo que hacemos puede modificar la forma en que nuestros genes se expresan —es decir, si se apagan o se prenden—. A esto se le llama epigenética: “todas aquellas cosas extrañas y maravillosas que no pueden ser explicadas por los genes mismos".

A principios de este mes, Charlotte Ling, de la universidad sueca de Lung, lideró un estudio para ver cómo afecta el ejercicio físico la expresión de ciertos genes. Escogió a un grupo de 23 hombres de mediana edad para que realizaran aeróbics y spinning tres veces por semanadurante seis meses.

Terminado ese periodo, Charlotte y su equipo midieron qué tanto había cambiado el nivel de metilos presentes en el ADN de las células adiposas en cada sujeto (los metilos son como señales de tráfico que indican, por lo regular, qué genes deben ser apagados) ¡Los cambios epigenéticos habían ocurrido en más de 7,000 genes! Algunos de éstos genes están ligados a enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2 o la obesidad.

Esta investigación vuelve a plantear que los organismos somos algo más que sólo genes y que nuestro estilo de vida podría estar más ligado a nuestra salud de lo que antes pensábamos. Podría ser hora de desenpolvar aquellas olvidadas pesas…

Para animarlos a deshacerse de esos kilos de más, les dejamos esta joyita de los 80’s.

 

Referencias: Artículo original.

Premios Luciérnaga: para compartir la luz del conocimiento

ConvocatoriaLuciérnaga3

¿Quién no se ha sentido atraído por la belleza de las luciérnagas? Sus colores y la luz que emiten siempre han fascinado a los seres humanos. Estos animalitos aparecen en textos viejísimos, desde libros sagrados de India y China, en la poesía y canciones de diversas culturas, y hasta en la literatura de Dante y Shakespeare.

En la Edad Media también se les asociaba con la magia e incluso se les utilizaba para la elaboración de un líquido considerado milagroso por su brillo. Se llamaba liquour lucidus. La receta para su preparación consistía, muy al estilo de los alquimistas de aquella época, en enterrar en estiércol los órganos luminosos de las luciérnagas o, alternativamente, mezclarlos con mercurio. Se generaron muchas historias alrededor de este líquido, todas ellas resultado de la imaginación del hombre en ese entonces, que poco sabía de la explicación científica detrás de la luz generada por estos insectos.

Sin embargo, a partir del siglo XVII, hubo un mayor interés en estudiar y comprender las bases físicas y químicas detrás de la luminiscencia de las luciérnagas. Los mitos alrededor de la magia de estos misteriosos insectos fueron poco a poco quedándose atrás, siendo sustituidos por nuevos y emocionantes descubrimientos detrás de ese fenómeno.

Ahora, en pleno siglo XXI, y gracias a muchos científicos a lo largo de estos últimos siglos, es mucho más lo que entendemos de las luciérnagas y de su fascinante emisión de luz (también conocida como bioluminiscencia). Se sabe, por ejemplo, que estos escarabajos (sí, las luciérnagas son escarabajos) tienen en su abdomen órganos lumínicos llamados “linternas” y es ahí donde se llevan a cabo las reacciones que culminarán en dicha luz. Sabemos también que para ello se necesitan principalmente tres cosas: una enzima llamada luciferasa, una molécula denominada luciferina y oxígeno.

La producción de luz es el resultado de una reacción catalizada por la luciferasa, que actúa sobre su sustrato, la luciferina, seguida por una secuencia de reacciones en donde interviene el oxígeno para, finalmente, emitir la luz. En diferentes especies el sitio activo de la luciferasa (a donde se une la luciferina)  cambia ligeramente y esto es lo que afecta el espectro de emisión, es decir, afecta el color de la luz emitida. Por eso vemos que diferentes especies de luciérnagas pueden emitir luces de colores diferentes.

El entendimiento de este proceso también nos ha dado la oportunidad de utilizar ese conocimiento para diferentes necesidades. ¿Qué tanto creen que se pueda hacer con una enzima como la luciferasa? ¡Muchísimas cosas! En muchos laboratorios el gen que codifica para esta proteína se inserta en células de diferentes tipos con el objetivo de usar la luz emitida por la luciferasa como un indicador o señal de la presencia de otra proteína que nos confirme que algún proceso biológico se está llevando a cabo. Incluso, en los últimos años, en ciertos modelos animales se ha logrado que, también a través de un proceso de ingeniería genética, un tipo celular de interés exprese esta proteína. Esto ayuda a estudiar, por ejemplo, tejidos de tumores y como éstos reaccionan a diversos tratamientos. Éstas son sólo algunas de las muchas aplicaciones de esta enzima.

Pero regresando a las luciérnagas, ¿tiene una función especial esa “luz”? ¿Cómo se explica la evolución de semejante fenómeno?

