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¿Por qué el cielo de «El grito» es rojo?

Uno de los argumentos que explican el color del cielo de tan famosa pintura es la explosión del volcán Krakatoa, una década antes de que Edvard Munch lo creara. Esto se debe a que las gotas de ácido sulfúrico que son arrojadas a la atmósfera durante las erupciones dispersan la luz azul y crean crepúsculos de un carmesí vívido. De hecho, los colores cálidos pueden teñir las puestas de Sol de todo el mundo por muchos años, aun cuando la erupción inicial haya acabado. "El grito", de Edvard Munch.

El pintor noruego no fue el único que captó un cielo rojo en sus pinturas. En 1818, el alemán Caspar David Friedrich creó «Mujer frente al sol poniente», dos años después de que sucedieran un gran número de erupciones volcánicas; fueron tantas que a éste se le conoció como "el año sin verano" porque las partículas volcánicas reflejaban la luz del Sol. ¿Será que hay una conexión en este sentido entre todas las pinturas con cielo rojo, realizadas entre el año 1500 y 2000?

Sin importar el estilo del pintor, investigadores de diferentes instituciones –principalmente griegas– analizaron una centena de obras pictóricas realizadas en 500 años y buscaron una relación con registros de erupciones volcánicas. Los investigadores observaron que aquellas pinturas creadas poco después de erupciones volcánicas tienen cielos más rojos que aquellas que fueron realizadas en periodos de actividad volcánica baja.

Los resultados de este trabajo coinciden con los niveles de otros contaminantes atmosféricos que han sido recolectados, por ejemplo, en los núcleos de hielo. Debido a que éstos últimos indicadores dan una evidencia limitada para temporadas cortas de tiempo debido a su escasez, los autores de este trabajo esperan que su estudio dé a los expertos en clima un espectro amplio de datos novedoso y colorido, capaz de llenar huecos de información.

Bibliografía:

Artículo originalNota fuente en Science | Imagen | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales

Los anillos de un Centauro

Asteroide-Cariclo  

En la mitología griega, los centauros son seres salvajes con el cuerpo y las piernas de caballo y la cabeza, brazos y torso de humano. Los centauros se asocian comúnmente con un comportamiento irracional y visceral, son animales supersticiosos y miran al cielo con frecuencia para determinar su destino de acuerdo con la posición de los objetos celestiales. Poco saben los centauros descritos por la mitología griega que allí mismo, en el cielo al que miran antes de tomar sus decisiones, existe un grupo de objetos bautizados en su honor. Hablando en términos astronómicos, los centauros son cuerpos celestes que orbitan alrededor del Sol entre las órbitas de Júpiter y Neptuno y cuyo comportamiento se parece a veces al de los asteroides y a veces al de los cometas (la naturaleza híbrida de los centauros griegos está presente). A diferencia de los planetas, los cuales tienen órbitas elípticas definidas, la órbita que siguen los centauros es errática, igual que el errático camino de los centauros mitológicos, debido a la influencia de la gravedad de los planetas.

Uno de los centauros mitológicos más importantes es Queirón, quien se distingue de sus congéneres por ser racional y sabio. Queirón tuvo por esposa a la ninfa Cariclo, quien le ayudó activamente en la educación de dos héroes griegos: Jasón y Aquiles. Y es de Cariclo de quien hablaremos en este blog.

Cariclo y Queirón son los dos centauros (astronómicos) de mayor tamaño conocidos hasta el momento, tienen un diámetro de 250 y 230 Km respectivamente. Comparado con nuestra Luna, Cariclo es aproximadamente 14 veces más pequeño y tarda 63.17 años en completar una vuelta alrededor del Sol. Cariclo fue descubierto en 1997 y durante este tiempo las observaciones realizadas a este centauro fueron desconcertantes, pues a veces se observa una disminución inusual en el brillo que refleja. Además, aunque ya se había detectado la presencia de hielo en este centauro, en algunas observaciones no se detectaba hielo por ningún lado. Cariclo era un misterio y un desafío para los astrónomos, pero esa historia acaba de dar un giro inesperado: un grupo multinacional formado por investigadores de más de diez países formaron una red de observación espacial compuesta por distintos telescopios para observar la ocultación de una estrella debido al paso de Cariclo. Las ocultaciones son fenómenos frecuentes y se refieren a la disminución del brillo de una estrella por el tránsito de un cuerpo opaco entre la estrella y el observador. En este caso se dispuso a una serie de telescopios localizados en América del Sur para observar la ocultación de la estrella UCAC4 248-108672. Los resultados que se obtuvieron fueron sorprendentes, pues además de la disminución del brillo que se esperaba debido al tránsito de Cariclo, se observaron otras cuatro disminuciones en el brillo de UCAC4.

La primera explicación que se puede ofrecer para este resultado es que Cariclo posee cuatro satélites, pero la disminución del brillo de la estrella debido a estos "satélites" sugeriría que existen dos pares de satélites idénticos y que además están perfectamente alineados con Cariclo, lo cual es una explicación muy poco probable. La segunda explicación, la cual es mucho más interesante y probable, es que Cariclo posee dos anillos similares a los que se conocen para Saturno. Hasta ahora, los anillos sólo se conocen para cuatro grandes planetas: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno y se creía que una condición para la formación de los anillos es que la masa del planeta al que orbitan fuera tan grande que por efecto de su gravedad lograra mantener en órbita alrededor de él a distintos objetos de diámetro minúsculo o incluso partículas de polvo estelar o hielo. Por ello el descubrimiento de los anillos alrededor de Cariclo resulta relevante, pues su tamaño y masa son muy pequeños y contradicen a nuestra idea de que los anillos sólo pueden formarse alrededor de gigantes gaseosos como Saturno. Los anillos de Cariclo poseen un ancho de 6.5 y 3.5 Km y han sido llamados Oiapoque y Chuí, nombre de dos ríos que cruzan Brasil, país de origen de Felipe Braga-Ribera quien es el líder del equipo que realizó el descubrimiento. La presencia de dos anillos, y más específicamente la distancia que separa a estos anillos, sugiere también que Cariclo posee un satélite pequeño, el cual podría actuar como luna "pastora" al confinar y definir a Oiapoque y Chuí.

Ahora bien, de acuerdo con las mediciones de la ocultación de UCAC4, también fue posible proponer que la inclinación de los anillos es tal que algunas veces lo vemos de frente y otras veces de canto. Si el hielo que se ha detectado en Cariclo está contenido en los anillos, esto explicaría por qué el brillo del centauro aumenta y disminuye gradualmente (en función de la inclinación relativa de los anillos respecto a nosotros) y por qué a veces detectamos el hielo y a veces no. Respecto a la formación de los anillos de Cariclo, se cree que son los restos de una colisión que sucedió a muy baja velocidad entre Cariclo y tal vez otro asteroide. Sabemos que si esta colisión ocurrió, debió ser a velocidades bajas porque un choque con mayor fuerza hubiese lanzado a los restos de la colisión lo suficientemente lejos para escapar del campo gravitacional del centauro, pues aunque es el más grande de los centauros observados hasta ahora, es realmente pequeño: tan sólo el lago Ontario, el menor de los grandes lagos Norteamérica, mide 300 Km de largo.

Además, el descubrimiento de los anillos de Cariclo nos ofrece la posibilidad de conocer nuestros orígenes, pues nos otorga la posibilidad de estudiar a las etapas primigenias de nuestro sistema solar, en el cual la nube de polvo y materia estelar, similar a la composición de los anillos de Cariclo, fue condensándose hasta formar a los planetas,  incluido el nuestro.

Levanta los ojos al cielo nocturno, allá arriba, en un sitio lejano, los centauros siguen su rumbo errático y nos invitan a explorar misterios que esperan ser resueltos, ¿te animas a descubrirlos?

Acerca del autor:

Gustavo Rodríguez Alonso es estudiante del Doctorado en Ciencias Bioquímicas de la UNAM. Su proyecto está enfocado en el estudio de los genes que controlan el desarrollo de la raíz en las plantas cactáceas. Puedes encontrarlo en twitter como @RodAG_ o en su blog personal.

La conciencia reflejada

25marzo La identidad siempre ha sido generadora de pasiones; se vincula a lo que nos gusta, lo que hacemos, lo que permitimos y se resume en lo que somos. También, a gran escala, ha sido causa de guerras, así como de las cosas más sorprendentes que ha creado la humanidad. El reconocernos a nosotros mismos y el reconocer a los demás. La capacidad de convertirnos en el objeto de nuestra propia atención, diría Gordon Gallup, quien ha investigado la conciencia en primates desde hace mucho tiempo. El decidir y descubrir cómo es ese yo, que tiene una estrecha implicación con el quiénes somos nosotros y con ese pequeñito y lindo concepto que llamamos empatía.

Ésta importante característica, la capacidad de reconocernos, ha sido una de las piezas clave para separarnos del resto de los animales. “Somos animales conscientes, diferentes, especiales”, decimos. Pero, ¿realmente somos los únicos o existen otras especies que se reconocen a sí mismas? Ésta corta y preciada duda se coló en la investigación de biólogos, antropólogos y psicólogos desde hace tiempo, pero no fue sino hasta 1970, en la Universidad de Tulane, Nueva Orleáns, que Gordon Gallup respondió con un contundente y claro “sí”: los chimpancés también se reconocen a sí mismos.