En la mayoría de las luciérnagas, los destellos de luz ofrecen información acerca de la identidad (especie) del individuo. En adultos, se utiliza como comunicación sexual y hay evidencia de que hembras de algunas especies escogen a su pareja con base en la variación que hay en esos destellos. Aún no se sabe si la calidad del macho está relacionado con sus destellos de luz pero es una pregunta que se sigue estudiando. En muchas especies, es el macho el que primero emite la luz mientras vuela. La hembra, en respuesta, hace lo mismo e inicia un cortejo mutuo basado en señales de destellos de luz, que eventualmente terminará en copulación.

Pero las larvas también emiten señales luminosas como protección contra muchos depredadores. Y, de hecho, existe la hipótesis de que la bioluminiscencia en un principio evolucionó como una señal en la larva para parecer un bocado poco apetitoso y protegerse de ser devorada. Lo de su uso para el cortejo en adultos posiblemente vino después.

Cabe destacar también que las luciérnagas son una familia muy diversa: hay más de 2000 especies en el mundo. Abundan en el trópico. Hay un proverbio inglés que dice “When the glowworm lights her lamp the weather is always damp”, que se traduce como “Cuando la luciérnaga prende su lámpara, es porque el clima está húmedo”, aunque rima mejor en inglés. Y vaya que es cierta esta expresión, ¡a las luciérnagas les encanta la humedad!

Por eso México es un buen lugar para encontrarlas. Actualmente se registran 22 géneros de luciérnagas y 164 especies distribuidas entre ellos, de las cuales la mitad son endémicas. Los estados con mayor diversidad son Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Morelos. Pero, según expertos mexicanos en el tema, en muchos estados de la República Mexicana aún falta mucho trabajo de campo.  ¡Quién sabe cuántas especies de luciérnagas más se descubrirán en México y el mundo!

Imagen de una Phaenolis ustulatus Gorham, luciérnaga que puede encontrarse en regiones húmedas de nuestro país. Foto tomada por Enrique Ramírez García y cortesía del Prof. Santiago Zaragoza.

Imagen de una Phaenolis ustulatus Gorham, luciérnaga que puede encontrarse en regiones húmedas de nuestro país. Foto tomada por Enrique Ramírez García y cortesía del Prof. Santiago Zaragoza.

Como el caso de la bioluminiscencia en luciérnagas, primero asociadas con magia y misterio y ahora comprendida como un fenómeno natural resultado de años de evolución y con aún muchas dudas por contestar, así hay millones de historias más. La ciencia nos ha abierto las puertas a un mundo de conocimiento más emocionante que cualquier receta mágica o cuento de hadas. En Más Ciencia creemos que la emoción no sólo radica en “hacer ciencia” sino también en compartirla y el hablar de ciencia es un trabajo inagotable. Cada día se publican miles de artículos de investigación, cada uno a su vez, con muchas historias detrás. ¿Quieres hablar de ellas? ¿Quieres hablar de la historia detrás de tu trabajo?

Más Ciencia no sólo quiere que compartas con nosotros tu pasión por la investigación científica, también buscamos divulgadores talentosos a quienes reconocer por su labor. Así, lanzamos esta semana, oficialmente, los Premios Luciérnaga, inspirados por esos animalitos de luz. Así como la diversidad que encontramos en estos insectos, buscamos diversidad en nuestros potenciales colaboradores, queremos personas que nos hablen de cualquier tema científico o de cómo la ciencia se relaciona con la sociedad y la economía de nuestro país.  Todos aquellos que colaboren iluminando con su conocimiento a nuestros lectores, entrarán a nuestro concurso mensual cuya convocatoria puedes encontrar al principio y final de esta entrada. Las reglas detalladas puedes encontrarlas aquí. Estaremos recibiendo escritos a partir de la publicación de esta convocatoria. ¡Comparte tu pasión por la ciencia!

ConvocatoriaLuciérnaga5

Bibliografía, recomendaciones literarias y agradecimientos

El libro A history of luminescence from the earliest times until 1900 de E. Newton Harvey, publicado en 1957, es un buen acercamiento a cómo el ser humano ha percibido el fenómeno de luminiscencia a lo largo de la historia. En uno de los capítulos se habla con detalle del famoso liquor lucidus. No tengo conocimiento de que haya una traducción del libro al español, pero la versión original, en inglés, puede consultarse en línea.

El artículo de revisión Flash Signal Evolution, Mate Choice, and Predation in Fireflies de S. M. Lewis y C. K. Cratsley publicado en el 2008 en la revista especializada Annual Review of Entomology fue una de mis principales fuentes y un texto recomendable si les interesa información más detallada de la bioluminiscencia en luciérnagas, su evolución y función.