¿Cómo lo demostró? Con espejos. Cuando colocaron a distintos chimpancés frente al espejo, comenzaban a explorar partes de su cuerpo, rascarse comida de entre los dientes, sacarse los mocos o hacer burbujas de baba. Además, Gordon observó su reacción cuando les pintaba marcas en la cara: éstos, al verse en el espejo, las trataban de borrar. “¡Hemos encontrado un chimpancé que se reconoce a sí mismo!”, habría pensado el investigador. Chimpancé al cual probablemente no le guste esa nueva mancha roja en su frente. Podrá sonar como un experimento sencillo, pero sólo otros pocos primates (como los orangutanes y los bonobos) lo han logrado, aun cuando se ha intentado varias veces y de diversas formas. Es algo bastante especial que podría indicar la posible presencia de conciencia, a la vez que podría desbancar al ser humano de su autoproclamado trono en el reino animal.

Pero, ¿aquí termina todo? ¿Los grandes simios se reconocen a sí mismos y el resto del mundo vivo no tiene idea de quién es? Por suerte, la cosa no acaba aquí. Tenemos que dejar el siglo XX atrás para llegar al siguiente descubrimiento relevante en auto-reconocimiento animal. Sigamos con dos señoras fabulosas: Diana Reiss y Lori Marino. Ellas decidieron intentarlo con unos animales que hace tiempo se dicen inteligentes: los delfines. En particular, la especie Turciops truncatus (habitante de casi todos los mares, incluidas mis natales aguas mexicanas).

Para hacer sus experimentos, se toparon con algunos problemas: los delfines no tienen manos como los primates para poder explorar su cara al ver reflejada una marca y, además, son animales mucho más grandes que viven bajo del agua. Ingeniosas como ellas solas, idearon el siguiente plan: dos delfines, dos experimentos, tres tanques de agua, varios espejos con diferentes capacidades reflectoras, cámaras de video, un método de marcas con tinta y marcas falsas y cuatro observadores entrenados. Una vez montado el experimento dentro del Acuario de Nueva York, en Brooklyn, hicieron los siguiente:

1. Marcaron falsamente al delfín con un plumón sin tinta (para no dejar marca pero sí una sensación). Observaron qué hacía en el tanque con espejos.

2. A ese mismo delfín lo volvieron a marcar, esta vez con tinta. Observaron.

3. Finalmente volvieron a hacer la marca falsa. Y observaron.

Tras horas de filmación y conteos vieron que el delfín buscaba los espejos que lo reflejaban mejor para poder explorar su cuerpo con la mirada, con el objetivo de encontrar la marca. Eso no es todo. Vieron que el delfín no dedicaba mucho tiempo a observarse cuando había sido marcado de manera falsa, pero pasaba más tiempo buscando marcas falsas una vez que ya había sido marcado con tinta previamente; al no descubrir marca alguna, se iba.

Los resultados que publicaron Diana y Lori en 2001 comprueban que un animal (bastante diferente a nosotros) tiene características que hacíamos exclusivas de los primates. ¡Los delfines Turciops truncatus también pueden reconocerse a sí mismos! Fue así que se demostró que ésta peculiar capacidad ha surgido, por lo menos, dos veces en la historia de la vida. Cosa sorprendente, si consideramos que hay 90 millones de años de separación entre delfines y chimpancés.

Todavía no tenemos claro porqué pasó esto ni tampoco quién más puede saber qué es; probablemente, animales como las orcas, la ballena jorobada y muchas aves (por ejemplo la urraca ya está dentro del grupo de quienes se reconocen). Se necesitaría crear un experimento que permita trabajar con animales de varias toneladas o con características muy diferentes a la nuestra: no todos los animales tienen manos y un par de ojos al frente, u ojos siquiera. ¿Y porqué no intentar con algún invertebrado? El yo puede estar en muchos de los animales que nos rodean y la inteligencia puede no ser algo tan especial como nos hicieron creer.

Todos los descubrimientos de inteligencia y cultura animal, junto con la voluntad de muchas personas como Jane Goodall (la primera investigadora en reportar el uso y elaboración de herramientas en vida silvestre por chimpancés), Steven Wise (un abogado enfocado en derechos animales) y la ya mencionada Lori Marino –quien es investigadora en la Universidad de Emory, Atlanta– condujeron a la creación del Nonhuman Rights Project (Proyecto para los Derechos de los No-humanos), que busca cambiar legalmente el término de objetos por el de personas en varias especies de animales, y así concederles libertad, integridad y dignidad, entre otros derechos. Cambiar qué son por quiénes son.

Lori es el rostro científico de la organización ya que se ha dedicado a investigar sobre inteligencia animal, evolución de cetáceos y las dimensiones éticas de las relaciones de humanos y no-humanos, como pueden ser las terapias supuestamente sanadoras con delfines. En 2011, Lori y sus amigos (otros investigadores del área) redactaron la “Declaración de los Derechos por los Cetáceos” en la Universidad de Helsinki, Finlandia, la cual aboga por la libertad, la no-propiedad y el respeto de las ballenas, delfines y marsopas, de sus familias, su cultura y su ambiente.

Sus investigaciones y activismo ya están teniendo consecuencias del otro lado del mundo. En 2013, el gobierno de India, tras presiones de la población que no quiere delfinarios en su país, prohibió el uso de cetáceos (delfines, ballenas y marsopas) para entretenimiento, así como su captura en cualquier lugar de India.

La próxima vez que veamos un show con delfines acordémonos de Lori y sus amigos humanos y no-humanos. Preguntémonos no qué son, sino quiénes son, y si realmente deberían estar viviendo ahí.

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Esta es la primera colaboración de Jerónimo Sainz de Agüero con Historias Cienciacionales. Jero tiene dos gustos en la vida: la biología y la cerámica. Sobre la primera, es tesista de licenciatura y estudia las bases moleculares de la evolución de la inteligencia en cetáceos y primates. Sobre la segunda, maneja su propio taller de cerámica, llamado El Engaño (casa-cerámica). Pueden echarle un ojo a sus creaciones aquí. Jero también disfruta del bailongo y la risa.

Bibliografía:

Artículo original de Gordon Gallup sobre sus chimpancés | Primates en acción frente a un espejo | El artículo de Diana y Lori sobre auto-reconocimiento en Turciops truncatus | ¡Aquípuedes ver a los delfines explorándose! | Non-Human Right Project |Declaración de los Derechos de los Cetáceos  | Nota en el blog de Historias Cienciacionales

Explora de cerca la Luna con la mejor resolución hasta hoy

marzo29 ¿Por qué no, en lugar de espiar la casa de tu ex desde Google Earth, exploras un poco de la superficie de la Luna con la mejor resolución que se ha visto?

La NASA ha puesto en línea y de manera accesible para todo público un mosaico del polo norte de la Luna, creado a partir de 10,581 imágenes tomadas a lo largo de cuatro años por el Orbitador de Reconocimiento Lunar (LRO, por sus siglas en inglés).

El proyecto se pensó para elegir posibles sitios de futuros alunizajes y para poder estudiar más a detalle el terreno lunar. La imagen tiene una resolución que alcanza dos metros por pixel, lo cual genera una imagen de poco más de 930 mil pixeles cuadrados. Es decir, según dice el comunicado de la NASA, si se imprimera la imagen en la resolución regular de una revista impresa, esta sería tan larga como un campo de futbol americano.

No te recomendamos que la intentes descargar completa, porque requiere cerca de 3.3 terabytes de espacio. En lugar de eso, puedes explorarla pedazo a pedazo desde la comodidad de tu sillón, para ir elegiendo el cráter que visitarás cuando (con suerte) se popularicen los viajes a nuestro satélite.

Bibliografía:

Comunicado de la NASA| Imagen de la Luna |Nota en el blog de Historias Cienciacionales

El olvido te sienta bien

  olvido

Benjamin Franklin, uno de los fundadores de Estados Unidos, pedía que se le enseñara para así poder recordar. Si sólo le decían las cosas, las olvidaba. Lo que este hombre del siglo XVIII no sabía es que eliminar información innecesaria de nuestro cerebro es un evento que facilita mantener la plasticidad en este órgano y evitar el desarrollo de desórdenes mentales. ¿Será que las proteínas dentro de nuestras neuronas tienen algo que ver con nuestra memoria y olvido?

Franklin pidió que en su epitafio se leyera que ya "era comida de gusanos". Quienes conformamos Historias Cienciacionales no sabemos qué especie es la que se sirvió un buen banquete de los restos de este ilustre estadounidense. Pero si se trataba de una especie que ha servido de conejillo de indias para muchos experimentos, la de Caenorhabditis elegans, y le cambiamos algunos genes, podremos responder nuestra pregunta.

A estos gusanos les quitaremos la proteína musashi. Esta molécula es responsable para la función de las conexiones entre neuronas del cerebro. También evita que se produzcan otras proteínas que favorecen que la comunicación se estabilice, fenómeno importante en el proceso de aprendizaje y olvido.

En un primer experimento, veremos que nuestro grupo de gusanos modificados genéticamente tendrán las mismas habilidades aprendidas que aquellos intactos. Sin embargo, con el tiempo, los mutantes serán capaces de recordar información mejor que el otro grupo. Esto significa que sin esta proteína, se es menos olvidadizo. Además, aquellos gusanos que sí la tienen presente, perderán la memoria con más facilidad. Estos resultados son un argumento más para mostrar cómo la memoria y el olvido no son eventos secundarios, sino que hay causas directas –en este caso, moleculares– que los desencadenan.

Con trabajos como estos, se echa luz sobre los mecanismos moleculares que existen en el cerebro para poder olvidar. Así, se facilita el conocer las causas de desórdenes mentales involucrados con la memoria o la falta de ésta. Aún queda un largo camino para poder llegar a conclusiones más generales y para estar más cerca de medicamentos que prevengan la descontrolada pérdida de memoria.

Lamentablemente, no tenemos la posibilidad de decirle al señor Franklin sobre los avances en esta materia para que pueda olvidarlos. Al menos, nos quedamos tranquilos porque el proceso de aprendizaje en este tema continúa. Y, como también decía el hombre que tuvo problemas de sobrepeso, involucrarnos en este tema –y en todos– es la única manera para aprender.

Bibliografía:

Artículo original en Cell |Nota fuente en Science Daily| Nota en el blog de Historias Cienciacionales

Los borrachos son atractivos… para sí mismos

borrachos Del uno al Narciso, ¿qué tan atractiv@ se considera? ¡Salud! Brindemos por cualquiera que haya sido su respuesta. ¡Brindemos varias veces! Ahora que ya estamos entrados en copitas, probablemente sienta cómo el acto de beber favorece la pérdida de la inhibición y, en algunas otras ocasiones, hasta la dignidad (esperemos no llegar a ese punto).

Déjeme hacerle otra pregunta: ¿usted se siente más atractivo ahora que ya hemos bebido una buena cantidad de alcohol? Espere. Si su respuesta es: “No, porque yo siempre me considero una persona atractiva”, podría dar paso a que pensemos que usted está bajo la influencia del alcohol todo el tiempo.

Mientras le sirvo otra copa, deje le cuento que cinco investigadores se fueron a meter a un bar francés y estudiaron a 19 personas para conocer cómo el alcohol influye en la autopercepción de la atracción. Les pidieron que calificaran qué tan atractivos, brillantes, originales y divertidos pensaban que eran después de haber ingerido alcohol. Con esto, los investigadores pudieron concluir que mientras más bebidas embriagantes se consumen, más atractiva se considera la persona. ¡Salud por eso!

¿Ya se la terminó? Le sirvo otra. Posteriormente, en un laboratorio, utilizaron una muestra de 94 participantes hombres a los que les dieron bebidas alcohólicas o bebidas sin alcohol. A la mitad de las personas de cada grupo se les dijo que habían bebido alcohol y a la otra mitad se les dijo que no. Después, se les pidió que hablaran y calificaran los mismos atributos que a los 19 del primer experimento. Sus discursos fueron grabados y calificados por 22 jueces independientes. ¡Venga otra copa! Los resultados de este segundo experimento mostraron que los participantes que pensaron que habían consumido alcohol hicieron autoevaluaciones más positivas que aquellos que pensaron que no. Sin embargo, los jueces externos aseguraron que este aumento en la autoevaluación no estaba relacionada con su verdadero desempeño.

A ver, páseme su vaso, que ya se le está vaciando. Este trabajo muestra las consecuencias sociales del alcohol con la autopercepción y con nuestras relaciones. El alcohol nos hace ver al otro más atractivo y también hace que nosotros mismos nos consideremos más guapos. Esto es importante porque nuestra autoestima es clave para que tengamos interacciones íntimas sin inhibición.

Eso sí, le tengo dos noticias. Ahí va la mala: el que el consumidor de alcohol sea atractivo ante sus propios ojos no significa que lo sea para los demás. La buena es que este trabajo ganó el Ig Nobel, premio que celebran aquellas investigaciones que primero te hacen reír y después te hacen pensar, del año pasado en el área de Psicología. En esta otra Historia Cienciacional puede leer un poco más sobre los Ig Nobel.

¿Tiene más sed? Acérqueme esa botella. _________________

Bibliografía:

Artículo original en Wiley | Página oficial del Ig Nobel | Nota en el blog de Historias Cienciacionales

Evolución enchilada: la domesticación del picante

  chiles

"La comida, para que sea buena, debe hacer un poquito de daño", diría el detective Edgar el zurdo Mendieta, personaje principal de las narconovelas del escritor mexicano Élmer Mendoza. El chile cumple bien con este requisito; además, ya es tan parte de nuestra cultura, lengua y discurso que la mitad de los albures –al menos, en México– incluyen a este fruto. 

Desde épocas precolombinas, formaba parte de rituales religiosos, bélicos y educativos. Finalmente, ¿quién no iba a aprender la lección a la primera si le forzaban a respirar el humo de chiles quemados cada vez que se portaba mal? Ahora, además de encontrarlo en nuestros platillos, el chile también es objeto de estudio de la ciencia.

En un esfuerzo conjunto de investigadores liderados por Luis Herrera Estrella –del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, ubicado en la ciudad mexicana de Irapuato– se ha logrado secuenciar el genoma del chile verde (Capsicum annuum) y de su progenitor silvestre (Capsicum annuum var. glabriusculum). La historia dentro del ADN de estos organismos nos habla de su domesticación, de cómo obtuvieron y diversificaron su picor y de qué estrategias futuras podríamos usar para mejorar sus cultivos.

La picosa relación que tenemos con el chile se ha ido sazonando desde hace miles de años. En el valle de Tehuacán, en el estado de Puebla, se han encontrado vasijas que contienen restos de maíz, calabaza y chile –todos ellos, cultivos propios de la milpa–. También se han encontrado gránulos de almidón característicos del chile. Estos restos tienen una antigüedad de unos seis mil años, por lo cual se ha propuesto que México es la cuna de la domesticación del chile verde.

El chiltepín fue el primer chile, el progenitor, del cual derivaron todos los demás. De esta manera, el chile caribe, comapeño, cascabel, cuaresmeño, de árbol, jalapeño (y con él, el chipotle, que es simplemente una versión seca del anterior), piquín, poblano, serrano, tzincuauhyo y el resto de la enorme diversidad que conocemos hoy forma una sola especie con un sólo origen. El chile habanero (Capsicum chinense), el manzano (Capsicum pubescens) y el ají amarillo (Capsicum baccatum) son los únicos que podríamos moler en otro molcajete, pues son especies hermanas de todos los anteriores.

Lo que facilitó tal variación en el chile fue su plasticidad genómica: el genoma del chile, es decir, la totalidad de su ADN, está compuesto principalmente por secuencias móviles que pueden cambiar de asiento en el genoma cuantas veces quieran y, con ello, modificar la apariencia, ciclo de vida y sabor del fruto. Estos elementos móviles, llamados transposones, conforman el 81% del genoma del chile, un porcentaje bastante alto si se compara con el 61% del jitomate o la papa. Los transposones son fragmentos de ADN que pueden contener uno, ninguno o varios genes y que, al moverse de un lado a otro, son capaces de crear copias de estos genes o eliminarlos por completo del genoma. Una manera rápida, sencilla y eficaz de realizar cambios con grandes repercusiones.

Al leer el genoma del chile y entender su secuencia, los investigadores mexicanos encontraron que durante el proceso de domesticación se seleccionaron genes que promueven una germinación más rápida y una mejor resistencia ante el estrés ambiental, así como ante los ataques de organismos patógenos. Estos cambios fueron apareciendo, justamente, gracias al movimiento de los transposones.

¿Y cuándo es que el chile verde comenzó a darle sabor a nuestros caldos? El picor del chile no es un sabor; es una pungencia, una irritación que hemos sabido aprovechar para acompañar el sazón de enchiladas, chilaquiles o pozole. Esta pungencia es causada por una sustancia llamada capsaicina, presente sólo en los chiles y particularmente molesta para cualquier mamífero, no sólo los humanos. Es probable que la capsaicina funcione como un repelente de mamíferos, pero el color de estos frutos logra atraer a diferentes aves, quienes, o son muy machas, o son inmunes al efecto de esta sustancia; al volar, las aves dispersan las semillas del chile más lejos de lo que cualquier otro mamífero lo podría hacer. [Para saber más sobre la relación entre el chile y las aves, puedes leer esta Historia Cienciacional].

Para sintetizar la capsaicina, el chile utiliza 51 familias de genes, de las cuales 13 tienen una o más duplicaciones genéticas ocasionadas por el movimiento de los transpones saltarines. [Hablamos un poco sobre la genética del chile en esta otra Historia Cienciacional]. De acuerdo a cómo se hayan organizado los genes después de sus saltos por el genoma, cambiará el picor del chile. En el caso de los chiles que no pican, lo que sucede es que el movimiento de uno de estos transposones ya eliminó un gen necesario para la manufactura de la capsacina y, de esa manera, provocó que perdieran su picor.

Pero los humanos somos necios. Tanto así que le agarramos el gusto al chile para poder degustar comida que, aunque nos haga un poquito de daño, no deja de ser sabrosa.

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[Esta es la primer colaboración de Agustín Ávila Casanueva con Historias Cienciacionales. Egresado de la carrera de Ciencias Genómicas, Agustín piensa que la divulgación de la ciencia puede llenar espacios culturales, de comunicación, científicos y lúdicos. Agustín pasea a sus perros por las mañanas, lee novelas negras y le hace al basquetbol. Ha colaborado también con La Ruta del Bichólogo y con Cienciorama]

 

Bibliografía:

Artículo del genoma completo del chile en PNAS  | Artículo sobre la domesticación del chile en Science  | Artículo sobre la biosíntesis de la capsaicina | Artículo sobre transposones | Nota en el blog de Historias Cienciacionales

Asomémonos a las primeras fracciones de segundo del universo

26marzo El físico teórico Kip Thorne escribía en El futuro del espacio tiempo, obra de 2002: «En algún momento entre 2008 y 2030 se descubrirán ondas gravitacionales procedentes de la singularidad del Big-Bang [y] seguirá una era, que durará hasta 2050, en la que se harán grandes esfuerzos para medir el espectro de las ondas gravitacionales primordiales». Si los datos que hace poco presentaron en una conferencia de prensa John Kovac y sus colegas del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian superan el escrutinio, la era predicha por Kip Thorne comienza en este momento.