Un agradecimiento especial al Dr. Santiago Zaragoza Caballero, investigador del Instituto de Biología de la UNAM quien amablemente me proporcionó información actualizada acerca de la diversidad de luciérnagas en México. Parte de estos datos son parte de un manuscrito sometido por el profesor a la Revista Mexicana de Biodiversidad.

Y, para aquellos que se animen a colaborar con nosotros, hay muchas herramientas en línea que pueden servirles de apoyo para divulgar la ciencia. Un ejemplo es un curso gratuito de periodismo científico en línea, desarrollado por la Federación Mundial de Periodistas Científicos (WFSJ) en cooperación con la Red de Ciencia y Desarrollo, SciDev.Net.

 

Acerca del autor

Alejandra Manjarrez es bióloga egresada de la UNAM actualmente trabajando en el Instituto de Biología Evolutiva y Estudios Ambientales de la Universidad de Zúrich, en Suiza. Es directora del Comité Editorial de nuestro blog y, junto con todo el equipo de Más Ciencia, está a la espera de que tú colabores con nosotros.

Los castores y sus diques contra el cambio climático.

No verás a los castores haciendo una manifestación contra las políticas ambientales de los países industrializados, pero estos mamíferos están jugando un papel importante en la mitigación del cambio climático. Castor. (Fuente: Gainesville State College)

Los castores son conocidos por construir diques en los ríos que alteran fuertemente el paisaje. Utilizan troncos y ramas de árboles para bloquear el paso del agua del río. Con esto, se forman estanques y humedales que pronto se convierten en el hábitat de muchas otras especies. Y según se muestra en un estudio publicado esta semana, esos humedales son un gran contenedor de carbono, con lo cual se impide que se acumule dióxido de carbono en la atmósfera.

Ellen Wohl, la autora del estudio, visitó 27 cuencas fluviales donde los castores construyeron diques y estimó la cantidad total de materia orgánica en los sedimentos de los estanques. Encontró que el carbono en los humedales producidos por los castores representa el 8% cuando los humedales se han secado o hasta 23% cuando están inundados. Es decir, los diques de los castores pueden acumular hasta un cuarto del carbono total del paisaje.

¿Qué pasa cuando los humedales se secan? La materia orgánica se descompone y el carbono regresa a la atmósfera en forma de dióxido de carbono y contribuye a la acumulación de gases de efecto invernadero. Conforme la población de castores ha bajado en Norteamérica (de 60-400 millones en los años cuarenta a 6-12 millones al día de hoy), es de esperar que el secuestro del carbono por los humedales haya también disminuido.

Nota fuente en Science Now | Artículo original en Geophysical Research Letters

Ciencia en Contacto: Taller de Ciencia Para Jóvenes 2013, un espacio abierto a la juventud

Imagina una noche en un bosque, tú al lado de una cabaña, rodeado de gente agradable, fogata, salchichas, bombones y un grupo de científicos contándote historias con la Vía Láctea visible en el cielo oscuro del Observatorio Astronómico Nacional, en San Pedro Mártir, Baja California. ¿Te gusta la escena?

Ése es sólo un pequeño ejemplo de lo que puede vivir un joven en el Taller de Ciencia Para Jóvenes organizado por el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), del Instituto de Astronomía y el Centro de Nanociencias y Nanotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Durante una semana, los investigadores invitan a los jóvenes de bachillerato a la ciudad de Ensenada a interactuar con ellos, conocer sus actividades y experimentar con temas muy diversos.

No todos hemos tenido la oportunidad de conocer de cerca cómo es la vida y el trabajo de un científico desde la juventud, es por eso que éste junto con otros espacios, son de gran relevancia para tener una perspectiva más amplia de la labor científica en México. El taller es completamente gratuito, todos los gastos (hospedaje, transporte y seguro de gastos médicos) corren por parte de las instituciones participantes, por lo que lo único que se requiere es tener ganas de vivir una gran experiencia.

Si eres o conoces a un joven de bachillerato, no dejes que se desaproveche esta oportunidad y comparte la convocatoria:

http://www.cicese.mx/tallerjovenes/index.html

¡La fecha límite es el 3 de mayo!

Si aún te queda duda de qué actividades encontrarás, te invitamos a que veas el video al inicio de esta entrada. Es una probadita de lo que podrás vivir.

¡Más Ciencia por México te está buscando!

A principio de este año, se anunció que el presupuesto para Ciencia y Tecnología en México aumentaría un 18% con respecto al 2012. Se espera que, al final del período de la administración actual, se destine al menos el 1% del PIB de nuestro país al desarrollo de la ciencia y la tecnología. Esto suena prometedor, a pesar de que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) le recomienda a México asignar el 2.3% del PIB a esta área para lograr alcanzar el nivel de otros de los países miembros de dicha organización.