El descubrimiento de Kovac y sus colegas ha causado un verdadero revuelo entre la comunidad científica, al grado de que se habla de un Nobel para el equipo responsable. A pesar de que sus resultados no han sido revisados por sus pares (el proceso regular para todo trabajo científico), muchos físicos de numerosas universidades, en entrevistas, responden por la confiabilidad de sus colegas. “Para mí, esto luce realmente, realmente sólido”, dice el cosmólogo Marc Kamionkowski de la Universidad John Hopkins, en entrevista para la revista Nature. “Con una importancia comparable a la de la energía oscura o el descubrimiento de la Radiación de Microondas Cósmica de Fondo; algo que pasa una vez cada varias décadas”. El astrónomo John Carlstrom, de la Universidad de Chicago, declara para la misma revista: “Se tienen que resolver los detalles pero, por lo que sé, es muy probable que esto sea lo que todos estábamos esperando”.

¿De qué se trata exactamente su descubrimiento? Con un detector de microondas llamado BICEP2, situado en la Antártida, el equipo de Harvard ha conseguido por primera vez evidencia de las ondas gravitacionales causadas por los primeros momentos del Big-Bang. Según esta famosa teoría sobre el origen de nuestro universo, antes de que pasara el primer segundo de su existencia, el universo se expandió rápidamente, en un proceso conocido como inflación. De acuerdo con la teoría general de la relatividad de Einstein, esta inflación habría generado ondas gravitacionales que se habrían extendido a lo largo del cosmos. Esas ondas habrían afectado también a la llamada Radiación de Microondas Cósmica de Fondo, que es el residuo de radiación que ha viajado por más o menos 13 mil millones de años (la edad del universo), desde los límites del universo observable hasta nosotros. Cuando en las primeras fracciones de segundo del universo las ondas gravitacionales interactuaron con esa radiación de fondo, las microondas sufrieron un tipo particular de polarización, llamado de modo B. (La polarización de la luz visible, otra onda electromagnética, es un fenómeno de todos los días: lentes de sol, pantallas LCD o el cine en 3D son tecnologías que lo usan). Kovac y su equipo afirman haber encontrado polarización de modo B en la Radiación Cósmica de Fondo, luego de 3 años de recabar y analizar datos del experimento BICEP2.

De confirmarse, sus resultados tendrían muchas implicaciones para la física y probablemente para la concepción que tenemos del universo. Por un lado, son una evidencia de la existencia de ondas gravitacionales, un fenómeno que promete ser de inmensa utilidad para el estudio del universo en el futuro. Por poner un ejemplo, estudiando los neutrinos (un tipo de partículas subatómicas) provenientes del espacio es posible asomarse hasta a un segundo despúes del Big-Bang, no antes. Usando ondas de gravedad, podremos asomarnos a lo que pasó a una billonésima de segundo después del gran estallido (para más precisión, es una fracción de segundo de un punto decimal seguido de 38 ceros y un uno). Por el otro lado, se trata de una confirmación empírica de la hipótesis hasta ahora la más aceptada acerca del origen del cosmos, la famosa teoría del big-bang. Por último, según varios físicos, incluso podría comenzar el acercamiento entre la física cuántica y la gravedad, uno de los matrimonios que aún no se han logrado en la física moderna.

Para darle completa solidez al descubrimiento, se tendrá que comparar con los datos de otros proyectos que también están asomandose a la Radiación Cósmica de Fondo, como el del telescopio espacial Planck, de la Agencia Espacial Europea, o el del Telescopio del Polo Sur (SPT, por sus siglas en inglés), administrado por muchas universidades, y que está situado también en la Antártida, justo al lado del BICEP2. Es de esperar que, una vez pasado el revuelo inicial, con el tiempo las implicaciones de este descubrimiento se vuelvan más claras. Aunque ese Nobel no llegase, el trabajo de Kovac y sus colegas ha inaugurado un renovado interés en el origen del universo que indudablemente rendirá frutos. Así que podemos estar seguros de lo que los científicos de Harvard escriben en el enunciado final del manuscrito de su artículo científico, publicado hace poco en el portal ArXiv: “...una nueva era de cosmología de modo B ha iniciado”.

¿Estamos listos para ella?

Bibliografía:

*Reacción de Andrei Linde, uno de los físicos que predijo este descubrimiento, cuando le informan sobre el descubrimiento: sploid.gizmodo.com/witness-the-joy-of-the-man-who-predicted-todays-big-ba-1545834924 

Nota (en inglés) sobre el descubrimiento en The Guardian| Nota sobre el descubrimiento en Universe Today | Nota de Reuters en español sobre el tema | Uno de los artículos del equipo de Kovac, todavía en borrador| Nota en el blog de Historias Cienciacionales

Voces de humanos, voces de elefantes

21marzo En un principio, humanos y elefantes vivían juntos pacíficamente, cuenta la tribu Samburu del norte de Kenya. Un día, un elefante tuvo un malentendido con una de las mujeres de la aldea. Después de una agria discusión, el elefante decidió abandonar a los humanos por ingratos. Antes de irse, dijo: “Ya no viviré más en tu aldea, pero seguiremos siendo amigos; les brindaré mi buena voluntad cuando nos encontremos en la jungla y los ayudaré cuando lo necesiten”. Así es como los elefantes y los humanos dejaron de vivir juntos.

Para la tribu Samburu, los elefantes son una parte esencial de su cultura. Piensan en ellos como hermanos de sangre. Comer su carne es considerado canibalismo. Cuando encuentran un cadáver de elefante, le brindan los mismos ritos que le brindarían a una persona de su tribu. Matar un elefante es motivo de duelo, y aquel que lo haga con motivos egoístas quedará maldito de por vida. En general, los samburu son uno de los grupos humanos de Kenya que convive más pacíficamente con los elefantes. Sin embargo, la creciente competencia por los recursos (el acceso al agua, sobre todo), ha encendido el conflicto entre elefantes y los samburu en los últimos años.

Al parecer, los elefantes también han resentido estos conflictos, que ocasionalmente tienen desenlaces mortales para ambos lados. Un estudio coordinado por Joseph Soltis y Anne Savage, investigadores del Animal Kingdom de Disney y de la Universidad de Oxford, muestra que los elefantes africanos que viven cerca de los samburu son capaces de reconocer las voces de los hombres de esta tribu y huir de ellas.

Cuando los investigadores reprodujeron voces grabadas de hombres Samburu para elefantes que viven en libertad, estos se alejaron de la fuente de sonido, más de lo que se alejaban del zumbido grabado de abejas. La huida iba acompañada de movimientos que denotaban ansiedad y temor en los paquidermos y, muy importantemente, de vocalizaciones que parecían ser de aviso. Esto llamó la atención de los investigadores, así que grabaron esas vocalizaciones y luego las reprodujeron para otros grupos de elefantes. Para su sorpresa, las vocalizaciones causaban en los elefantes la misma respuesta que los sonidos originales; el llamado de aviso provocado por los Samburu causaba una reacción más fuerte que el llamado de aviso causado por abejas. Para los investigadores, esto demuestra que los elefantes son capaces de emitir y entender diferentes sonidos según las diferentes amenazas, y eso incita a lo científicos a averiguar si hay más similitudes entre los sonidos de los elefantes y el lenguaje humano.

Pero, ¿cómo reconocen los elefantes los diferentes tipos de amenazas?

La tribu masái, a diferencia de los samburu, tiene una relación tempestuosa con los elefantes. Cuando se trata de defender a sus rebaños o vengar a un miembro de la tribu muerto por una estampida, los masái no dudan en matar a un elefante, sea culpable o no. Después de muchos años de esta relación, los elefantes parecen saber que los masái se cuentan entre su creciente lista de enemigos.

Según un estudio de Karen McComb y Graeme Shannon y su equipo de la Universidad de Sussex y del Proyecto de Investigación del Elefante en Amboseli, Kenya, los elefantes que conviven con los masái son capaces de distinguir por sus voces a los miembros de esta tribu de otros grupos humanos, e incluso distinguen a los miembros peligrosos de los masái de los miembros no peligrosos. Los investigadores reprodujeron cerca de donde había manadas de elefantes voces grabadas de cuatro diferentes personas: un hombre, una mujer y un niño masái, y un hombre kamba (quien decía el mismo mensaje que los masái, pero en su lengua). La voz del hombre masái causaba en los elefantes una respuesta de huida, efecto que no ocurría con las voces de la mujer o el niño masái, ni con la voz del hombre kamba, perteneciente a una tribu que rara vez tiene encuentros con los elefantes. Es decir, los elefantes fueron capaces de distinguir no sólo las diferentes lenguas humanas, sino también las sutiles diferencias vocales entre quienes las usaban. Los investigadores creen que los elefantes poseen la capacidad cognitiva para reconocer estas diferencias, pero la respuesta específica a los masái debe de ser aprendida culturalmente por cada elefante a lo largo de su vida.

Según las leyendas masái, los elefantes también fueron alguna vez amigos de los humanos, pero terminaron por abandonarlos. Los dos estudios científicos recientes muestran que los elefantes ahora no consideran amigos a ninguna de estas tribus y, más importante aún, saben reconocerlas sólo por sus voces. Quizá volviendo a ofrecerles nuestra amistad podamos aprender más acerca de los paquidermos y averiguar si las diferencias entre sus mentes y las nuestras quizá sean más pequeñas de lo que pensamos.

 

Bibliografía:

Nota  fuente en Nature|Estudio de Soltis, Savage y sus colegas en PLoS One |Estudio de McComb, Shannon y sus colegas, publicado Proceedings of the National Academy of Sciences |Artículo sobre la relación entre los samburu y los elefantes, de la organización Save the Elephants con sede en Kenya: | Nota en el blog de Historias Cienciacionales

Hagamos catálogos de estrellas

22marzo En la inauguración de los Juegos Paralímpicos de 2012, miles de espectadores tenían la atención puesta en el discurso de un científico que, desde su silla de ruedas, ha sacudido el mundo de la ciencia moderna. “Miren hacia arriba a las estrellas y no hacia abajo a sus pies”. Si le hacemos caso a Stephen Hawking y dejamos caer nuestra cabeza lo suficiente hasta observar el cielo, podremos hacer un catálogo de estrellas… y obtener algunos datos cienciacionales. Hay que comenzar diciendo una cosa: nuestro catálogo deberá tener un nombre diferente al de GOSSS (Galactic O-Star Sprectroscopy Survey), porque ese ya está apartado. GOSSS comenzó en 2007, cuando un grupo internacional de científicos volteó hacia el cielo nocturno por doscientas cincuenta veces desde diferentes observatorios, como el de Sierra Nevada, en Granada, o el de Calar Alto, en Almería, ambos en España. Estos investigadores captaron imágenes de alta resolución de los cuerpos celestes y, gracias a esto, ahora tenemos la visualización más precisa de las estrellas O jamás antes obtenida.En general, las estrellas se clasifican en tipos dependiendo su espectro, el cual indica los elementos químicos de los que están constituidas, la distancia a la que están, su edad, su luminosidad y la tasa en la que pierden masa; las O, por ejemplo, son las más masivas y calientes. El problema es que, según la técnica que se utilice para observarlas, su clasificación cambia. Esto significa que algunas estrellas de tipo B podrían parecer O. El proyecto GOSSS tomó esto en cuenta y lo evitó, ya que su objetivo fue generar una recopilación homogénea de las muestras para reducir los errores que se cometen en la clasificación de las estrellas.

GOSSS no está terminado aún . Hasta ahora, se tienen clasificados 448 objetos de tipo O de las mil estrellas de este tipo, lo que corresponde al 2% total de la Vía Láctea.

Las del tipo O son escasas, pues sólo una de cada dos millones de estrellas entran en esta clasificación. A pesar de que sus integrantes tienen desde dieciséis hasta más de cien veces la masa de nuestro Sol, y pueden ser varios millones de veces más brillosas que él, poco se conoce sobre su nacimiento y evolución.

Ni hablar. Tendremos que buscar otro nombre para nuestro catálogo y centrarnos en otro tipo de estrellas. Eso sí, como dijo Hawking en los Juegos Paralímpicos, siempre debemos intentar buscar sentido a lo que vemos y preguntarnos sobre lo que hace que exista el universo. Seamos curiosos.

Bibliografía:

Nota fuente en Science Daily |Artículo original IOP Science | Nota de Historias Cienciacionales  |

La belleza íntima de las matemáticas

20marzo Después de analizar los resultados de tus pruebas y los de otros 14 matemáticos voluntarios, Semir documentará la primera evidencia neurobiológica sobre una belleza nunca antes estudiada. Una belleza distinta a la visual, musical o moral que conocemos la mayoría de los seres humanos. Una belleza dependiente de la enseñanza y la cultura. Abstracta. Matemática.

No es que sea algo que no se haya sospechado antes: varios matemáticos, físicos, filósofos y críticos de arte han descubierto y defendido la belleza escondida en los números. "¿Que porqué son hermosos [los números]? Eso es como preguntar porqué la novena sinfonía de Beethoven es hermosa. Si no lo ves a primera vista, nadie te lo podrá explicar. Yo sé que los números son hermosos. Si no lo son, entonces nada lo es", diría Paul Erdös, científico húngaro y uno de los matemáticos más prolíficos del siglo pasado.

Este tipo de declaraciones inquietaron a Semir Zeki, neurobiólogo del University College de Londres: ¿podría existir algo como una "belleza matemática"? ¿Algo tan cercano a la experiencia humana detrás de un montón de ecuaciones complejas que para muchos no son más que un sinsentido inaccesible? ¿Una belleza íntima de la geometría euclidiana o la mecánica vectorial que sea comparable con las dulces notas de la música de Vivaldi o las pinceladas de Van Gogh?

Las matemáticas ofrecen una belleza y claridad que parecen estar ocultas para quien no se ha entrenado en su estudio. Pero eso no quiere decir que no estén presentes. Quienes se han dedicado a leerlas, con el tiempo han construido pequeños y asombrosos mundos en sus mentes –mundos que obedecen reglas sencillas, pero que son capaces de generar una complejidad pasmosa.

De vuelta en la máquina de resonancia magnética, la ansiedad se desvanece poco a poco. En pantalla, no dejan de aparecer nuevas ecuaciones. No te tomas mucho tiempo para analizarlas; después de un rato, parece algo más bien lógico. El sumatorio infinito de Srinivasa Ramanujan. Feo. El teorema de Gauss-Bonnet. Neutral. La función zeta de Riemann. Fea. La identidad de Euler. Hermosa. Y entonces, detrás del cristal que divide el cuarto, Semir observa asombrado cómo aparece un destello de color en la computadora que ilustra una imagen tridimensional de tu cerebro: se ha activado el campo A1 de tu corteza medial orbitofrontal, una parte específica del encéfalo correlacionada con la belleza visual y musical.

Al terminar el experimento, te incorporas y te despides del doctor Semir Zeki. Su rostro exhibe una mezcla de emoción y alegría. Te asegura que te avisará cuando su artículo se publique y te agradece por haber formado parte de la investigación. Mientras caminas hacia la salida, haces un esfuerzo por pensar qué tienen de bello algunas de las ecuaciones que acabas de evaluar: ¿serán hermosas por su simetría, su brevedad o su originalidad? ¿Podrá cualquier apreciar la belleza matemática? Tú piensas que sí. Deben ser pocas las personas que en su vida no hayan tenido, al menos, un mínimo contacto con ese asombroso lenguaje.

En la entrada del hospital, sobre el escritorio de la recepción, descansan unos girasoles. Al instante, observas los patrones y proporciones de las espirales que moldean sus grandes flores. Una media sonrisa se dibuja en tu boca

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*Para descubrir más trabajos asombrosos de Daniel, pueden entrar a su página web: http://www.danielhertzberg.com/

*En este enlace pueden consultar el artículo original de Semir Zeki, publicado en la revista Frontiers in Human Neurosciences: http://www.maths.ed.ac.uk/~aar/beauty.pdf

*Mario Livio, célebre astrofísico teórico, escribió un artículo para la revista Scientific American sobre porqué las matemáticas funcionan. Si bien no habla específicamente de su belleza, uno puede darse cuenta a través de las palabras de Mario de porqué este lenguaje ha enamorado a más de uno. Pueden consultar el artículo en esta liga: http://www.cs.virginia.edu/~robins/Why_Math_Works.pdf

*Nota de Historias Cienciacionales

 

 

Ventajas de la infancia: entender mejor la tecnología

19 marzo Si acostumbran jugar videojuegos, podría haberles pasado que sus hermanos pequeños o algún niño les hayan dado una buena lección tras haberlos humillado en su propio terreno. Si no, seguro han escuchado a alguna persona repetir las clásicas frases de asombro sobre la velocidad con la que las nuevas generaciones se adaptan a la tecnología: “¡Ay, es que ahora vienen con chip integrado”, “No, no, estos niños ahora ya nacen programados”.

Ahora, con un nuevo estudio realizado por la Universidad de California, Berkeley en colaboración con la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, quedó demostrado que los niños de preescolar (es decir, de cuatro a cinco años) superan a los universitarios en averiguar cómo funcionan los nuevos juguetes y gadgets.

El estudio, que sugiere que la tecnología y la innovación se pueden beneficiar del aprendizaje exploratorio y el razonamiento probabilístico natural de los niños, analizó 106 niños de preescolar y 170 estudiantes universitarios para observar si descubrían el funcionamiento de un juego llamado Blickets. Este juego es un aparato con figuras de barro en distintas formas geométricas que son colocadas sobre una caja con tapa roja que, de manera individual o en combinación, activan un mecanismo de la caja para que esta toque música.

Lo que separó a ambos grupos cuando se enfrentaron a la caja fue su respuesta al cambio de evidencias en la demostración del funcionamiento de Blickets. Por ejemplo, cuando les fue presentado el juego, se les mostró que la máquina podía funcionar con combinaciones poco usuales. Los niños respondieron manteniendo esta regla en mente, mientras los universitarios se enfocaron en buscar los bloques que, de forma individual, activaban las máquinas.

De esta manera, se observó que los niños son más propensos a divertirse con posibilidades poco usuales y entender el funcionamiento del juego. Esto confirma la hipótesis que los investigadores habían planteado: los niños de preescolar y preprimaria siguen de forma instintiva la lógica Bayesiana, un modelo estadístico que modela inferencias mediante el cálculo de la probabilidad de posibles resultados.

Aún no se resuelve la gran pregunta del estudio, que pretende enseñarle a las máquinas a aprender y analizar información de una forma más humana: ¿qué ocurre en el cerebro de los niños para que sean estudiantes mucho más flexibles? ¿Será que están libres de las pre-concepciones que tenemos los adultos, o son fundamentalmente más flexibles o exploratorios respecto a su forma de ver el mundo?