¿Te parece mucho un aumento del 18%?  En México, hasta finales del 2012 sólo se destinaba el 0.37% del PIB a ciencia y tecnología. Países que se encuentran más o menos al mismo nivel de desarrollo científico y económico que el nuestro, como Brasil y la India, designan el 1.07 y 0.8% del PIB, respectivamente, a estas áreas. No es casualidad que India y Brasil hayan disparado su crecimiento económico y sean ahora países mucho más competitivos en todos los aspectos, no sólo en ciencia y tecnología.

El crecimiento de estos países sucede a partir del momento en que incrementaron considerablemente su inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación y su apoyo a la educación en áreas clave como lo son Ciencia, Tecnología, Ingenierías y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

México se está rezagando. Necesitamos alcanzar un nivel competitivo en las áreas clave previamente mencionadas para mejorar las condiciones del país, no sólo a nivel de investigación y desarrollo científico, sino también a nivel económico y social.

Requerimos urgentemente de recursos financieros para lograrlo, sí, pero también necesitamos recursos humanos. Las personas que tienen inclinación hacia las ciencias o hacia la divulgación y educación en áreas científicas y tecnológicas pueden ayudar mucho haciendo precisamente eso: investigación, divulgación y educación científica en nuestro país.

¿Compartes nuestras inquietudes ?

¿Quisieras colaborar activamente con nuestra organización o bien, no tienes tiempo de involucrarte directamente pero simpatizas con nuestros objetivos?

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es sí, consulta nuestra Convocatoria a membresías 2013.

No importa en qué lugar del mundo vivas. Si compartes nuestros objetivos e intereses, eres bienvenido a formar parte del proyecto. En noviembre del año pasado, algunos de nuestros miembros viviendo en Europa asistieron a una reunión de Más Ciencia por México en Ginebra.

¡Te invitamos a formar parte de Más Ciencia por México!

Los juegos del hambre: oro por empleo barato

Recientemente, una empresa minera presentó la propuesta de explotar un yacimiento de oro en el municipio de Temixco, Morelos. La comunidad académica, así como muchos grupos activistas, se oponen a esta actividad. En esta entrada, Antonio del Río Portilla, publicada originalmente en su blog, nos explica por qué.

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El año pasado se exhibió en los cines la película “Los juegos del hambre” donde se narra la inhumana vida de comunidades marginadas en un hipotético mundo futuro. La trama ilustra la lacerante desigualdad entre un grupo frívolo y dominante con diversas comunidades olvidadas del desarrollo enfatizando la inequidad social. No voy a narrar la película solamente comento que algunas grandes corporaciones y gobiernos actuales tampoco han entendido que la equidad social es parte del desarrollo futuro de nuestra especie. La metáfora narrada en esa película está sucediendo en nuestro entorno cercano. En estos días se ha discutido en Morelos la posible instalación de una mina en el municipio de Temixco. Primero estoy convencido que hay recursos naturales que pueden ser utilizados y explotados, pero en una forma racional. Segundo, la propuesta para la región de Tetlama en el municipio de Temixco, una de las regiones más olvidadas del estado de Morelos, es ofrecer empleo, de baja calidad, por solamente 15 años a cambio de explotar yacimientos de oro y plata con una técnica arcaica y altamente contaminante. Analicemos algunos puntos adicionales: comparemos la explotación de petróleo con la explotación minera en el ámbito de los impuestos. Las ventas de petróleo son gravadas con una alta tasa de impuestos, en cambio, las minas minerales casi no pagan impuestos. Esto implica que de la riqueza extraída del suelo Morelense no habrá beneficios a largo plazo para la población de la región y después de esos 15 años de explotación no se podrá desarrollar alguna actividad productiva en la región. Los jales son lugares donde no se puede construir o implantar actividades productivas en el futuro. Es decir, por empleos de baja calidad se está condenando el futuro de la región para dejarla totalmente desahuciada. En la explotación petrolera los salarios son mayores que en una minera, la seguridad social de los petroleros contrasta fuertemente con la inseguridad de los mineros. Es cierto que las explotaciones irracionales de recursos naturales se dan en muy diversos lugares del mundo, por ejemplo la extracción del petróleo a partir de las arenas bituminosas en Canadá que condenan grandes superficies de tierra a la infertilidad por varias generaciones para dotar de energía a la generación actual. Lo mismo sucede con minas a cielo abierto de minerales en muchas otras partes del mundo. Considero muy importante que cambiemos nuestra forma de uso de los recursos naturales no renovables como los metales. En el caso del oro, mineral que en la nanotecnología tiene innumerables aplicaciones que seguramente ayudarán a tener un bienestar social, se utiliza para aplicaciones industriales menos del 5% del mineral extraído, el resto es usado en joyas y en lingotes de oro para respaldo de las diferentes monedas.

(extracto de Vienen por el Oro de Pablo D'Alo Abba y Cristian Harbaruk)
¿Esto es racional?

Lo que se está haciendo es contaminar una extensión de tierra y condenar su uso futuro para hacer joyas o lingotes de oro. Establecer una explotación minera en las condiciones actuales implica que se devastarán decenas de hectáreas y se contaminaran otras tantas; ya que el proceso involucra sustancias altamente tóxicas como el cianuro, plomo y mercurio que se quedarán en el lugar por muchos años (para mayor detalle consultar la Blog de la Cátedra Carlos Montemayor). Esto es realmente “el juego del hambre”: pagar unos cuantos pesos por un tiempo menor a un cuarto de la vida de una persona y desahuciar a su entorno ambiental y social, aniquilando su posibilidad de desarrollo ulterior. Con este tipo de proyectos estamos mandando a nuestros jóvenes a un futuro sin opciones, a una batalla por la supervivencia dejándolos sin recursos. Estoy de acuerdo, de la misma forma que muchos otros morelenses, en que es necesario generar empleos en la zona de Tetlama/Temixco; pero estos empleos deben apuntar hacia el desarrollo sustentable de la región. Claramente, la instalación de la mina no apunta en esta dirección y tampoco resuelve el problema de empleo de calidad en la región. Tengo que decir que en esta ocasión, el gobierno estatal ya se manifestó en contra del proyecto minero basados en la Manifestación de Impacto Ambiental elaborada por la empresa minera y en la opinión del consejo ciudadano de la Secretaría de Desarrollo Sustentable. Además organizaciones sociales preocupadas por el bienestar social hicieron lo propio y también coinciden en que la instalación de la mina es perjudicial para el desarrollo de la región. Las luchas de las poblaciones en contra de los asentamientos depredadores mineros en el mundo ha sido documentada, recomiendo ver “Vienen por el oro, vienen por todo”, película de Pablo D'Alo Abba y Cristian Harbaruk que fue exhibida aquí en el “Cinema Planeta”, donde una comunidad logró que se respetara su decisión y no se instaló la empresa minera preservando sus opciones para el futuro. En mi opinión es hora de cerrar filas e independientemente de las filiaciones partidistas se debe apuntar para conseguir el desarrollo sustentable de Morelos, generemos conocimiento científico y desarrollemos tecnología para usar nuestros recursos naturales de una forma razonable y armoniosa que promueva el bienestar social.

Sobre el autor

El Dr. Antonio del Río es Investigador del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (IER-UNAM). Miembro de las Academias Mexicana de Ciencias, de Ingeniería de México y de Ciencias de Morelos, siendo presidente de ésta última. Desde su blog, compartirá con nuestros lectores sus propias reflexiones en cuanto a ciencia, innovación, opinión política y divertimentos que pueden ser consultados a más detalle en esta liga.

¿Por qué las mujeres no son buenas en matemáticas?

El pasado viernes 8 de marzo fue el Día Internacional de la Mujer, y a partir de hoy y hasta el viernes, se conmemora la Semana Mundial del Cerebro. Por ello, en esta ocasión queremos compartirles una entrada de nuestros amigos de Pedazos de Carbono en dónde analizan la idea muy generalizada en cuanto a las habilidades matermáticas entre los distintos sexos. ¿Ustedes creen que las mujeres son peores que los hombres en matemáticas? Continúa leyendo, quizá te sorprendas...

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¿Por qué las mujeres no son buenas en matemáticas?

Tradicionalmente ha existido y prevalece en nuestra sociedad la idea de que, por alguna razón, las mujeres no son tan buenas como los hombres resolviendo problemas matemáticos; mientras que ellas son superiores a ellos en tareas verbales de comunicación. Es más, estudios sobre los resultados en pruebas de habilidades tienden a confirman estas ideas: las mujeres obtienen resultados inferiores en pruebas de matemáticas, pero superiores en pruebas de lenguaje. Basados en este tipo de evidencias, por décadas se han reforzado estos estereotipos culturales bajo el lema de que “los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus”, llegando a sugerir incluso que la razón se podría encontrar en diferencias fundamentales en el funcionamiento de nuestros cerebros. Pero, ¿por qué es que nuestros cerebros son tan distintos?

Los psicólogos Bobbi Carothers y Harry Reis de la Universidad de Rochester piensan que han encontrado la respuesta. Y la respuesta es que todo este tiempo hemos estado haciendo la pregunta equivocada, porque hemos estado interpretando los datos de manera incorrecta.