Bibliografía:

Nota Fuente en UC Berkeley News Center | Artículo en Science | Nota  en el Blog de Historias Cienciacionales

¡Oye, ciencia! ¿Dónde están los anticonceptivos para hombres?

18marzo Luis Ernesto Miramontes tenía 26 años cuando sintetizó la noretisterona, el compuesto activo base del primer anticonceptivo oral sintético. La píldora anticonceptiva había nacido. Desde entonces, el control de la natalidad ha formado gran parte de la liberación sexual femenina. Sin embargo, fuera del condón, no existe una alternativa masculina. Claro, es más sencillo controlar a un óvulo que a miles de millones de espermatozoides. Además, existen otras cuestiones sociales, económicas y políticas a considerar. ¿Será entonces posible un método anticonceptivo para los hombres? Ciencia, ¿qué has estado haciendo al respecto?

Los anticonceptivos masculinos han comenzado a mostrar esperanza en la comunidad científica. Los intentos de anticoncepción incluyen hormonas de control o la desactivación del esperma, pero los científicos han estado luchando por muchos años para diseñar un tratamiento efectivo y reversible. Recordemos que sólo se necesita un espermatozoide (y un óvulo) para hacer un bebé. A continuación, menciono algunos ejemplos.

El gel en tubo para la Inhibición reversible de espermatozoides bajo guía (RISUG, por sus siglas en inglés) es un material hecho de polímeros que se inyecta dentro de los conductos deferentes. Cuando un hombre está excitado, estos conductos se contraen durante la erección para ayudar a que el semen salga del cuerpo. Es así que el esperma, durante la eyaculación, viaja a través del gel y se inactiva; la cola de los espermatozoides se enrolla, su cuerpo se dobla y, finalmente, explotan. El gel puede ser removido en cualquier momento con otra inyección que lo disuelve.

Este método está en la etapa final de estudios clínicos y podrá funcionar como método de anticoncepción por diez años.

Los tubos también son un método que va en los conductos deferentes. Basados en resultados prometedores de pruebas en los años ochentas, dos tapones de silicón flexibles de una pulgada de largo son insertados en cada conducto y son asegurados con costuras quirúrgicas. En 2004, este método mostró 90% de efectividad y redujo en 10% el conteo de esperma. Un estudio posterior en 2006 analizó la acumulación de presión, los efectos secundarios y la personalización de los tapones. No hay resultados sobre esto hasta el momento.

Por otro lado, ¿quién dijo que las píldoras son únicas para las mujeres? Estos medicamentos alteran a las proteínas, que realizan una enorme cantidad de funciones en las células. Al alterar proteínas específicas en los espermatozoides, su maduración y función se altera. Un medicamento llamado JQ1 afecta una proteína en los testículos (llamada BRDT) esencial para la producción de espermatozoides. Con esto, el conteo de espermatozoides disminuye drásticamente y el que se produce no puede nadar de manera efectiva. Esto es completamente reversible y no afecta los niveles hormonales. Hasta el 2012, sólo se ha probado en ratones.

Y si hablamos de hormonas, las mensajeras químicas del cuerpo, éstas no se pueden quedar atrás. La testosterona es la hormona sexual masculina y los científicos han intentado manipularla bajando los niveles para apagar la producción de espermatozoides. Esto es complicado, en tanto que la testosterona también es crucial para mantener la masa muscular, la densidad ósea y la libido. Los científicos han buscado la anticoncepción a través de inyecciones mensuales, pero estas terapias basadas sólo en testosterona fueron menos efectivas en algunas etnias: en los asiáticos del este, para ser precisa, y no se sabe por completo el por qué. Los intentos de combinar inyecciones de testosterona con otros medicamentos que afectan las hormonas no fueron lo suficientemente exitosos y estos métodos costosos de investigación ya fueron abandonados.

Hay bastantes equipos de investigación trabajando hacia la misma meta y mucho continúa en el laboratorio. Estos son sólo algunos ejemplos de los esfuerzos que se están haciendo en términos hormonales, de píldoras, con intervenciones físicas y con compuestos químicos encontrados en plantas.

Las mujeres han explotado la progesterona y se han injertado implementos de metal en forma de crucifijos por muchos años. Ahora es posible que, en unos diez años, también haya oportunidad de controlar la fertilidad en los hombres.

__________________ [Esta es la primera colaboración de Naomi Pattem con Historias Cienciacionales. Naomi es del noreste de Inglaterra y creció a un lado de la playa. Tiene grado en psicología y ahora está estudiando un máster en comunicación de la ciencia en la Universidad de Sheffield. A Naomi le gusta hacer películas y tocar la guitarra]

* Si están interesados en la materia, en esta página hay información más detallada acerca de estos métodos. http://www.newmalecontraception.org/

* La siguiente referencia es de acceso abierto, y discute las opciones actuales de anticoncepción para los varones: http://strathprints.strath.ac.uk/43139/1/OAJC_30380_an_update_on_the_potential_for_male_contraception_emerging_041013.pdf

Nota de Historias Cienciacionales 

Enchúlame el trasero.

polloCon el 2014 vienen cosas increíbles. Una de ellas, esperada con ansias por todos los integrantes de Historias Cienciacionales, ocurrirá el 18 de septiembre: la 24º Ceremonia de los Premios Ig Nobel. Esa noche, el teatro Sanders de la Universidad de Harvard se vestirá de gala para condecorar a diez afortunados científicos cuyas investigaciones de este año hayan hecho pensar a la gente, después de haberlas hecho reír. La cantante, pianista y compositora estadounidense Amanda Palmer, también conocida como Amanda "Fucking" Palmer, ha retratado la esencia de los Ig Nobel en palabras más refinadas: «es como la cosa más pinche extraña a la que puedes ir… es un montón de verdaderos Premios Nobel dando un reconocimiento a científicos reales por haber hecho cosas jodidamente chifladas. Es increíble». Sea como sea, no hay duda de que los Premios Ig Nobel celebran lo inusual y honran lo imaginativo. Y en Historias Cienciacionales ya tenemos a nuestro candidato favorito para la categoría de Física. O Biología. O ambas. Se trata del trabajo que publicó un equipo de investigadores chilenos a principios de febrero, titulado "Caminando como dinosaurios: las gallinas con colas artificiales proveen pistas sobre la locomoción de los terópodos no avianos".

Así como se lee, el estudio pretende usar a las gallinas como ventanas al pasado para descubrir cosas nuevas sobre la morfología, postura y movimiento de sus antepasados, los dinosaurios. Utilizar a las aves resulta especialmente útil en este tipo de investigaciones: para nuestra mala fortuna, los restos fósiles han demostrado una y otra vez ser demasiado rígidos como para poder observar –a simple vista y sin el uso de modelos computacionales– cómo caminaban los tiranosaurios y sus primos.

Aunque es verdad que las gallinas son un gran modelo de estudio para inferir la biología de sus familiares extintos, debemos reconocer –ni hablar– que no ofrecen una viva imagen de los dinosaurios. De acuerdo con el equipo de científicos chilenos, existe una diferencia crucial: los dinosaurios tenían cola. En contraste, las gallinas exhiben un trasero más bien plano con el que muchos podríamos sentirnos identificados.

Además de los evidentes efectos estéticos, tener una cola más grande también puede hacer que camines diferente (sobre todo, si te mide unos cuantos metros). Las aves, por ejemplo, caminan agachadas porque se impulsan gracias a la flexión de sus rodillas. Nosotros también podemos caminar así, como se ilustra en este video educativo. Pero se cree que los terópodos no avianos, como el velociraptor y demás dinosaurios bípedos parecidos, tenían una postura más erguida ya que para desplazarse retraían el hueso que se unía a su cadera: el fémur (basta recordar Jurassic Park o ver otro video, da igual).

Las diferencias de locomoción entre ambos grupos se debe al cambio en el centro de masa que, en su definición menos embrollada, es el punto de balance de la masa de un objeto. Es decir, si apoyáramos un pivote en este punto, el objeto estaría en balance perfecto. Mientras el centro de masa en las personas se ubica un poco más abajo del ombligo, en las gallinas se encuentra cerca de la pelvis.

Consciente de que puedes cambiar la manera de caminar de un animal si alteras su centro de masa, el ingenioso equipo chileno –y futuro ganador de los Ig Nobel, según nuestros meticulosos pronósticos– fabricó colas artificiales compuestas por un palo de madera y una base de arcilla. Y sí. Se las pegaron a las gallinas. En el trasero. En consecuencia, el centro de masa cambió y las gallinas adoptaron una postura más vertical.

Pero este estudio va más allá de plantear una nueva forma para conocer cómo se movían aquellos gigantes que la Tierra lleva extrañando unos 65 millones de años, además de recrear algunos de los cambios biomecánic0s que habrían ocurrido durante la evolución de las aves. También es una agradable bocanada de aire fresco que cumple con el rigor y humor necesarios para brillar en el teatro Sanders, este próximo 18 de septiembre.

Piensen en eso antes de dormir.

[El esquema de la gallina gigante muestra como cambia su postura, de una posición normal (gris) a la que adopta cuando tiene la cola artificial (naranja). Los otros dos dibujos pequeños muestran cómo cambia el centro de masa en las gallinas "enchuladas". Ccom es el centro de masa normal; Ecom es el nuevo centro de masa después del experimento. Todas las imágenes tomadas del artículo en PLOS ONE]

Bibliografía:

Nota en Science News | Artículo en PLOS ONE | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales.

Cerebros que platican por medio del jazz.

jazz Dizzy Gillespie, afamado trompetista de jazz, se sube al escenario del Royal Festival Hall en Londres y presenta a Paquito D’Rivera, su amigo saxofonista. “Un hombre joven que se ha vuelto un gran maestro en esta forma de arte originaria de Estados Unidos,” dice Gillespie, embarrando las palabras en el micrófono, “sólo que él es de la isla de Cuba”. Es 1989, y D’Rivera lleva casi una década fuera de la isla. Dizzy no deja de sonreir. El público aplaude y grita. Al tiempo que D’Rivera entra al escenario y pone su clarinete frente al micrófono, el piano de Danilo Pérez ha comenzado a levantar notas al vuelo. Durante los siguientes tres minutos, piano y clarinete juegan y dialogan, creando un elegante prólogo para la explosión de latin jazz que vendrá enseguida.

Veinticinco años después, el otorrinolaringólogo y neurobiólogo Charles J. Limb de la Universidad Johns Hopkins convoca a 25 pianistas de jazz a participar a un experimento inusual. Limb lleva varios años interesado en estudiar lo que ocurre en el cerebro cuando hacemos música. Siendo él mismo un jazzista, quiere entender qué ocurre en las cabezas de los músicos cuando tocan esta “forma de arte originaria de Estados Unidos”, que necesita tanto del rigor del virtuosismo técnico como de la libertad para improvisar. En su más reciente estudio, se pregunta acerca de lo que pasa en el cerebro cuando dos jazzistas “conversan” al tocar, alternándose para tocar frases improvisadas, en lo que se conoce como “intercambiar  cuatros”.

En el Royal Festival Hall, el clarinete de D’Rivera y el piano de Pérez siguen conversando delicadamente mientras tocan Seresta. Paquito, al clarinete, infla los cachetes; Danilo, al piano, mueve la boca al tocar. No lo improvisan todo, pues están preparando la entrada del resto de la United Nations Orchestra. Sus notas comienzan a subir de intensidad, generando una escalada climática. Ya viene la orquesta.

En un cuarto del Centro de Investigaciones F. M. Kirby para la Generación de Imágenes Funcionales del Cerebro, de la Universidad John Hopkins, Charles Limb le pide a cada uno de los jazzistas voluntarios que se metan al escáner de resonancia magnética funcional con un pequeño teclado hecho de partes plásticas. Por medio de campos magnéticos, el neurobiólogo va a observar qué zonas del cerebro están recibiendo sangre cuando los músicos toquen en su pequeño instrumento. Interpretará esas imágenes para saber qué partes del cerebro están activas al tocar jazz. Esto ya lo ha hecho en otros experimentos (que te contamos ya en esta nota: http://historiascienciacionales.tumblr.com/post/47703362791/un-solo-de-jazz-con-resonador-magnetico-en-que), así que para éste quiere hacer algunas variantes. Desde el cuarto de control, él también estará tocando en un teclado electrónico, y se alternará con el jazzista dentro del escáner para crear frases improvisadas. Harán un intercambio de cuatros: el de adentro tocará cuatro compases de música improvisada, a los que el de afuera responderá con otros cuatro compases completamente nuevos, pero de algún modo relacionados con los del otro músico. No se trata de que simplemente esperen su turno para tocar. Se trata de que sus cerebros platiquen a través del jazz.

Veinticinco años antes, Paquito D’Rivera y Danilo Pérez llegan al clímax de su prólogo. Ahora toda la orquesta toca las frases finales de Seresta. Y sin dejar tiempo a que la gente aplauda, comienzan una nueva pieza, Samba for Carmen, en la que dos músicos de la Orchesta y el mismo Paquito harán gala de su maestría en el jazz latino. Primero, el trombonista Slide Hampton, de mirada dura y pelo blanco, protagoniza un solo que deja barrida la entrada para su compañero, el trompetista Claudio Roditi. Él, a su vez, conduce la pieza hasta la entrada de D’Rivera, que ha dejado el clarinete aparte y ha recogido su saxofón alto. A partir de ese momento, comenzará uno de los intercambios de cuatros más memorables en el jazz. Charles Limb sospecha que durante los intercambios, como aquel que ocurrió en el Royal Festival Hall en 1989, los jazzistas usan las mismas partes del cerebro que usan cuando platican con palabras, no con música. Sabe que tanto el lenguaje como la música se pueden considerar formas de comunicación con aspectos en común. “Unidades pequeñas (las notas en la música, los morfemas en el lenguaje) pueden combinarse para producir un número infinito de estructuras más complejas”, escribe en el artículo que publicará, con coautoría de otros cuatro investigadores, en febrero de 2014 en la revista PLOS ONE. Y tanto en los intercambios de improvisación en el jazz como en una charla hablada entre dos personas, hay procesos creativos sutiles y muy importantes. Cada vez que Limb conversa con sus invitados jazzistas para convencerlos de que se metan al escáner, está usando palabras que ya conoce, pero las combina en formas nuevas, de manera que responde con sentido, pero creativamente, a las dudas que pudieran tener los músicos. Al igual que cada uno de nosotros, Limb improvisa sus diálogos, pero les da sentido a la luz de lo que le dice su interlocutor. La sospecha de Limb es que cuando intercambie cuatros con los músicos, su cerebro actuará de forma parecida a como lo hizo cuando platicó con ellos. Ahora sí, comienza el intercambio de cuatros en el escenario del Royal Festival Hall. D’Rivera, Hampton y Roditi se lanzan poderosas frases con sus intrumentos. Es una conversación entre tres. Uno recoge la nota que el otro usó para acabar. Un solo tripartito. Hacen dos rondas de cuatro compases, que después se reducen a dos rondas de dos compases. Con ese cambio de métrica, el clímax de la pieza se vuelve inminente. Veinticinco años y algunos días después, Charles Limb y sus colegas analizan los resultados de su experimento. Las imágenes de resonancia magnética confirman las sospechas del neurobiólogo. Cuando los jazzistas entrelazan su creatividad con otro músico, se prenden algunas zonas del cerebro relacionadas con el lenguaje. Específicamente, se activan las áreas de Broca y de Wernicke. Al mismo tiempo, se activan otras zonas, relacionadas con el procesamiento musical. Sin embargo, Limb nota con atención que algunas otras regiones relacionadas con el lenguaje no se prenden, sino que se desactivan. Específicamente, el giro angular en el córtex parietal, conocido por estar involucrado en el procesamiento semántico (el procesamiento de significado) de palabras e imágenes. Limb concluye que en los intercambios de jazz los cerebros entienden la sintaxis, la estructura, de la música de sus interlocutores, pero no necesitan darle significado a esa música; al menos, no el tipo de significado que se le da a las palabras o a los símbolos. Es indudable que la música transmite mensajes, pero Limb ahora cree que esos mensajes no se deberían interpretar de la misma forma que se intepretan los mensajes con palabras. Aún más, para el neurobiólogo, estos resultados muestran que algunas zonas del cerebro usadas para el lenguaje no son exclusivas de esa actividad, sino que forman parte de un sistema general para la comunicación auditiva. Al final de la pieza en el Royal Festival Hall, toda la orquesta se une al diálogo. Otros instrumentos de viento, la batería, los timbales, el piano y la guitarra terminan juntos a la señal que hace con los brazos el músico cubano. Entre el aplauso del público, Dizzy Gillespie sale al escenario y dice los nombres de los conversadores: Paquito D’Rivera, Slide Hampton y Claudio Roditi, que han usado sus áreas de Broca y de Wernicke para charlar con notas musicales, como amigos que van y se cuentan historias en un bar. Por supuesto, el significado de esas historias será por ahora un misterio, al que, de acuerdo con Charles Limb, sólo podremos acercarnos si no tratamos de entenderlo con palabras.

Bibliografía:

Nota Fuente en Science | Artículo en PLOS ONE |  Video de Dizzy Gillespie, Royal Festival Hall | Imagen | Nota Original en el Blog de Historias Cienciacionales

¿Cuánto debe cambiar una planta para perder sus cloroplastos?

cadaver En el país de las maravillas, Alicia se encuentra a la oruga y, muy confundida, le dice: “sabía quién era cuando me desperté esta mañana, pero creo que he cambiado varias veces desde entonces”. ¿Se podrá cambiar lo suficiente como para dejar de ser uno mismo? Los integrantes de Historias Cienciacionales no estamos muy seguros de cuántos organismos en la historia de la vida en la Tierra se han hecho esta pregunta filosófica, pero tenemos la ligera sospecha de que por lo menos una planta sí se la ha hecho.

Les presentamos a la flor cadáver, conocida en los libros de botánica como Rafflesia lagascae. Su gran tamaño no es lo único inusual: carece de una característica distintiva del reino vegetal, los cloroplastos. Estos organelos dan a las plantas su color verde, convierten la luz solar en azúcares y llevan a cabo una gran variedad de procesos químicos. Incluso, tienen su propio material genético, un rasgo que ha servido de argumento para la apoyar la teoría de la endosimbiosis (la asociación entre dos organismos, en el que uno habita dentro del otro).

La flor cadáver, que recibe su nombre común del fuerte olor que despide, pertenece a un grupo de plantas que son parásitas de otras y que han perdido la habilidad para realizar fotosíntesis. Al hacer la secuenciación de su material genético para buscar rastros de sus cloroplastos, veremos que la planta lo ha perdido todo.

Los restos de genes de cloroplastos en la flor cadáver provienen de aquellas que le han servido de anfitrionas. Esto significa que el grupo al que pertenecen la flor cadáver es el primero que se observa que carece de material genético de cloroplastos. De tenerlo, está oculto y a niveles muy bajos. Los expertos en el tema sugieren que, una vez que los cloroplastos perdieron su función principal –realizar la fotosíntesis–, los genes se desintegraron gradualmente o se movieron, ya sea al genoma principal o al de la mitocondria, otro organelo.