Los estudios que suelen reportar las “diferencias” entre hombres y mujeres se suelen hacer de esta manera: Tomas a dos grupos más o menos homogéneos—misma edad, mismo estrato social, mismo nivel de educación—uno de puras mujeres y otro de puros hombres. A ambos grupos les haces las pruebas psicológicas o de habilidad que te interesan. Colectas los resultados, calculas el promedio de cada grupo, y reportas: “¡Aja! ¡En promedio los hombres son más hábiles en matemáticas que las mujeres!”

Los investigadores de Rochester nos alertan que, sin embargo, las diferencias entre promedios no nos dicen nada sobre las características que podrían ser, o no ser, representativas de cada género. La pregunta que realmente deberíamos hacer es ésta: si te doy los resultados de las pruebas de una persona, ¿puedes determinar con algún grado de certeza si se trata de un hombre o de una mujer? En otras palabras, ¿los resultados en pruebas de habilidades realmente sirven para distinguir el sexo de las personas? Y la respuesta es: No.

No es nada extraordinario encontrar mujeres increíblemente hábiles en matemáticas, al igual que hombres que pueden ser muy empáticos o extrovertidos—características que estudios anteriores típicamente asociaban con el sexo opuesto. Lo mismo concluyeron sobre muchas otras características que típicamente se suelen asignar a uno u otro estereotipo: actitudes frente a sus relaciones de pareja, sexualidad, extraversión, apertura a nuevas experiencias, amabilidad, estabilidad emocional y responsabilidad—todas ellas ocurren por igual en una amplia gama de grados tanto en hombres como en mujeres, sin permitir distinguir entre un grupo y el otro.

Esto es a diferencia de otras características físicas—como por ejemplo la altura, el ancho de los hombros, la circunferencia del brazo, o la razón entre la cintura y la cadera—que al agruparlos y analizarlos estadísticamente permiten distinguir claramente a dos grupos, uno dominado por mujeres y otro por hombres. Lo mismo ocurre con afinidad por actividades extremadamente estereotípicas, como los cosméticos para las mujeres o el boxeo para los hombres, pero no así con la gran mayoría de las características que definen nuestra personalidad y perfil psicológico.

Los estereotipos de género son no sólo en su mayoría falsos, como este estudio lo demuestra, sino también peligrosos porque trivializan el amplio espectro de características que nos definen como individuos. Pueden servir para desmotivar a algunas personas de buscar cierto tipo de metas, o como excusa para otros para no buscar cambiar y resolver nuestros propios defectos.

Es justo que destruyamos ya esta clase de mitos que aún prevalecen en nuestra sociedad.

Escrito por Juan A. Navarro Pérez y publicado originalmente en Pedazos de Carbono

Indicadores de Seguridad Ambiental

Más Ciencia por México quiere darle la bienvenida a nuestro más reciente colaborador invitado, el Dr. J. Antonio del Río Portilla. El Dr. del Río es Investigador del Instituto de Energías Renovables de la Universidad Nacional Autónoma de México (IER-UNAM). Miembro de las Academias: Mexicana de Ciencias, Ingeniería de México y de Ciencias de Morelos, siendo presidente de ésta última. Desde su blog, compartirá con nuestros lectores sus propias reflexiones en cuanto a ciencia, innovación, opinión política y divertimentos que pueden ser consultados a más detalle en esta liga.

Esperamos que disfruten de estas colaboraciones tanto como nosotros, y para inaugurar este espacio les dejamos con la reflexión sobre Indicadores de Seguridad Ambiental que publicó hace unos pocos días.

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Indicadores de Seguridad Ambiental, por J. Antonio del Río Portilla