Cabe mencionar que el color verde y los cloroplastos no es lo que hace a una planta lo que es. Pero así como Alicia ha cambiado mucho desde que amaneció, nuestra flor cadáver ha cambiado lo suficiente como para perder una característica fundamental de las plantas. ¿Cuánto tiempo más necesitará para dejar de ser una planta?

Bibliografía:

Artículo original | Nota Fuente en Science | Imagen | Nota Original en el Blog de Historias Cienciacionales

 

Si los peces se pasan de la raya, explotan.

Peces babosos (Notoliparis kermadecensis) junto a una ofiura Hasta los peces tienen sus límites. Al menos, en cuanto a profundidad se trata. Por ejemplo, si los tiburones pasan los cuatro kilómetros de profundidad, mueren. Tanto así que, en la historia de la investigación submarina, nunca se han encontrado peces más allá de los ocho kilómetros.La razón de esta ausencia aparente es desconocida, pero ha sido atribuida a la presión hidrostática. ¿Es algo en los peces lo que no les permite soportar las altas presiones?

Hagamos un viaje a las aguas de Nueva Zelanda, siete mil metros bajo el mar, para capturar cinco peces babosos (no porque sean tontos, sino por su aspecto) de la especie Notoliparis kermadecensis. Con ellos, estudiaremos un químico presente en las células de los peces que previene que las células colapsen bajo altas presiones. Su nombre es trimetilamina N-óxido (TMAO).

Los peces que viven en grandes profundidades tienen altas concentraciones de TMAO. Con grandes profundidades, estamos hablando de más de cuatro kilómetros, una distancia a la que estos peces babosos sí viven. De hecho, pueden habitar desde pequeñas profundidades hasta el triple de lo que alcanzan los peces abisales, algo así como siete kilómetros.

Los registros de niveles de TMAO y las presiones osmóticas que soportan estos animales coinciden con las proyecciones que se pueden hacer con peces que habitan a menor profundidad. Es decir, podemos conocer lo desconocido a partir de lo que sí entendemos.

Si hacemos el análisis a partir de lo que conocemos de TMAO y de la presión osmótica, observaremos que estos peces tienen un límite de poco más de ocho kilómetros. Esto es porque si los peces presentan altos niveles de TMAO, mucha agua se meterá a sus células debido a la ósmosis, un proceso por el cual las células regulan la cantidad de agua dentro de ellas. Así que si un pez se encuentra a grandes profundidades, las células de su cuerpo se hincharán al punto en que no podrán realizar sus actividades normales, e incluso explotarán.

Analizar a estos animales, por tanto, nos puede dar una idea de por qué los peces en general no pueden traspasar este límite de ocho kilómetros. Cabe destacar que este resultado sólo es para peces, pues hay organismos como anemonas o bacterias que habitan todavía más hacia el centro de la Tierra.

Bibliografía:

Nota Fuente en Science | Artículo original de PNAS | Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales

Los pies de Usain Bolt le sirven de alas fuera de la Tierra

bolt ¡Detente, Usain! No te va a pasar nada si dejas de correr unos minutos para que te contemos esta Historia Cienciacional. ¿Sabías que te consideran el hombre más rápido que jamás haya existido? Ya sabemos que lo sabes, no tienes que echarnos esa mirada. Lo que pasa es que si aquí en la Tierra corres rapidísimo, en una de las lunas de Saturno podrías volar como un pájaro.

Para hacerlo, necesitarías correr como sólo tú sabes hacerlo, usar un traje aéreo e irte a Titán, la luna más grande que orbita a Saturno y la segunda más grande de nuestro sistema solar. La velocidad que alcanzas en la Tierra, de 12.27 metros por segundo, sería suficiente para que pudieras despegar en esa luna sin necesidad de propulsión.

¡Espérate, no te vayas! Déjanos decirte quién llegó a esta conclusión. Fue un grupo de estudiantes de física de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido. Lo que hicieron fue juntar, entre otros datos, la aceleración debido a la gravedad y la densa atmósfera rica en nitrógeno de Titán, la cual genera una presión 50% más fuerte que la de nuestro planeta.

Según ellos, podrías despegar los pies de la luna si tuvieras este traje y alcanzaras una velocidad de 11 metros por segundo. De hecho, cualquiera podría hacer lo mismo, pero necesitaríamos correr a seis metros por segundos en un traje que tuviera tres veces más área que el tuyo. Junto a ti, nos veríamos francamente patéticos.

Sólo déjanos darte dos noticias, una buena y una mala. La buena es que Titán ha sido considerado como un posible destino para los humanos, puesto que su atmósfera contiene mucho nitrógeno, parte esencial de nuestra atmósfera terrestre. Además, hay evidencia de que esta luna tiene agua. La mala es que la temperatura de su atmósfera es de -175 ºC. A esa temperatura y a esa velocidad, seguro se te congelarían las mejillas.

¡Ya, hombre! Córrele ¡Ya puedes irte!

Bibliografía:

Artículo original en Journal of Physics Special Topics | Nota Fuente | Imagen | Nota en el Blog de Historias Cienciacionales

Y a ti, ¿te entra por una y te sale por la otra?

earTípico. En tu casa te piden una serie de encargos para hacer durante el día, pero al poner pie en la calle ya no recuerdas cuáles eran. Los humanos no somos tan buenos para recordar cosas que escuchamos como cuando las vemos o tocamos. ¿O qué tan bien recuerdas el color del pantalón de la persona que te gusta la última vez que la viste? Y qué decir de la textura de tus sábanas cuando las sientes enredadas en tus pies por las mañanas.

La comunidad científica creía que las partes de nuestro cerebro responsables de la memoria estaban integradas por las conexiones neuronales. Una nueva propuesta señala que el cerebro humano utiliza diferentes rutas para procesar la información sensorial. Más aún, nuestro órgano nervioso interpreta de forma distinta las señales auditivas de las visuales y las táctiles.

La propuesta se basa en la experimentación con cien estudiantes de la Universidad de Iowa, Estados Unidos. Para probar su memoria a corto plazo, se les pidió que escucharan tonos a través de audífonos, que vieran sombras de cuadrados rojos y sintieran vibraciones de baja intensidad al tomar una barra de aluminio. Cada estímulo fue separado por un espacio de 32 segundos. Los resultados muestran que el desempeño en memorizar fue peor para los sonidos, incluso cuando se hizo un segundo experimento con estímulos comunes.

Esto es tranquilizador. Explica por qué nos cuesta tanto trabajo recordar lo que nos enseñan en una clase si sólo lo escuchamos. Parece ser que necesitamos estímulos visuales o táctiles para que nuestro aprendizaje sea memorable y significativo.

A partir de dicho estudio también se concluyó que nuestra habilidad para recordar lo que tocamos es casi igual a nuestra habilidad para recordar lo que vemos.

¿Un consejo para mejorar la memoria auditiva? Utilizar estrategias alternativas, como repetir las cosas que se escuchan.

Bibliografía:

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Esta nueva especie de ácaro tiene problemas de identidad

acaro Este animal parece y se mueve como un gusano, pero no lo es. La persona que lo descubrió lo llamó "dragón", no porque se parezca a los animales mitológicos, sino porque es semejante a los dragones chinos que parecen serpientes. Pero tampoco es un dragón. Este animal se parece a todo menos a lo que verdaderamente es: un ácaro.

Sin cuerpo redondo ni una dura superficie externa, como todos los demás ácaros, esta nueva especie posee una estructura oral que le hizo recibir sus dos nombres en latín para género y especie, que en castellano significan "boca de monedero". Su boca no tiene una estructura típica de otras especies de ácaros, pues en el frente presenta una forma que parece una bolsa; según su descubridor, podría funcionar como un cascanueces. Todos estos rasgos están empaquetaditos en un cuerpo de 600 micrómetros – sólo unas cuatro veces más grande que un óvulo humano.

El nuevo ácaro fue descubierto en una muestra de suelo a poco más de 50 cm de profundidad, al otro lado de la calle del laboratorio de acarología de la Universidad Estatal de Ohio. Que los ácaros hayan sido congelados en nitrógeno líquido inmediatamente después de su recolección tiene que ver con el microscopio usado para su estudio. El descubridor tuvo que emplear un microscopio electrónico de barrido a bajas temperaturas, y no uno normal porque, de ser así, el pequeño cuerpo de estos animales se hubiera hecho papilla debido al efecto intenso del vacío. De hecho, tuvo que esperar un año para poder emplear este microscopio con el objetivo de tomar imágenes de alta resolución de este animal.

Fue gracias a esto que detectó su característica boca y numerosos pelos a lo largo de su cuerpo, mismos que les ayudan a reconocer el ambiente que los rodea y que surgen en patrones que no coincidían con los miembros de su familia.

Aunque la forma de los músculos que envuelven su cuerpo sí se parece al de los gusanos, el ácaro no puede alterar su diámetro de la manera en que éstos lo hacen. Lo que sí, es que se mueven como ellos, ya que su cutícula se extiende y contrae como la de un gusano.

Es así como se describió una especie nueva, la quinta de la familia Nematalycidae, y la segunda en Norteamérica. Con esto, surgen nuevas preguntas para tratar de entender cómo con un tamaño tan pequeño interactúan con su ambiente físico y biológico. El siguiente paso es describir a detalle esa boca de monedero. Y con suerte, resolverle los problemas de identidad al ácaro.

Bibliografía:

Nota fuente | Artículo original en Journal of Natural History| Nota original en el Blog de Historias Cienciacionales