En esta columna hemos escrito muchas veces que el conocimiento científico es importante para decidir. En esta línea de pensamiento, donde promovemos la cultura científica para tomar decisiones fundamentadas, me llamó la atención el artículo “Promocionar la ciencia para … lo que sigue es lo importante”, de Nora Hebe Schiaffino publicado en el foro de la página del Instituto Iberoamericano de Enseñanza de las Ciencias y la Matemática, que invita a reflexionar sobre los cambios que han provocado las actividades del 20% de la población en nuestro entorno. Sí, solamente las actividades de una pequeña proporción de la población están provocando cambios a escala planetaria y, por lo tanto, afectando directamente al resto de las personas y a otro seres vivos con los que compartimos este planeta. En este artículo se menciona el trabajo de un equipo multinacional de científicos sobre los límites de algunos recursos y variables físicas para que la vida de las personas se pueda llevar a cabo en nuestro planeta. En este trabajo publicado en la revista Nature, el equipo liderado por Johan Rockström, encuentra que hay nueve procesos indicadores que amenazan la vida como la conocemos en el planeta. Estos nueve indicadores son: el cambio climático, la tasa de pérdida de biodiversidad, alteraciones del ciclo del nitrógeno y cambios en el ciclo del fósforo, la pérdida de ozono atmosférico, la acidificación de los océanos, el uso global de agua dulce, los cambios en el uso de la tierra, la carga atmosférica de aerosoles y la contaminación química. Los primeros tres indicadores han sobrepasado los límites a nivel planetario y limitan el desarrollo para la población humana, es más el primero ya no puede ser asociado a fenómenos naturales y ahora se habla de cambio climático antropogénico. Los valores de estos indicadores han sido modificados por las actividades humanas con respecto a los que presentaban antes de la revolución industrial. Una parte de la sociedad, sin analizar profundamente la propuestas tecnológicas para aumentar la productividad a toda costa y sin contemplar lo finito de los recursos del planeta y las afectaciones en otros procesos naturales, ha optado por tecnologías que agotan los recursos naturales y comprometen el bienestar del resto de la sociedad.

En el siguiente video se presenta la conferencia de Johan Rockström donde explica, en forma sencilla, estos indicadores.

La determinación de estos indicadores ha sido realizada con información global del planeta, pero en nuestro país no hemos desarrollado un conjunto de parámetros similares a nivel local que ayuden a comprender los cambios en la región alrededor de los trópicos, y mucho menos a nivel del estado de Morelos. Considero muy importante conocer los indicadores que debemos monitorizar en el país y en cada estado, en particular en Morelos, para garantizar un desarrollo sustentable de la región. Claramente, no podemos analizar la acidificación de los océanos en Morelos, por eso debemos conocer qué indicadores requerimos analizar para contribuir a determinar los procesos que conducen a la acidificación de los océanos. Por esta razón, es necesario generar los datos y con ellos los indicadores correspondientes en el nivel local a los que hemos mencionado a nivel mundial. En mi opinión, el impulso a la determinación de estos indicadores es una responsabilidad del gobierno compartida con los ciudadanos. Las herramientas recién creadas: las secretarías de Innovación, Ciencia y Tecnología, así como, de Desarrollo Sustentable pueden proponer estudios de largo plazo con los Fondos Mixtos con el CONACyT. La utilización de estos recursos para generar estos indicadores y sus métodos de actualización es una inversión social a largo plazo que podrá ser utilizada por las futuras generaciones para tomar decisiones. En estos momentos carecemos de ellos y nos encontramos ante situaciones donde la información parece no ser suficiente para decidir. También es importante hacer notar que estos indicadores solamente se refieren al ambiente y que para propiciar un desarrollo sustentable se requieren los correspondientes a los ámbitos económico, social e institucional, es decir debemos contemplar todos los aspectos de la sustentabilidad con una visión integral. Todos los mexicanos, y en especial todos los morelenses, podemos contribuir asumiendo que somos capaces de generar conocimiento y con ellos contribuir, desde la ciencia ciudadana, a definir estrategias de largo plazo que consideren todos los ámbitos de la sustentabilidad.

Una versión previa de ste artículo fue publicada el día 13 de Febrero

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Puedes seguir al Dr. Antonio del Río en Tuiter.

La desigualdad de género en la academia mexicana

Recientemente me enfrenté al tedioso, pero necesario y enriquecedor proceso de solicitar financiamiento a una fundación para llevar a cabo una estancia postdoctoral. Dicha fundación ofrece apoyo exclusivamente a mujeres provenientes de países en vías de desarrollo para realizar estudios de doctorado o postdoctorado en países desarrollados y, que a su vez, tengan la intención de regresar a su país de origen a contribuir en el desarrollo académico de otras mujeres en su especialidad.

El proceso de elaboración de la solicitud fue largo y laborioso y, aunque al momento de escribir estas líneas, la autora ignora la resolución de la fundación, el aprendizaje adquirido durante la escritura de la misma, representa per se una ganancia muy valiosa. Es precisamente ese aprendizaje, o parte de él, lo que pretendo compartir en las siguientes líneas.

En primer lugar, los requisitos de la fundación eran diferentes a los que yo había previamente observado en otras convocatorias. La fundación requería la elaboración de varios ensayos que demostraran no solo la trayectoria académica de la solicitante y el dominio de su área de estudio, sino también la comprensión a profundidad sobre la desigualdad de género en su país, con un énfasis en la brecha de género en la academia y las ciencias. Éste requisito representó el verdadero reto a vencer en el proceso de aplicación.

Si bien era consciente de la ‘desventaja’ de ser mujer en México y la generalizada discriminación contra mi género, nunca antes me había detenido con tanta minuciosidad a investigar el tema, mucho menos a nivel de la academia/comunidad científica mexicana, a quien siempre tuve en alta estima. Los resultados me dejaron la piel de gallina, y fue con un torbellino de sentimientos encontrados, que emprendí la tarea de escribir mi ensayo. Sin duda, el proceso conllevó a momentos de realización, aterrizaje, e incluso de revelación  para mí. Fue también un proceso doloroso, pero me dio las herramientas para, independientemente del resultado de mi solicitud, tener la convicción de ser un agente para alcanzar la igualdad de género en mi país.

La primera observación en mi ensayo fue que, para mi sorpresa, según la ONU, México tiene un Índice de Desarrollo Humano (IDH) alto (lo cual de entrada me podía descalificar como candidata a la beca). ¿Alto? Sin embargo, al ajustar dicho índice por ‘desigualdad’, México cae varios lugares y se ubica en un nivel medio. Por otro lado el Índice de Desigualdad de Género se ubica en niveles comparables al de otros países en desarrollo (es decir, con un IDH menor al de México).

Durante mi investigación me enfrenté también a datos escalofriantes, como que la violencia contra las mujeres ha aumentado terriblemente en los últimos cinco años, evidenciado por el aumento de las tasas de feminicidios. No olvidemos a Ciudad Juárez, ciudad con una de las mayores tasas de feminicidios en todo el mundo.

Difícil de asimilar también, fue descubrir que a nivel educativo también se reproduce la disparidad de oportunidades entre el hombre y la mujer en México. Según la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), a pesar de que la participación de las mujeres en los programas de pregrado a nivel nacional es equilibrada (49,3% mujeres), hay un evidente sesgo de género en los programas de ingeniería (30,2% mujeres). Este patrón es similar en el nivel de posgrado, donde la proporción de mujeres estudiantes de doctorado en la misma área es solo de 31% (ANUIES 2007).

 Al investigar la brecha de género en mi alma mater, la UNAM, también pude encontrar que ésta existe y es particularmente frecuente en ciertas disciplinas. A nivel de pregrado, las facultades de ciencias e ingeniería son los que tienen la menor participación femenina. La Facultad de Ingeniería tiene la menor representación de mujeres con sólo el 18%, seguido por el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (28.3%), y la Facultad de Ciencias (42.2%). Los programas de doctorado con menor participación femenina son programas físico-matemáticas e ingeniería, los más afectados son, por ejemplo, ingeniería mecánica (9.3%), física (13%) y ciencias de la computación (36.8%).

La brecha de género se amplía conforme se asciende en la jerarquía académica. En la UNAM, por ejemplo, la proporción de investigadoras es de 35%, mientras que la fracción de las mujeres dentro de la categoría de investigador emérito es sólo 17,6%. Las áreas con menor participación de docentes mujeres son Matemáticas e Ingeniería, con el 9,5% y el 25%, respectivamente, de representación femenina. La disparidad en la academia no sólo es evidente en el número de mujeres académicas, sino también en sus ingresos, que es en promedio son un 10% inferior a la de los investigadores hombres.

La prospectiva de esta situación tampoco es muy esperanzadora. De acuerdo a las tendencias del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), la proporción de mujeres registradas como "investigadoras nacionales” aumentó de 21% en 1991 a aproximadamente un 33% en 2011, lo que indica que, a este ritmo, la igualdad de género en el SNI apenas se alcanzará en el 2060. Esta disparidad es aún más importante cuando se contrasta la proporción de género, en los diferentes niveles del SNI. A nivel emérito, el máximo obtenible en el sistema, el número de mujeres alcanza aproximadamente sólo el 15%, evidenciando que la participación femenina en actividades de investigación se diluye conforme se asciende en la jerarquía académica.

Éstos son solo algunas de las observaciones resultado de mi breve pero intensa investigación. Más allá de cumplir un requisito para obtener la beca, siento que la experiencia me abrió los ojos a una realidad que no había tenido el lente para percibir. Me parece que esto conlleva una responsabilidad que espero ejercer cada día de la mejor manera posible tanto en mi vida académica como personal. Fue precisamente este sentimiento, la principal motivación para escribir estas líneas y compartirlas con los lectores de este blog; espero en el futuro contribuir con más entradas en la misma dirección y generar un espacio de reflexión sobre el tema entre las lectoras y los lectores.

 

Para saber más:

http://www.revistaciencia.amc.edu.mx/index.php/ediciones-anteriores/201.html

Acerca del autor: María Ávila es egresada de la UNAM, así como recientemente doctora en bioinformática por el Centro de GeoGenética de la Universidad de Copenhague, Dinamarca. Actualmente se encuentra realizando un postdoctorado en este mismo centro.